Ana Estrada Ugarte, quien padecía polimiositis desde los 12 años, murió en Perú tras someterse a un procedimiento de eutanasia, después de lograr que la Justicia de dicho país, reconociera el derecho a la muerte asistida.
Ana era psicóloga, tenía 47 años y padecía polimiositis, una enfermedad degenerativa que inflama y debilita los músculos. De esta manera, dedicó gran parte de su vida a la lucha en favor de la eutanasia.
En 2015, Estrada presentó dificultades médicas, pues no lograba respirar y tragar los alimentos. Para poder hacerlo, se sometió a diversos procedimientos médicos, explica BBC.
Todo aquel tratamiento, sumado a los que ya tenía, la dejó bajo el cuidado y dependencia de enfermeras.
Lucha para habilitar la eutanasia en Perú
Un año después, Ana inició un juicio para acceder a la eutanasia o también llamada, muerte asistida.
En 2019, la psicóloga abrió el blog “Ana busca la muerte digna” y envió una petición para que las autoridades peruanas le permitieran acceder a la muerte asistida.
Luego de ello, su causa se llevó hasta el Poder Judicial de Perú, a través de una acción de amparo. Sin embargo, su petición era compleja pues la eutanasia era ilegal en el país.
En 2021 la Corte Superior de Justicia de Lima ordenó al Ministerio de Salud de Perú que respetara la voluntad de Estrada y que no se aplicara el Código Penal a aquellos profesionales que ayudaran en el procedimiento, consigna el medio.
Finalmente, la decisión fue ratificada por la Corte Suprema en julio de 2022.
Ana Estrada se sometió a un procedimiento de eutanasia
Durante la jornada del pasado domingo, en un comunicado, Josefina Miró, abogada de la psicóloga, confirmó su fallecimiento.
Los médicos del seguro estatal de salud, EsSalud, realizaron el procedimiento “conforme al Plan y Protocolo de Muerte Digna“, explica La Tercera.
Tal como indica el comunicado, “el domingo 21 de abril de 2024, Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna y accedió al procedimiento médico de eutanasia”, indicó BBC.
“Ana murió en sus propios términos, conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final”, se detalló.
Por último, en el texto escrito por Miró, se describe que Ana murió agradecida de las personas que la ayudaron en su lucha y también aquellas que apoyaron su decisión con amor y empatía.