El desalojo de venezolanos en varios países sigue siendo noticia. El ocurrido recientemente, a unos pasos del sueño americano, tiene imágenes impactantes debido a la intervención de la policía de México, la intervención de la Patrulla Fronteriza de EEUU y la resistencia de los migrantes desalojados.
Texas sigue siendo uno de los estados de la Unión Americana que ve por oleadas a desesperados venezolanos intentando cruzar a territorio estadounidense, de forma ilegal, desde Ciudad Juárez.
BioBioChile estuvo en junio pasado en la zona de Laredo y El Paso (Frontera Sur con México), donde la patrulla fronteriza redoblaba esfuerzos temiendo un incremento en el número de indocumentados de varias partes del mundo, debido a una sustancial baja de casos de coronavirus que mantuvo a raya a los desesperados por cruzar.
La situación ha cambiado 6 meses después. Los campamentos instalados por venezolanos lo comprueban. El fantasma de la pandemia ya no asusta. No tanto como el hecho de no poder llegar a EEUU.
Previo a lo ocurrido con el campamento, un grupo de venezolanos intentó cruzar el pasado 31 de octubre por el río Bravo. La Patrulla Fronteriza de El Paso, Texas, repelió el ingreso con balas de goma y usando gases lacrimógenos.
El episodio fue puesto en investigación por las autoridades estadounidenses pero, en un comunicado, la institución aclaró que respondió al ataque contra uno de sus uniformados con una asta de bandera que llevaba uno de los migrantes que intentó cruzar por la fuerza.
“Estoy monitoreando los informes sobre los eventos en El Paso en los que varios cientos de migrantes intentaron ingresar a Estados Unidos sin autorización a lo largo del límite internacional del río Grande”, aseguró Chris Magnus, comisionado de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU, conocida como CBP.
El desalojo de venezolanos: eran 500 migrantes en campamento
El medio Voz de América dio a conocer lo ocurrido hace unos días en Ciudad Juárez, frontera sur entre EEUU y México. Un sitio que representa un “tan cerca y (a la vez) tan lejos” para los indocumentados, cuando se trata de llegar a EEUU.
En las orillas del río Bravo, cerca de El Paso, Texas, se instaló desde hace varias semanas un campamento de venezolanos (hombres, mujeres y niños) que fue creciendo a medida que otros podían cruzar la temida selva del Darién, entre Colombia y Panamá, trayecto que ha cobrado cientos de vidas de sudamericanos tratando de escapar de su realidad.
Ese último punto es el que tiene a los venezolanos acrecentado los campamentos irregulares en la mencionada zona. En este caso se trataba de 500 personas. Una parte de estas fue la que intentó cruzar por la fuerza hacia El Paso, a finales de octubre pasado.
Más allá del tema legal, se trata de una situación de riesgo para los migrantes, quienes han presentado casos de hipotermia pese a que hacen uso de fogatas o estufas improvisadas para poder sortear las bajas temperaturas.
“Este es un espacio inseguro para ellos (orillas del río Bravo). No no más (sic) se trata de una zona de alto riesgo, así lo ha dictaminado Protección Civil, sino que está en riesgo su salud, definitivamente. Y, por qué no decirlo así, inclusive su seguridad”, reconoció Enrique Valenzuela, Coordinador general del consejo estatal de la población (Coespo).
Se refiere al hecho de que en dicho sector operan bandas de narcotráfico que privan de libertad a migrantes para que les sirvan de “mulas”, con el fin de trasladar drogas hacia territorio estadounidense. Si se niegan, los asesinan. Así lo confirmó a BioBioChile en junio pasado el subjefe de la Patrulla Fronteriza de Laredo, Greg Burwell.
Los enfrentamientos por el desalojo
Durante el desalojo de migrantes venezolanos, la situación se salió de control.
Elementos de la policía mexicana llegaron a la zona antes mencionada para desalojar a los indocumentados. Sin embargo la resistencia, de la mano de la desesperación, salió a flote, lo que derivó en enfrentamientos entre uniformados y migrantes.
Algunos denunciaron haber sido golpeados junto a sus hijos. No obstante el reporte periodístico en la zona también dio cuenta de policías lesionados en el incidente.
Cabe destacar que Voz de América, medio del que se retomó lo ocurrido con el campamento de Ciudad Juárez, informó que cuando los migrantes fueron desalojados varios de estos quemaron las carpas en protesta por haber sido removidos.
La mayoría, en tanto, aceptó ser llevada a albergues temporales. Sin embargo unos cuantos no desistieron y todavía acampan en las cercanías de la frontera, con la esperanza de cruzar el temido río Bravo, pese a la presencia permanente de la Patrulla Fronteriza.
En Estados Unidos y México, como en otros países, la situación por la llegada de migrantes venezolanos es preocupante.
En conversación con el referido medio noticioso, Mauro Pérez Bravo, presidente del Consejo Ciudadano del Instituto Nacional de Migración (México), aseguró que los albergues en las ciudades fronterizas con EEUU están saturados, debido a que desde el pasado 12 de octubre el gobierno estadounidense reforzó las medidas para impedir el ingreso ilegal de venezolanos, que tienen por objetivo tramitar el asilo político.
“Las fronteras en particular y la Ciudad de México están siendo rebasadas y colapsadas en un 600%. Ya tienen sobrecupo y sobre todo en las fronteras. Ustedes pueden ver algunos albergues en Tijuana, Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, las personas ya están en la calle porque no hay cabida”.
El desalojo de venezolanos: de México a Iquique
El más reciente y masivo desalojo de venezolanos en la frontera sur, entre Estados Unidos y México, recuerda al ocurrido en septiembre pasado en la Plaza Brasil de Iquique.
Las autoridades chilenas decidieron actuar para desmantelar decenas de carpas instaladas en la vía pública de la norteña localidad, debido a las quejas constantes de los vecinos y a la ilegalidad que supone tomar las calles de esa forma.
Pocas horas después, cientos de habitantes de la ciudad salieron a las calles para protestar por la masiva presencia de migrantes pernoctando, pidiendo dinero o limpiando parabrisas. Varias carpas fueron incendiadas.
“Lo que nos hicieron, eso no se le hace a un ser humano, porque todos somos seres humanos, todos somos hijos de Dios. Tienen que agarrar a la gente que está haciendo lo malo, no los que están trabajando”, aseguró una venezolana en el campamento.
Las críticas de organismos de derechos humanos tampoco se hicieron esperar, dados los acontecimientos tanto en la marcha como en el operativo policial, en el que un niño de 4 años desapareció por unas horas, siendo posteriormente ubicado.
“Menos mal encontraron al niño, pero esto resume la mala gestión de todo este drama humanitario, el gobierno cree que esto es solo deportar a algunos y desalojarlos de una plaza”, se quejó Franklin Pérez, administrador de un edificio en el centro de Iquique, tal como lo reportó BioBioChile.
Del desalojo de venezolanos en campamentos, a turbas en las fronteras
Tanto en la frontera de México y EEUU, como en la que Chile comparte con Perú, los migrantes venezolanos intentan por todas las formas posibles ingresar a otros países contraviniendo las leyes locales, en su desesperación de escapar de la crisis social en la que el gobierno de Maduro sumió a su país.
Recientemente, una turba de migrantes intentó ingresar en el complejo fronterizo Chacalluta, en la Región de Arica y Parinacota.
Se trata de la misma estrategia usada por sus compatriotas, cuando intentaron atravesar el río Bravo hasta que fueron recibidos con balas de goma por la patrulla Fronteriza de El Paso.
En el caso de Chile, la intervención de Carabineros impidió la entrada al numeroso grupo. Otros, no obstante, lo intentaron por los cruces irregulares pese a la advertencia de los peligros de la zona.