Hablar de Gerardo Billiris es referirse a una historia de abusos que quedó al descubierto cuando una de sus víctimas logró escapar de la muerte, la noche en que la obligó a consumir crack y la golpeó hasta casi desfigurarle el rostro. En medio del juicio en su contra, el profesional justificó sus ataques con una estrategia que la justicia desestimó.

Gerardo Billiris gozaba de prestigio entre sus colegas. El anestesista argentino era, aparentemente, un exitoso profesional, de buen pasar económico y con una carrera consolidada, según las descripciones recogidas desde que sus delitos salieron a la luz.

Vivía en un departamento de Palermo, el barrio bonaerense que es catalogado como una zona bohemia, con restaurantes, tiendas y pubs que le distinguen del resto. El caso de Billiris, no obstante, lo sacó de esa distinción y lo puso en el escenario del modus operandi de un sujeto que escondía una faceta oscura, drogando y atacando a mujeres, tal como han publicado medios transandinos, entre estos, la cadena de noticias TN.

Recientemente, este anestesista argentino volvió a la palestra pública, dado una de sus víctimas, quien escapó de su ataque y lo denunció, habló de su situación actual, luego del calvario que la hizo vivir el sujeto que le propino una golpiza. Fue a dar directo al hospital, con su rostro marcado por el nivel de salvajismo sufrido.

La noche en que una joven casi muere a manos del anestesista argentino

Era el verano de 2017 y Belén Torres conoció por una aplicación de citas al anestesista argentino, Gerardo Billiris.

“Yo lo conocí por Tinder y después me ofreció trabajo”, aseguró.

Todo apuntaba a que Gerardo Birillis era un anestesista argentino exitoso, pero escondía un oscuro modus operandi en su departamento de Palermo.
TN

En una ocasión en la que se reunieron en el departamento del profesional, en Palermo, la joven -de entonces 20 años- vio cómo su anfitrión, de entonces 40 años, comenzó a cocinar crack, droga altamente dañina, base de clorhidrato de cocaína que se fuma.

“Yo ya lo había visto consumir. Me lo dio a mí y luego lo probó él. Yo solo probé una vez y él me tapó la nariz y la boca para que retuviera el humo. Me sentí mareada, como alcoholizada”, relató Belén.

La situación escaló a niveles de horror cuando el sujeto perdió el control y comenzó una feroz agresión contra la joven a la que doblaba en edad.

“De la nada, me empezó a golpear y gritaba que me quería matar. Primero me escondí en el baño, luego salí al pasillo. Y de ahí en adelante ya no recuerdo más nada. Creo que un vecino me ayudó. Si seguía un poco más, me mataba”.

Un 8 de febrero, hace 5 años, el periódico local Clarín, informó de los detalles de la detención efectuada contra el anestesista argentino, tras la golpiza propinada a Belén Torres. Un grupo de agentes llegó hasta su domicilio y se lo llevó detenido.

La agresión contra Belén era la punta del iceberg de una serie de abusos contra otras mujeres.

Gerardo Billiris le ofrecía trabajo a las jóvenes. Las drogaba y abusaba de estas.
CN5 / Argentina

Violencia drogas y perversión del anestesista argentino

Cuando la denuncia de Belén Torres derivó en la aprehensión de Gerardo Billiris, otras mujeres aparecieron para relatar abusos, entre estos de tipo sexual.

Una de ellas, identificada como Florencia, relató al medio CN5 la situación que enfrentó con el anestesista. Los abusos estuvieron presentes al punto de poner en riesgo su vida.

“Lo peor fue cuando me rompió la boca, tengo un diente partido. Me pegaba con la mano y con objetos. Y en un lapso de tres meses, terminé dos veces en coma. Su morbo era anestesiarme”, aseguró la joven en la televisión argentina.

Cuando Florencia intentó poner una denuncia contra su expareja, a la que decidió dejar luego de los abusos en casi dos años de relación, la respuesta policial la dejó devastada: “La Policía nos dijo que como no estaba muerta no trascendía el tema”.

Otra joven, citada en el portal noticioso minutouno.com.ar, relató que el sujeto le ofreció trabajo. Fue su forma de hacerla llegar hasta su departamento.

“Fui a una entrevista y me recibió en bóxer”, dijo la joven, que en 2012 fue testigo de la forma en que el sujeto se drogaba.

“Me salvé de milagro de que no pasara nada. Sobre la barra tenía un montón de drogas diferentes. Había bolsas de cocaína, cigarrillos de marihuana. Tenía botellas de bebidas blancas. Fue al mediodía”, aseguró “Laura”, quien prefirió un seudónimo por temor a que su familia se enterara. “Nunca le conté a mis padres”.

Billiris le había dicho que era cirujano y necesitaba a una persona que completara planillas. “Cuando estaba en su casa, por suerte lo llamaron y se tuvo que ir de urgencia a hacer una cirugía”, aseguró la joven.

Nadie sabía la forma en que operaba este profesional de la salud, quien escondía un oscuro proceder. Sin embargo, lo ocurrido a Belén hizo que recorriera los informativos con su rostro desfigurado, algo que reactivó el caso. Se logró que el sujeto fuera juzgado, no sin antes darle un revés a las víctimas.

En un inicio, la justicia no estaba considerando el intento de femicidio y hasta desestimaron los abusos sexuales por parte de Billiris.

14 años en prisión: las disculpas de un agresor que adujo brote psicótico por drogas

“En la primera condena, el Tribunal Oral deja afuera el intento de femicidio y absuelve por los abusos sexuales. Recién después se pudo ver el contexto mucho más amplio en el que se producían. Desde la Unidad Especializada, junto al Ministerio Público Fiscal, el objetivo fue revertir los dos puntos que tenían que ver con una falta de mirada de género. Que la tentativa fuera conceptualizada como un femicidio y que los abusos sexuales se consideraran tales, no situaciones consentidas”, aseguró Mariela Labozzetta, al frente de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM).

Fue como el equipo fiscal logró la condena de 14 años de prisión contra el anestesista argentino Gerardo Billiris. Los testimonios de dos de sus otras víctimas lo llevaron a ser encarcelado, no sin antes, echar mano de una estrategia para evitarlo. De hecho, sus abogados adujeron que todo se trato de un brote psicótico, producto del consumo de drogas.

“Siento arrepentimiento. Ella (Belén) sabe que nunca quise lo que pasó. Quiero desterrar las drogas de mi vida. Quiero volver a ser la persona que alguna vez fui”, declaró Billiris poco antes de escuchar su sentencia el 14 de marzo de 2019.

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“Un hombre que ‘engancha’ a las chicas por Tinder para trabajar, que tiene 40 años y plata, las domina. Hay un juego donde su ego tiene que estar exaltado. Esto es expresamente buscar que el otro esté humillado: las contrata, les paga y consigue que terminen siendo acompañantes sexuales. El goce se da por el dominio del otro y el otro actúa como una prótesis de su ego. En un tipo, que tuvo 5 o 6 episodios, hablar de un brote es un chiste, y hablar de epilepsia es un insulto”.
- Enrique de Rosa, Psiquiatra y sexólogo.

Han pasado 3 años desde la sentencia. Pero, para una de las mujeres atacada por Gerardo Billiris, la situación es compleja, psicológicamente hablando.

“Todavía tengo miedo de encontrarlo en la calle”. Sostiene, no obstante, que está saliendo adelante con ayuda profesional y la de su familia, además de la que obtuvo de abogados, medios de comunicación y de la aplicación de justicia con perspectiva de género desde el equipo fiscal que revisó su caso.

“Fui saliendo adelante, al principio con psicólogos y muchísima ayuda de mi familia y amigos. En agosto, por un cáncer, perdí a mi papá, que fue un sostén muy importante. Y también puse un poco de mí, de mis ganas de estar bien”, aseguró Belén Torres, quien ahora trabaja en un centro comercial.

Belén: la joven que se recupera de la golpiza del anestesista argentino Gerardo Billiris.
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