En agosto de 1972, el hallazgo en extrañas circunstancias de un cuerpo en descomposición sacudió hasta la médula al municipio de Springfield, en el condado de Union, Nueva Jersey (EE.UU.).
Se trataba del cadáver de una adolescente, cuya muerte permanece un misterio sin resolver hasta el día de hoy.
Los oscuros detalles del crimen de la joven de 16 años permanecen un verdadero enigma en la actualidad, pero su relación con rituales de brujería y magia negra han generado escalofríos en la comunidad local desde hace décadas.
Y es que la historia del asesinato de la dulce Jeannette DePalma no dejó a nadie indiferente.
La desaparición de Jeannette
La tarde del lunes 7 de agosto de 1972, la joven Jeannette DePalma salió de su casa en la localidad de Clearview Road para visitar a una amiga.
Se despidió cariñosamente de su madre y le dijo que tomaría el tren, pero ninguna imaginó que ésta sería la última vez que se vería a la adolescente con vida.
Esa noche, al no llegar a su hogar, la madre de Jeannette se preocupó de inmediato. Se contactó con la amiga de su hija y, al descubrir que nunca llegó a destino, se imaginó lo peor.
Acto seguido, los padres de la menor acudieron al Departamento de Policía de Springfield y presentaron un informe de persona desaparecida, con la esperanza de hallarla prontamente.
Vivieron semanas de angustia en las que el rastro de Jeannette permanecía oculto, y en que a medida que pasaban los días perdían la esperanza de encontrarla en buenas condiciones.
El hallazgo y lo “oculto”
Seis semanas después de la desaparición, el 19 de septiembre de 1972, la policía halló los restos de Jeannette en lo alto de un acantilado ubicado en la cantera Houdaille, en el mismo municipio de Springfield. Esto, luego que un perro local encontrara el antebrazo derecho de la menor en descomposición.
De acuerdo a lo relatado por testigos presentes en la escena del crimen, los restos de DePalma estaban rodeados por una serie de objetos extraños, ligados presumiblemente a lo “oscuro”.
Según varias declaraciones, el cadáver de la adolescente se encontró en un perímetro con forma de ataúd de ramas y troncos caídos. Dentro de éste, se descubrieron además pequeñas cruces de madera improvisadas.
Días más tarde, algunos habitantes de Springfield señalaron que los restos de la menor se encontraron en lo que se conoce como un pentagrama, rodeados también de animales mutilados. Un dato curioso, es que el acantilado en el que fue hallada Jeannette era conocido por los lugareños como “The Devil’s Teeth” (“Los Dientes del Diablo”).
Pese a lo señalado por diversos residentes, las autoridades nunca quisieron confirmar que hubiera una conexión entre el crimen y el satanismo.
La investigación
Luego que una autopsia efectuada al cuerpo de Jeannette no fuera concluyente, el Departamento de Policía de Springfield inició la investigación en torno a su muerte.
Los restos de la menor y las vestimentas encontradas no evidenciaban signos de fracturas, heridas de bala ni golpes de cuchillo u otros instrumentos. Tampoco hallaron drogas en su interior.
No obstante, el forense que revisó el cadáver encontró una alta cantidad de plomo en su organismo -sin encontrar una buena razón del porqué- y además esbozó que la causa de muerte podría ser estrangulamiento.
Considerando lo anterior, las autoridades tomaron el caso asumiendo que se trataba de un homicidio sin resolver.
Primeros sospechosos
En los inicios de la investigación la policía siguió el rastro de “Red”, un indigente que vivía en el bosque aledaño al lugar del hallazgo de Jeannette, de quien se dijo huyó del lugar poco después de la desaparición de la menor.
Pese a que la pista parecía prometedora, la fiscalía determinó que “Red” no tenía ninguna relación con la muerte de DePalma.
Poco después surgió la figura del pastor evangélico de la familia DePalma, James Tate, perteneciente a la Iglesia Evangélica de las Asambleas de Dios. El reverendo tenía una relación cercana con la menor, de quien se dijo que podía haber sido adicta a las drogas y haber recibido ayuda de James, pero finalmente nunca se pudo establecer dicha conexión con seguridad.
Tras ello, los investigadores continuaron siguiendo pistas, pero debido a la falta de evidencias contundentes, el caso se bloqueó.
Luego de semanas, y motivados por los hallazgos “oscuros” en torno al caso, medios locales como The Star-Ledger y The New York Daily News comenzaron a informar que Jeannette pudo ser víctima de un sacrificio oculto, realizado por satanistas o un aquelarre local de brujas que tenía su centro de operaciones en la cercana Reserva Watchung.
Esto provocó pánico en el condado de Union, el cual aún se estaba recuperando del shock producido por los asesinatos de John List, un parricida de Union que 10 meses antes había asesinado a su señora, su madre y sus tres hijos.
El productor-investigador
Luego que el crimen de Jeannette se declarara en un punto muerto, a fines de la década de los ’90 y principios de los 2000, la revista Weird NJ comenzó a informar sobre el misterio sin resolver, luego de recibir varias cartas anónimas sobre el deceso de la joven.
El editor y cofundador del medio, el productor cinematográfico Mark Moran, inició su propia investigación del incidente y escribió numerosos detalles sospechosos sobre el asesinato, incluyendo una grave denuncia contra el Departamento de Policía de Springfield, a quienes acusaba de haber perdido o destruido el archivo del caso.
Tras las acusaciones, la policía sostuvo que el archivo del caso se perdió por causa de las inundaciones provocadas por el huracán Floyd en 1999, aunque otros persisten en que existe una copia oculta del archivo.
Moran se asoció con uno de los corresponsales de Weird NJ, Jesse P. Pollack, con quien escribió el libro “Death on the Devil’s Teeth: The Strange Murder That Shocked Suburban New Jersey” (“Muerte en los Dientes del Diablo: el extraño asesinato que conmocionó a los suburbios de Nueva Jersey”), centrado en el caso de DePalma.
En su indagación, ambos descubrieron varias pruebas en torno a un posible encubrimiento del deceso, conexiones con otros asesinatos sin resolver y sospechosos que nunca habían salido a la luz.
Pese a todo, lo cierto es que a casi 50 años de la muerte de Jeannette, su crimen permanece un verdadero misterio para la comunidad local, siendo uno de los casos sin resolver más escalofriantes que ha vivido la nación norteamericana.