En 2020 la periodista libanesa Ghada Oueiss, qué tiene un programa en Al-Jazeera donde hace incisivas entrevistas a personalidades políticas de Medio oriente, publicó un artículo en el Washington Post describiendo cómo hackers le habían robado fotos y videos privados para publicarlos en internet.
Tras la filtración comenzaron los ataques a través de redes sociales, pero algo llamó la atención. Una de las más férreas atacantes era una ciudadana estadounidense, Sharon Van Rider.
¿Qué hacía una estadounidense atacando a una periodista de Al-Jazeera y además defendiendo al príncipe heredero de Arabia Saudí?.
Esa fue la pregunta que se hicieron en Forbidden Stories, donde realizaron una investigación coordinada sobre las campañas de desinformación a través del uso de bots y mercenarios digitales.
Según señala Infobae, los ataques de Van Rider fueron implacables: la llamaba mentirosa; la acusaba de haberse “vendido a terroristas para obtener una historia” y que trabajaba para “una red que transmite antisemitismo”.
Sin embargo Forbidden Stories logró acceder a documentos oficiales que daban a conocer que el FBI estaba investigando las actividades de Van Rider.
Lo anterior para determinar quién la financió y si esta violó la Ley de Registro de Agentes Extranjeros (FARA), lo que podría traerle multas e incluso encarcelamiento.
Rider, que conoció al príncipe saudí Sattam bin Khalid al Saud en Dubái en 2019, recibió a través de Jerry Maher cuatro cuotas de 2500 dólares.
Dichos recursos habrían provenido directo de la monarquía saudí, según una indagatoria del periódico Die Zeit.
¿Quién es Jerry Maher?
Maher es un ex presentador de un canal saudí, director ejecutivo de Sawt Beirut International y asesor de medios de un multimillonario libanés.
Vive en Suecia desde 2010, desde donde ha realizado ataques contra los críticos del régimen saudí.
Uno de estos críticos fue el periodista Jamal Khashoggi, quien fue torturado y descuartizado en 2018 en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.
Maher incluso llegó a tuitear que quienes indagaban el asesinato de Khashoggi arderían en el infierno. Además atacó a Jeff Bezos, asegurando que si se convertía en enemigo de Arabia Saudí, sería destruido.
En febrero de 2019, Oueiss invitó a Maher a su programa, y este defendió la postura de Arabia Saudita sobre el asesinato de Khashoggi, aunque tras cámaras habría admitido que el príncipe heredero podría estar tras la orden de asesinato.
Todo esto como una forma de amedrentar a los periodistas y críticos opositores a la monarquía saudí.
Los influencers mercenarios
En la declaración de Van Rider apareció otro nombre, Maria Maalouf, una periodista libanesa que se encuentra en Washington DC como copresidenta de la firma consultora Prolific Solutions.
Asimismo, según la indagatoria de Forbidden Stories, hay otros influencers profesionales que han atacado a Oueiss, como el caso de Irina Tsukerman, una abogada con sede en Nueva York que ofrece servicios de información ‘ofensivos’ y ‘defensivos’ a través de su compañía con sede en EEUU, Scarab Rising.
Además, según señala Forbidden Stories, Tsukerman aboga en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU con la Coalición Yemení de Mujeres Independientes.
“Es una nueva forma de matar periodistas virtualmente, silenciarlos. En lugar de pagarle a alguien para que lo asesinen físicamente, le pagan a alguien para que lo asesinen virtualmente”, señaló Oueiss.