La partida de Jorge Lanata, a los 64 años, no solo dejó un vacío en el periodismo argentino, sino también un fuerte conflicto familiar entre su esposa, Elba Marcovecchio, y sus hijas, Bárbara y Lola, que parece lejos de resolverse. Las tensiones, que comenzaron durante la internación del periodista, escalaron a niveles personales y judiciales, involucrando decisiones sobre su salud y la administración de sus bienes.
El conflicto público se desató en junio de 2024, cuando Lanata fue ingresado al hospital Italiano. En septiembre las tensiones llegaron a los tribunales, con Bárbara y Lola denunciando a Marcovecchio por hurto y malversación de dinero. Entre las pruebas presentadas, incluyeron un video que, según ellas, mostraba a la abogada llevándose pertenencias valiosas de la casa del periodista.
“Cualquier intento de diálogo con Marcovecchio sería para ‘quilombo’”, afirmó Bárbara Lanata en su última declaración pública sobre el tema, dejando en claro la falta de comunicación entre ambas partes. La abogada de Marcovecchio respondió en su defensa: “Elba está destrozada. Las acusaciones son completamente falsas y están cargadas de intenciones maliciosas”, consigna el medio asociado Perfil.
Decisiones médicas en disputa
Otro punto de conflicto fue la toma de decisiones sobre la salud de Lanata. En octubre, la jueza Lucila Inés Córdoba resolvió que Bárbara tendría igual poder de decisión que Marcovecchio sobre los tratamientos médicos del periodista. Además, la magistrada designó a una tercera persona para gestionar los bienes de Lanata, buscando neutralizar el enfrentamiento.
Tras el fallecimiento del periodista, el foco de la disputa se trasladó a la administración de su patrimonio. En octubre, Sara Stewart Brown, exesposa de Lanata y madre de Lola, revocó el poder que el comunicador había otorgado a Marcovecchio tras su matrimonio en 2022.
Además, recientemente la administración de Chavakiah, la productora a través de la cual Lanata recibía ingresos por Publicidad No Tradicional (PNT), fue devuelta a Bárbara. Este movimiento marcó un giro en la pugna por los bienes del periodista.
A pesar del enfrentamiento, tanto Elba como las hijas de Lanata estuvieron presentes durante toda su internación y lo acompañaron hasta sus últimos momentos. Aunque evitaban dirigirse la palabra y solo se comunicaban a través de la Justicia, ambas partes cumplieron con el deseo de estar cerca del periodista durante sus últimos días.
“Ambas partes estuvieron a su lado. Las diferencias quedaron de lado en los momentos finales, pero el conflicto continúa”, confirmaron fuentes cercanas a la familia.
El legado de Jorge Lanata, tanto en el ámbito profesional como personal, está marcado por la intensidad y la complejidad de su vida. La disputa entre Marcovecchio y sus hijas es un reflejo de las tensiones que surgieron en los momentos más difíciles de su enfermedad, y parece que el desenlace de esta guerra familiar está lejos de llegar.