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Diseñador español Lorenzo Caprile analiza vestido de Shein: "Me parece milagroso que cueste eso"

03 diciembre 2024 | 17:09

El conocido modista y diseñador español, Lorenzo Caprile, analizó un vestido comprado en Shein y reflexión sobre el “consumo desbocado” y el trasfondo de las compras baratas en la industria textil.

Esto en medio de las críticas a la popular empresa China por las precarias condiciones de los trabajadores de sus fábricas subcontratadas.

De hecho, se han evidenciado prácticas como jornadas laborales de hasta 18 horas, un solo día libre al mes y descuentos de dos tercios del sueldo en caso de errores en la confección.

El experto recibió un vestido de poco más de 70 euros (unos 70.000 pesos chilenos) y lo revisó. A grandes rasgos, dijo que estaba bien confeccionado, pero que el material era de mala calidad.

La prenda tenía dos capas de tul, una capa lisa y pedrería en la parte superior del torso. “Con solo comprarlas (los materiales) en España ya estaríamos cerca de los 70 euros”, aseguró.

“Está relativamente bien confeccionado”, planteó, pero reparó en la calidad de las telas: “no voy a hacer la prueba del mechero porque saldríamos todos ardiendo. Seguramente es plástico puro“.

“A mí me parece milagroso que esto cueste 70 euros, sinceramente. Detrás hay condiciones laborales que prefiero ni imaginármelas“, sentenció.

BiobioChile se comunicó con Shein para consultar sobre la confección de este tipo de prendas y sus materiales, pero no dieron respuesta.

El vestido de Shein cuesta “10 veces menos”

Según Caprile, un vestido como este confeccionado en España costaría unos 500-600 euros. El modista fue consultado sobre cómo una prenda traída desde China puede llegar a ser tan barata, a lo que respondió: “Esas son las preguntas que nos tenemos que hacer”.

“Nuestros afanes los cubrimos con este consumismo desbocado. Detrás hay muchas realidades, un poquito tristes y un poquito miserables, por no usar palabras más fuertes, porque aquí hay mucha mano de obra”, reflexionó.

“Por un lado, estamos defendiendo el consumo sostenible, el comercio de proximidad, defender las tiendas del barrio, algo mucho más lógico, y luego estamos todos comprando aquí. Eso es muy contradictorio“, añadió.