Si en algo se parecen la frontera sur de Estados Unidos, con el paso fronterizo de Chile, es en que hay turbas tratando de entrar por las malas a un territorio donde les prometen una vida próspera. Sin embargo, el denominado “Ejército de Dios”, se formó en una de las zonas más complicadas de estas dos realidades.
Los desesperados migrantes ilegales, no sólo se enfrentan a la vigilancia permanente de la Patrulla Fronteriza, haciendo su trabajo tanto en el desierto, como en el turbulento Río Bravo donde a diario rescatan algunas vidas.
Otras almas no corrieron con la suerte de ser interceptados a tiempo, siendo llevados por las fieras aguas que nada entienden de necesidad de cruzar.
De manera informal, y con sus peculiaridades, los miembros de este denominado ejército se suman a un trabajo que no es oficial, pero que para ellos representa patriotismo, ese que los justifica en la tarea de interceptar a indocumentados.
“Ejército de Dios”: Somos patriotas
El pasado fin de semana, una caravana de vehículos se instaló en Quemado, Texas, cerca de la frontera sur que México y Estados Unidos comparte. Procedían de Florida, Virginia y Luisiana
El convoy de 300 vehículos se instaló el 03 de febrero, cumpliendo con una convocatoria que se supone sería de miles de personas que integran el “Ejército de Dios”.
Sin embargo, el número fue más bajo de lo esperado, no así los ánimos de los participantes. El olor de los asados en la zona fronteriza, por un rato hizo olvidar a los presentes que el entorno es utilizado por los migrantes ilegales de Centro y Sudamérica, para conseguir el sueño americano.
La agrupación tampoco perdió el foco: concentrar sus esfuerzos en impedir que los ilegales crucen su país. Lo hacen en nombre de la patria, según sitios como France24 o Aristegui Noticias, que retomó información del portal local NewsNation.
“Somos patriotas. La gente solo quiere pasarlo bien”, dijo Margaret Leach al sitio noticioso mencionado. “Va a haber oraciones y ese tipo de cosas. De eso se trata. De protegernos mutuamente. No vamos a pelearnos con nadie. No va a haber problemas”.
Según este grupo estadounidense, se trata de repeler también las ideas de los que califican como globalistas y conspiradores, quienes aseguran a los inmigrantes que las fronteras deben ser abiertas a quienes necesitan cruzar.
Su labor, asegura, es “arrojar luz sobre los evidentes peligros que supone una frontera sur abierta“.
De la oración a la protesta
La localidad de Quemado, Texas, cerca de 200 casas cercanas al Río Bravo, fueron testigos de la repentina llegada de un grupo de patriotas que se denominan “Ejército de Dios”, quienes se adjudican la misión de contener la descontrolada inmigración en la frontera sur.
Cerca de la mencionada zona, se encuentra la convulsionada Coahuila (del lado mexicano), donde el narcotráfico y el tráfico de personas generan decenas de muertes a diario.
El lugar fue escogido por este grupo para pronunciarse, tras el convivio que realizaron, uniéndose otras organizaciones como We the people” (Nosotros, las personas) y “God’s Army” (Ejército De Dios).
El lema de la reunión fue “Take our Border Back”, en español, Recuperemos nuestra frontera. Debido a eso consideran que “La migración en la frontera está fuera de control. Estamos siendo invadidos y, necesitamos controlar lo que está sucediendo”, en palabras de Robyn Forzano, de 43 años, una de las encargadas del encuentro.
Con carteles en mano, los presentes se quejaron de lo que llaman la actividad delincuencial de mexicanos, por ejemplo, en referencia a la cercanía con la referida localidad mexicana, según informó El Mañana de Laredo.
“Cuando vas a México, hay gente fantástica, pero parece que cuando cruzan a este lado, (…) cometen robos”, expresó el simpatizante del expresidente Donald Trump, Marty Bird, de 73 años.
“Ejército de Dios” y sus detractores se encuentran en la frontera
La cadena Telemundo difundió imágenes y testimonios de otro grupo, que se mostró inconforme con el proceder del denominado Ejército de Dios.
Apostados en la frontera, al igual que su contraparte, una agrupación civil-religiosa, reprochó a los miembros de “God’s Army” sus intenciones contra los migrantes, algo que va en detrimento con lo que pregonan.
“Es un convoy de Dios, pero son hipócritas. No están representando a Dios, porque andan tomando”, afirmó Ricardo Yepes. Momentos después, se generó una discusión entre ambas organizaciones debido a que un integrante del “Ejército de Dios” fue acusado de casi atropellar a uno de sus detractores en la zona de la concentración.
Lo irónico es que ante el despliegue de dicho ejército, como se hace llamar, habían personas de origen latino, simpatizantes de Trump, apoyando la actividad en la que aprovecharon a vender artículos con el rostro del exmandatario y también para quejarse de la llegada masiva de indocumentados.
“No no más es aquí en (Texas), es en todas las fronteras que están dejando invadir a Estados Unidos y yo lo miro como que es injusto, verdad, ya que muchos países tienen sus fronteras y… yo no podría ir a México así no más”, aseguró un hombre que se identificó como Arcángel.
Esta agrupación tiene la tarea de permanecer vigilante, aunque no aclararon si permanentemente, o con qué método, para impedir el paso de indocumentados desde el lado mexicano. Recordemos que por el Río Bravo, entre otras zonas, ingresan no sólo ciudadanos del vecino estadounidense, sino, venezolanos y centroamericanos que anhelan vivir en el país de las barras y las estrellas, custodiado por patriotas amantes de las armas y de Trump.