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El gobierno de Namibia, en medio de una devastadora sequía atribuida al fenómeno de El Niño, ha permitido la caza de más de 700 animales salvajes, incluyendo elefantes, antílopes y cebras, para enfrentar la escasez de alimentos y agua que amenaza a 1,4 millones de personas en el país. Con temperaturas alcanzando los 35 grados Celsius y sin lluvias a la vista, el gobierno ya ha sacrificado ya 150 animales, distribuyendo 57 toneladas de carne a la población rural. Esta decisión ha provocado la indignación de organizaciones defensoras de animales, como Elephant-Human Relations Aid (EHRA), que consideran esta matanza selectiva como la mayor de la historia de Namibia.

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El gobierno de Namibia, al suroeste de África, autorizó el sacrificio de animales salvajes producto de la enorme sequía que afecta al país.

Con temperaturas de 35 grados Celsius y sin pistas de lluvia, es como el sur de África enfrenta su actual panorama.

Los expertos atribuyen la extrema falta de lluvia al fenómeno meteorológico de El Niño, especialmente grave este año.

Hace varios meses, Namibia, así como Zambia, Zimbabue y Malawi, declararon el estado de emergencia debido a la persistente sequía.

Es por ello que ahora, el gobierno namibio ha decidido tomar drástica medidas. Para ayudar a la población rural, se permitió la caza de más de 700 animales salvajes que deberían estar bajo protección especial en los parques nacionales del país.

Entre ellos se encuentran elefantes, antílopes, búfalos, cebras y ñus, los cuales serán abatidos por cazadores profesionales.

Ante ello, el Ministerio de Medio Ambiente de Namibia afirma que alrededor de la mitad de la población del país, unos 1,4 millones de personas, está gravemente amenazada por la escasez de alimentos y agua.

Una medida drástica del gobierno de Namibia

Según informó un portavoz de aquel ministerio, decenas de animales salvajes corren el riesgo de morir de sed debido a la aguda escasez de agua en muchas regiones de Namibia, por lo cual, al ser sacrificados, se evitaría que mueran deshidratados, lo que también aumenta las posibilidades de supervivencia de los demás animales.

Además, según se indicó, a causa de la escasez de agua y alimentos, la convivencia entre humanos y animales empeora en la zona, pues estos últimos, invaden cada vez más asentamientos humanos y ponen en peligro a la población local en su búsqueda de agua.

Es por ello que el gobierno decidió poner una nueva solución a aquel problema: 150 animales ya habrían sido abatidos por las autoridades, con el fin de poner a disposición la carne de los animales sacrificados, a la población rural de la zona.

Según se señala, ya se habrían distribuido unas 57 toneladas de carne.

Organizaciones en contra de la decisión

Sin embargo, la idea de la matanza selectiva de animales salvajes, causó indignación entre las organizaciones de defensa de los animales.

La organización sin fines de lucro, Elephant-Human Relations Aid (EHRA), que aboga por la coexistencia pacífica entre elefantes y humanos, ha declarado que la medida constituye el “mayor sacrificio masivo de animales salvajes de la historia de Namibia”.

El grupo ha lanzado una petición pidiendo al gobierno que detenga el proyecto y desarrolle soluciones alternativas, pues según sus argumentos, no se ha evaluado el impacto que tendrá la caza en la economía y el sector turístico de Namibia.

La EHRA también acusa al gobierno de permitir a los cazadores de trofeos, abatir algunos de los animales a cambio del pago de cantidades de dinero, hecho confirmado ahora por el Ministerio de Medio Ambiente de Namibia.

Donde, sin embargo, subrayan que utilizarán la cantidad recaudada, equivalente a unos 500.000 euros (505.615.000 millones de pesos), para mejorar el suministro de agua en los parques nacionales namibios.

Sumado a ello, La EHRA afirma que también la decisión obedece a motivos políticos, debido a que en el resto de los meses se realizaran las elecciones en Namibia.