El historiador Kees Ribbens encontró el primer cómic que habla sobre los últimos momentos de prisioneros judíos. La tira se escribió a finales de la Segunda Guerra Mundial.
Un historiador holandés encontró una serie de seis dibujos,creados en medio de la Segunda Guerra Mundial, donde relatan el Holocausto. Dichas imágenes fueron creadas en plena contienda y con parte de Europa todavía ocupada por el mandato de Hitler.
De acuerdo a lo consignado por el diario El País, el historiador Kees Ribbens, encontró una página de una revista de 1945, seis viñetas con las primeras ilustraciones de una cámara de gas en un campo de exterminio nazi.
La secuencia de los dibujos sobre el genocidio está firmada por el ilustrador de origen austriaco August Froehlich, que llegó a Estados Unidos en 1909.
El cómic, titulado Nazi Death Parade, o El Desfile Nazi de la Muerte, recoge las últimas horas de los prisioneros judíos y gitanos de la comunidad Roma y Sinti, aniquilados en Majdanek, al sur de Polonia.
El crudo relato en tiras
En conversación con el medio, el historiador que encontró el archivo afirma que entonces se hacía hincapié en la maldad de los nazis, pero “no se prestaba demasiada atención al hecho de que la mayoría de las víctimas fuesen judíos”.
“En ese momento, no habían fotos del interior de los campos. Hay cuatro de Auschwitz, hechas por un prisionero, y son la excepción. Así que el ilustrador se aplica para mostrar la aniquilación sistemática, de corte industrial, de seres humanos”, explicó.
De acuerdo a Ribbens, el ilustrador basó su historia gráfica en los testimonios recogidos por la prensa rusa luego de la liberación de Majdanek, que fue el primer campo de concentración abierto por los aliados.
En las imágenes, se puede ver cómo los prisioneros son sacados con violencia de los trenes de carga; cuando les quitan su ropa, zapatos y objetos de valor; y el ingreso de de niños y adultos desnudos en unas duchas supuestamente alistadas para eliminar los piojos.
Luego, la ilustración muestra la salida del gas con cianuro y la agonía que sufren los prisioneros, que están bajo la atenta mirada de un oficial nazi.
Luego hay una imagen que muestra la extracción de los dientes de oro de los cadáveres para pasar a la viñeta final con los crematorios, donde un soldado introduce un cadáver en el horno.
El hallazgo
Según el medio, el historiador encontró la tira por internet, en una colección de documentos de la Segunda Guerra Mundial.
Tras ver el cómic, Ribbens buscó pistas en torno a las viñetas y logró dar con ellas en la biblioteca Museo del Holocausto de Washington (Estados Unidos).
En opinión del historiador holandés, que trabaja en el Instituto para la Investigación de la Guerra, el Holocausto y Genocidio (NIOD) de Ámsterdam, resulta extraño que el dibujante no mencione la fuente periodística rusa del relato.