Un joven chileno con síndrome Tourette, llamado Felipe Silva, vivió un momento de bastante tensión, al insultar involuntariamente a un carabinero mientras pasaba frente a una comisaría en Viña del Mar.
El muchacho, que es activo en redes sociales, suele grabar bastante su día a día, a modo de mostrar cómo es la vida de una persona con este síndrome.
En el reciente video, Silva advirtió que era muy probable que expresaba alguna mala palabra hacia la institución, debido a que estaba cerca de un recinto, situación que lo colocó bastante nervioso.
Fue así como, en presencia de un Carabinero, indicó una grosería. Por lo anterior, el uniformado le pidió que se detuviera e inició un procedimiento de identidad.
En el registro se pudo ver que Felipe entregó su cédula de identidad y credencial como discapacitado.
“Yo grabé porque sabía que lo más probable era que me dieran ganas de decirle (…) Es súper complicado, yo no lo puedo controlar”, le indicó en ese instante.
Lo cierto es que el funcionario, tras revisar los documentos, le indicó que estaba al tanto de los efectos que provoca el síndrome Tourette. De esta forma, lo dejó continuar con su camino.
En declaración a Chilevisión, Felipe Silva expuso: “Fue incómoda la situación al principio, pero después la conversación fue amena. Le pasé mi carné de discapacidad y entendió al tiro. Se lo tomó súper bien”.
Joven con Tourette insultó involuntariamente a Carabinero
El síndrome de Gilles de la Tourette es un trastorno caracterizado por movimientos repetitivos o sonidos indeseados (tics), a veces coprolalia, que no se pueden controlar con facilidad, según explica la Clínica Mayo, de Estado Unidos.
Cabe recordar que los tics son solo la parte visible de esta patología, que va acompañado de muchos trastornos asociados.
“Una persona con Síndrome de Tourette puede desarrollar una vida sin tantas dificultades, siempre que se le garantice un acceso adecuado a la salud, a programas de intervención temprana, una educación inclusiva y a un acceso igualitario a oportunidades laborales”, explicó la neuróloga infantil del Hospital Claudio Vicuña, doctora Paola Campodónico.
La profesional agregó que estos movimientos son abruptos y parcialmente suprimibles, sin embargo, aumentan con el estrés y la ansiedad. Por el contrario, disminuyen con la concentración, el relajo y la distracción.