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Lo hecho por He Jiankui, podría ser considerado un experimento digno de la ciencia ficción. En octubre de 2018, este científico chino afirmó que consiguió con éxito “editar genéticamente” a tres bebés mediante la técnica CRISPR, que permite cortar el ADN en un sitio específico.

Esta edición permitió modificar genéticamente a las hermanas gemelas, bautizadas Lulu y Nana, además de otro niño, para resistir al VIH.

Pero desde su anuncio en 2018, este hombre, que fue acusado por “violar deliberadamente las normas nacionales en materia de investigación científica”, según consignó la agencia estatal de noticias Xinhua, mantuvo un bajo perfil hasta ahora.

En varias entrevistas recientes, ha dicho que proseguirá con sus investigaciones, pese a la falta de transparencia de su trabajo.

El científico chino caído en desgracia

Tras el anuncio en la segunda cumbre internacional sobre la edición genética en humanos, en Hong Kong, He Jiankui se convirtió en toda una celebridad mundial. Sin duda, el avance que llevo a cabo marcó un precedente, pero también dio inicio a un repudio mundial debido a su trabajo, por las fuertes implicancias éticas derivadas por “diseñar” niños.

En ese sentido, el chino, que es toda una personalidad en el mundo científico, afirmó en 2024, que tiene previsto junto a su equipo: “Usar embriones humanos desechados”, para cumplir con las normas nacionales e internacionales, expresó al diario japonés Mainichi Shimbun, afirmando que no contemplaba realizar experimentos con bebés con el genoma editado, ya que ahora su interés es curar enfermedades genéticas como la distrofia muscular de Duchenne (DMD).

Pero a raíz de su experimento más conocido, luego se supo que el científico falsificó unos documentos relacionados con la elección de las parejas reclutadas para su investigación con el CRISPR.

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Por otra parte, en incontables ocasiones, He Jiankui, ha defendido el legado que entregó al mundo.

“Los resultados del análisis de las secuencias genéticas completas [de los niños] muestran que no hubo modificaciones en los genes, salvo por motivos médicos, lo que demuestra que la edición genómica fue segura”, detalló a Mainichi.

“Me enorgullece haber ayudado a familias que deseaban hijos sanos”, dijo.

Un trabajo ampliamente cuestionado

Pese al optimismo inicial, paulatinamente el presunto avance de la edición genómica quedó cuestionada por varias eminencias de nivel mundial. Robin Lovell-Badge, del Instituto Francis Crick de Londres, sostuvo que era “demasiado prematuro” que se intentara modificar embriones con el propósito de producir embarazos. “En esta etapa, desconocemos si los métodos serán lo suficientemente seguros y eficientes, aunque la ciencia pertinente avanza rápidamente y los nuevos métodos pueden parecer prometedores. También es importante establecer estándares, incluyendo vías regulatorias detalladas y mecanismos de gobernanza adecuados”, afirmó el científico británico al diario The Guardian.

Así las cosas, el campo de He Jiankui denominado “edición genética de la línea germinal”, presenta graves falencias relacionadas con las alteraciones que podrían transmitirse a los descendientes de Lulu y Nana.

Por lo mismo, la comunidad internacional y científicos chinos, acusan que la investigación podría conducir a un mundo de “bebés de diseño”, donde los padres podrían elegir rasgos como la raza o la inteligencia para sus hijos, consignó The Washington Post.

“Necesitamos encontrar el equilibrio”, aseveró Ma Yonghui, investigador de bioética en la Universidad de Xiamen. “Debemos impulsar el progreso científico y también asegurar que esta investigación se lleve a cabo de forma responsable, ética y sostenible”.

“Todavía queda un largo camino por recorrer”, añadió en una conversación con el diario estadounidense.

Un científico que se niega a compartir sus hallazgos

A pesar de las constantes solicitudes de información, el científico chino es vago en revelar detalles. De acuerdo con una entrevista exclusiva concedida al MIT Technology Review, He Jiankui, dijo que por ahora planea experimentar sólo con ratones, monos y embriones humanos no viables.

En dicha instancia, el investigador chino declaró públicamente que establecería un laboratorio sin fines de lucro en Pekín y que fue contratado para dirigir una institución de investigación en medicina genética en la Universidad Tecnológica de Wuchang, pero del que no tenía ninguna novedad al respecto.

A fin de cuentas, es una costumbre de He Jiankui, argumentar a favor de su cruzada personal. “Como seres humanos, siempre somos conservadores. Siempre nos preocupan las novedades, y la gente tarda en aceptar las nuevas tecnologías”. “Quiero ser el líder de la edición genética en todo el mundo”, publicó en X en marzo pasado.

Finalmente, el científico compartió una reflexión sobre la ciencia dedicada a la edición genética. “Diría que en 50 años, como en 2074, la edición genética de embriones será tan común como los bebés de fecundación in vitro (FIV) para prevenir todas las enfermedades genéticas que conocemos hoy. Así que los bebés que nazcan en ese momento estarán libres de enfermedades genéticas”, concluyó al MIT Technology Review.