La forma de hablar de los chilenos suele ser objeto de críticas, pero los expertos en lingüística consultados para esta nota sostienen que el español chileno es "ingenioso" y es el resultado de un proceso gradual impulsado por las nuevas generaciones.
¿Qué hay de cierto que en Chile hablamos mal? a principios de julio, el investigador español Tomás Pueyo, difundió un análisis que daba cuenta de las singularidades de nuestro habla, entre ellos, las dificultades que representaría el español chileno.
A través de mapas e infografías, el ingeniero industrial observa como la geografía que se extiende en 4.300 kilómetros de territorio continental, afecta la forma en que nos expresamos.
Entonces para responder a la incógnita, en BioBioChile, hablamos con académicos para determinar si principalmente el ritmo y la capacidad creativa de los hablantes de Chile, hace que el español chileno, sea incomprensible para el resto del mundo.
El “español” de Chile
El acento chileno, derivado del español, se caracteriza por tener su propio ritmo, de tono moderado, y con escasa modulación al momento de hablar; es decir, su entonación y pronunciación son difíciles de entender, esto debido a la elisión u omisión de fonemas, la aspiración, entre otros factores.
Aun así, el español que hablamos en nuestro país, se emparenta con otros dialectos que se hablan en Latinoamérica. Según el docente de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales (UDP), Ricardo Martínez, Chile tiene similitudes con el español andino que se habla en Perú, Bolivia y Ecuador.
“Compartimos algunas características que se relacionan con la pronunciación de ciertas letras. También tenemos en común con el español argentino el ‘voseo’, que es tratar de vos al resto de las personas. Aunque en Chile se trata de forma informal, en comparación con Argentina”, explica Martínez a BBCL.
Por otra parte, el académico de la UDP, menciona que el español andino mantuvo palabras provenientes de los pueblos de habla quechua y aymara, como lo es el “charqui”, “llama” o “camanchaca”. Sin embargo, Martínez que también es Doctor en Lingüística por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, aclara que dos características que sobresalen de nuestro dialecto chileno, es el yeísmo que supone la misma pronunciación entre la “Ll” y la “y”.
Y otro tanto ocurre con el español general, con la idea de “seseo”, que significa que en la pronunciación no se distingue la s de la z.
Estas diferencias de pronunciación, junto a un léxico y sintaxis un tanto distinto al español hablado en Latinoamérica, hace que Chile pertenezca a una zona de habla propia.
El español chileno… ¿es un caso especial?
Estas variaciones son comunes, entre los países vecinos. Tal como Paraguay, Uruguay y Argentina, se encuentran en el mismo grupo, el español de nuestro país tiene una variedad única, que no comparte con otros países.
Desde la perspectiva histórica, la mayor parte de los inmigrantes que llegaron a Chile y a Latinoamérica en general, eran andaluces, quienes tienen un acento diferente a la mayoría de los españoles.
Junto a esto, Chile desde la época colonial carecía de recursos conocidos y tenía menos asentamientos, lo que los desconectaba del resto de los países latinoamericanos, y por ser la nación más alejada de España, no había un contacto frecuente, como en otros países de habla española.
Ya desde la perspectiva geográfica, por ser un país tan largo y angosto, con fronteras mayoritariamente naturales, hubo poco contacto con los otros países de Latinoamérica, debido a la Cordillera de Los Andes y el Océano Pacífico.
La belleza de la diferencia
Pero dentro de nuestro territorio, también el habla adquiere distinciones, en relación a la lengua oficial. En este caso, se identifica el uso de la palabra; “marraqueta”, que en algunas regiones (Metropolitana, VI región, etc.) se usa para referirnos a un tipo de pan. Mientras que en otras zonas geográficas (V región, y otras), recibe el nombre de; pan batido, o francés.
En opinión de Helen Tapia, docente de la Universidad Andrés Bello y Magíster en Comprensión Lectora y Producción Textual, el español chileno es “altamente dúctil, ingenioso y heterogéneo”.
Al respecto, da como ejemplo, que “las lenguas y los dialectos, son instrumentos vivos, que se modifican y evolucionan según las experiencias y contextos de sus hablantes. No adscribo a la idea de que hay quienes “hablan bien”, y “quienes hablan mal”. Nuestra forma especial de hablar, en Chile, se condice con muchas variables, la geográfica puede ser una de ellas, pero hay razones históricas, culturales, políticas, educativas y económicas, mucho más potentes para dar cuenta del fenómeno”, expresa la académica a BioBioChile.
Mientras en el ámbito fonético, muchos hablantes del español procedentes de otros países, aducen que “los chilenos hablan muy rápido”.
Pero lo cierto es que el español de nuestro país, recibe el legado de una serie de vocablos que provienen de las lenguas originarias, además, del aporte de los anglicismos, que son las palabras derivadas del idioma inglés.
El futuro del español chileno
Varios especialistas de la lengua han señalado que la poca valoración al español chileno, sería resultado de un prejuicio infundado y que se ha instalado durante años. Según Martínez, la mayor parte de las incorporaciones lingüísticas de nuevo vocabulario, es precisamente por acción de las generaciones actuales.
En ese sentido, el docente profundiza que la generación de los 80, “ha influenciado más la variedad de español que se habla hasta hoy. Sin embargo, con la irrupción de las redes sociales y teléfonos inteligentes, los jóvenes pueden comprender palabras que se ocupan en Argentina y México. Por ejemplo, la palabra “copado” que se refiere a algo atractivo o interesante que se ocupa en Argentina, mientras en México “chido” tiene un sigificado parecido”.
Con esto el académico enfatiza que las lenguas siempre se modifican y siempre es de manera gradual los cambios gramaticales “porque las generaciones jóvenes se quieren diferenciar de las generaciones más adultas”, cierra.
Palabras que tienen su origen en una lengua originaria
-Cancha: (del Quechua) Terreno para practicar un deporte / Habilidad adquirida con la experiencia.
-Challa: (del Quechua) Papel picado que se arroja al aire en celebraciones.
-Garúa: (del Quechua) Llovizna.
-Guarén: (del Mapudungún) Ratón grande.
-Loco: (del Mapudungún) Molusco gasterópodo marino de las playas de Chile, de exquisito sabor, que se ha vuelto escaso debido a su recolección excesiva.
-Pichintún: (del Mapudungún) Pequeña cantidad.
-Pololo/a: (del Mapudungún) Insecto / Pareja de alguien. Compañero/a sentimental. / Trabajo esporádico.
De acuerdo con Ricardo Martínez, que realizó una recopilación de las nuevas palabras que ocupa la juventud, estas pueden variar de acuerdo a su país de origen, mezclando en varias oportunidades anglicismos.
-Real: Expresión que se emplea para dar énfasis ante la certeza de algo.
-Estar playa: Estar relajado
-Flopear: Cuando algo fracasa
-Lanzó factos: Decir verdades
-Cringe: Vergüenza ajena