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Una mujer británica, identificada como Helen Davey de 39 años y madre de dos hijos, falleció asfixiada el pasado 7 de junio en su hogar en Seaham, Inglaterra, al quedar atrapada entre su colchón y la base de una cama otomana. El trágico accidente se produjo debido a un defecto en el mecanismo de elevación por gas de la cama, lo que llevó a que el colchón descendiera inesperadamente y atrapara su cuello contra la base. La hija mayor de la víctima encontró a su madre en esta angustiosa situación y, a pesar de sus esfuerzos por liberarla, Davey falleció por asfixia. El forense a cargo del caso ha advertido sobre el riesgo de más muertes debido a este tipo de mecanismos defectuosos en camas otomanas, instando a tomar medidas al respecto.

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Una mujer británica murió asfixiada, tras quedar atrapada entre el colchón y base de su cama.

La víctima es Helen Davey, de 39 años y madre de dos hijos: Elizabeth de 19 años y George de 11 años, según detalla Daily Mail.

La mujer murió en su hogar en Seaham, en Inglaterra, el pasado 7 de junio, tras un inusual accidente en una cama otomana.

Aquella se asemeja a un mueble, pues tiene un espacio debajo del colchón para almacenar objetos.

La cama tiene la capacidad de levantarse mediante un mecanismo de elevación por gas, la cual, aparentemente, estaba defectuosa.

“La fallecida estaba inclinada sobre el área de almacenamiento de una cama otomana con mecanismo de elevación de gas cuando la plataforma del colchón descendió inesperadamente, atrapando su cuello contra la superficie superior del panel lateral de la base de la cama”, dijo Jeremy Chipperfield, forense principal de Durham y Darlington.

“Incapaz de liberarse, murió por asfixia posicional”, complementó.

Mujer muere tras defecto de su cama

El hecho se dio a conocer cuando su hija mayor llegó a la casa, donde habría encontrado a su madre asfixiada, según la declaración leída ante el tribunal.

“Subí las escaleras, la puerta de la habitación de mi madre estaba abierta de par en par y la vi tumbada boca arriba con la cabeza debajo de la cama”, dijo Elizabeth ante el tribunal, según CNN.

“Tenía las piernas dobladas como si intentara levantarse. Dejé caer todo lo que tenía en las manos y traté de levantar la parte superior de la cama de su cabeza”, detalló.

“La cama ya no era un cierre blando y podía caer pesadamente si la soltaba. Era muy pesado para yo levantarla e intentar sacarla. Conseguí levantarla lo suficiente como para usar el pie para apoyarla”, relató.

Posteriormente, se dio cuenta de que su rostro estaba azul, y que tenía una hendidura en el cuello a causa del armazón.

“Conseguí sacarla. Temí que estuviera muerta porque no emitía ningún sonido. Empecé a practicarle reanimación y me di cuenta de que no respiraba”, explicó.

Tras el caso, Jeremy Chipperfield, escribió al gobierno británico advirtiendo que existe el riesgo de más muertes, por lo que se deben tomar medidas.

El hombre dijo que era su deber plantear la preocupación sobre “la existencia y uso de mecanismos de cama con pistones de gas, cuyo fallo presenta un riesgo para la vida”, asegura.