Sarah Ferguson, exmiembro de la familia real británica, vivió la extirpación de un lunar del cuerpo, que era un melanoma maligno, la forma más grave del cáncer a la piel.
Según informó el medio The Sun, la duquesa de York se encuentra “de buen humor”, sin embargo, que le detectaran un segundo diagnóstico de cáncer en seis meses es “angustioso”. Fue días después de Navidad, que las pruebas revelaron que tenía un lunar maligno.
La mujer de 64 años se ha estado recuperando en Austria durante las últimas semanas, y “no ha sido un momento fácil”.
Frente a ello, se someterá a más pruebas para descubrir si el cáncer se ha extendido, esperando que el lunar se haya encontrado lo suficientemente temprano para evitar más problemas de salud.
Sarah ahora llamó a las personas a que revisen periódicamente su cuerpo en busca de lunares que puedan ser cancerosos.
Se trata de un nuevo drama de salud para la familia real, ya que la Princesa de Gales permanece en el hospital después de una cirugía abdominal. Mientras que el rey Carlos, de 75 años, está descansando en Sandringham después de que le diagnosticaran agrandamiento de la próstata. Y se someterá a un “procedimiento correctivo” en el hospital esta semana.
Un portavoz de Sarah, dijo que “su dermatólogo pidió que le extirparan y analizaran varios lunares al mismo tiempo que la duquesa se sometía a una cirugía reconstructiva después de su mastectomía, y uno de ellos ha sido identificado como canceroso””.
Situación que se produce cuando el exmarido, el príncipe Andrés, se enfrenta a acusaciones impactantes en documentos judiciales de Estados Unidos que afirman que participó en una “orgía de menores de edad” en la “isla pedófila” de Jeffrey Epstein. Y aparece en “cintas sexuales” filmadas en la casa del multimillonario en Nueva York.
Al padre de la duquesa de York, Roland Ferguson, le diagnosticaron cáncer de próstata y de piel durante la última década de su vida.