La municipalidad de Venecia está considerando aumentar la controvertida tasa de ingreso a la ciudad en 2025. Esta medida podría llevar la tarifa de los 5 euros actuales a 10 euros en los días de mayor afluencia de turistas. La zona recibe más de 32 millones de visitantes al año, lo que ha generado una presión considerable sobre la ciudad.
El “peaje” de entrada comenzó como una prueba el 25 de abril pasado, con el objetivo de aliviar el turismo masivo en la Ciudad de los Canales. Esta prueba concluyó el domingo, habiendo recaudado cerca de 2,25 millones de euros de unos 450.000 turistas.
El concejal de Turismo, Simone Venturini, declaró: “Venecia sigue siendo demasiado barata”. Venturini considera que ha llegado el momento de “pensar en una mayor contribución de acceso para acabar con el exceso de turismo”.
Esta iniciativa, aunque criticada por los venecianos, pretende reducir el turismo en una ciudad que a veces recibe hasta 100.000 visitantes diarios. La tasa solo se aplica a los turistas de un día, no a los que pernoctan ni a los residentes, cuyo número ha caído a menos de 50.000 por primera vez en la historia de la ciudad.
Después de 29 días de prueba “positiva” para el lugar, se está planificando un calendario más amplio para el próximo año, así como la modificación de la tasa. Se propone una tarifa básica de 3 euros para quienes reserven con antelación, y un aumento del precio a 10 euros en los días de mayor actividad.
Venecia cobra a los turistas
El concejal del Presupuesto, Michele Zuin, comentó: “Nos ha permitido recoger datos que no se tenían. Ahora es el momento de estudiar los números y organizar el calendario para el 2025, con todas las novedades que seguirán”.
Zuin señaló que la fase experimental inicial no mostró efectos disuasorios importantes, pero espera que la situación cambie cuando el billete máximo se incremente a 10 euros, “lo que nos permite la ley, dependiendo de los flujos y de las reservas”.
La autoridad añadió que es “un intento de revertir la tendencia”, para que la gente “no venga a Venecia cuando tenga vacaciones, sino que se tome vacaciones para ir cuando sea posible”. Destacó que el descenso de reservas de plazas de aparcamiento indica que el turismo que visita la ciudad como si fuera un parque temático se ha reducido.
“Venecia no puede contener a todas las personas del mundo”, afirmó Venturini. “Tenemos que elegir qué tipo de personas queremos traer a una ciudad que ofrece una experiencia única en el mundo, pero dentro de un espacio finito”.
En total, se contabilizaron 449.912 pagos por un valor de 2.249.560 euros, triplicando los 700.000 euros previstos en el presupuesto para esta medida, aunque los vecinos la consideran insuficiente.
Venturini concluyó: “Para nosotros ha sido un éxito. El mundo nos miraba, era una especie de adelanto internacional, porque nunca antes en la historia de una ciudad se había introducido una medida semejante. Los medios de comunicación de todo el mundo han comprendido y difundido la condición única de Venecia”.