Aunque es un concepto formulado a principios del siglo XX, su discusión reflotó en redes sociales como TikTok. Hablamos del llamado “Madonna Whore Complex” o Complejo Virgen-Prostituta, una dicotomía psicológica que lleva a que algunos clasifiquen a las mujeres únicamente en “vírgenes” (o santas) y “prostitutas” (promiscuas).
Sigmund Freud, el fundador del psicoanálisis, fue quien acuñó el concepto en sus teorías sobre la sexualidad.
Tammy Sue, terapeuta conocida como “Bare Therapy” en internet, señaló en The Latch, que Freud notó que muchos de sus pacientes masculinos clasificaban a las mujeres en dos categorías: santas o prostitutas.
El problema es que estos pacientes sólo podían amar a las primeras y desear a las segundas, pero no desear y amar a la misma mujer.
“Donde tales hombres aman, no tienen deseo y donde desean, no pueden amar”, decía Freud sobre estos pacientes.
“Eres pura y virginal o sexual y comunicativa, nunca ambas”
Para Tammy, esta dicotomía en la actualidad “significa que las mujeres deben ser puras y ‘virginales’ o sexuales y comunicativas. Nunca ambas”.
“La sexualidad de una mujer es una escala móvil a lo largo de su vida y la forma en que expresamos nuestros deseos de placer sexual, pública y personalmente puede cambiar con el tiempo”, expresó.
Sin embargo, aunque pareciera algo del pasado, sigue presente. “Los terapeutas de hoy todavía ven a personas con este complejo psicológico, y puede tener un gran impacto en las relaciones”, manifestó.
De hecho, este complejo lleva a que algunos les sea imposible mantener la excitación sexual cuando se encuentran en una relación amorosa y comprometida. Y es que sexo y amor nunca conjugan para estas personas.
Cabe destacar que si bien está más presentes en hombres, también hay mujeres que tienen esta visión sesgada de la sexualidad de sus congéneres.
De “chica pura” a mujer con deseo
Sue indica que en las sociedades que repudian el sexo antes del matrimonio puede ser más frecuente el Madonna Whore Complex.
Esto ocurre porque para algunas personas es difícil pasar de ver a la novia como una chica pura a una mujer con deseos de placer.
“Las personas con este complejo psicológico ven un (supuesto) cambio en la personalidad de su pareja femenina que no quieren”, explicó.
“A veces sienten que no pueden ‘degradarla’ al tener relaciones sexuales, lo que genera frustración e ira en ambos lados de la relación”, contextualizó.
Este momento fue bien capturado -aseguró la especialista- en un episodio de Sex and the City. Cuando Charlotte (Kristin Davis) y Trey (Kyle MacLachlan) se casan todo cambia. Tras la boda, Trey no puede tener sexo con Charlotte porque la ve como alguien virginal (pese a que no lo es). Por lo mismo, Charlotte comienza una verdadera odisea para mostrarle que es una mujer “deseable”.
La maternidad: el hito donde se manifiesta más el Madonna Whore Complex en la actualidad
Pero donde se manifiesta mayormente el Madonna Whore Complex en la sociedad actual es cuando las mujeres dan a luz.
Y es que a través de los ojos de la dicotomía, cuando una mujer se convierte en madre pasa a ser “santa”.
“Una mujer puede ser vista como un ser sensual con deseos y hambre de placer, hasta quedar embarazada”, comentó.
“A algunas parejas les resulta difícil ver a las mujeres como seres sexuales una vez que el bebé está en el mundo. Puede ser frustrante cuando el deseo sexual de una mujer regresa en los meses posteriores a convertirse en madre y su pareja no la satisface”, indicó Sue.
Además, parece manifestarse más profundamente cuando el parto es natural. “El complejo de Madonna puede ser particularmente frecuente cuando un bebé nace ‘naturalmente’, a través del canal de parto”, dijo la especialista.
“Antes de dar a luz, una pareja puede haber visto la vulva de una mujer como algo deseable, un lugar para jugar y disfrutar. Después del parto, esta visión puede cambiar para volverse más pura a medida que la vulva de su pareja se convierte en lo que da vida, algo relacionado con su hijo más que con el sexo y el placer”, agregó.
Así como en la vida las cosas no son blanco y negro, la sexualidad tampoco lo es, manifestó la terapeuta.
“Las mujeres no deben ser puestas en una caja, ya sea como vírgenes santas o prostitutas fáciles. Se debe permitir que el nivel de nuestra sensualidad sea fluido y no dependa en absoluto de la opinión de los demás”, indicó.
“Si tu pareja tiene problemas para ajustar su percepción de ti en el dormitorio, ten una conversación honesta con él o ella sobre cómo te hace sentir esto, ya sea solo o con un terapeuta”, agregó.
El Madonna Whore Complex y las ideas sexistas
Un estudio publicado en la revista de la Sociedad Americana de Psicología mostró que quienes viven con este complejo se identifican más con ideas sexistas y que refuerzan la desigualdad en general.
“Una de las cosas que encuentro interesante es cómo reaccionan algunas personas ante el cuerpo femenino cuando se lo representa en un contexto sexualizado versus uno maternal”, dijo el autor del estudio, Rotem Kahalon, de la Universidad de Tel Aviv.
“Por ejemplo, ¿por qué está bien que algunas personas vean a mujeres sexualizadas con escotes reveladores en comerciales sexualizados, pero cuando se trata de amamantar en público, sienten repulsión? Después de todo, es el mismo pecho”, añadió.
“Queríamos entender por qué para algunas personas es difícil ver unidas las dimensiones ‘tierna’ y ‘sensual’ de la sexualidad de las mujeres, y cuáles son las consecuencias de una visión tan dicotómica”, expresó Kahalon.
Para el estudio, los científicos encuestaron a 123 mujeres heterosexuales israelíes, 242 mujeres y hombres heterosexuales estadounidenses y 351 mujeres y hombres heterosexuales alemanes. En la entrevista, se les consultó sobre cómo percibían la sexualidad de una mujer, si la crianza y la sexualidad son mutuamente excluyentes, y si veían de manera más positiva a las mujeres “castas”.
Los investigadores descubrieron que las personas que respaldaban la dicotomía Madonna-Whore también tendían a identificarse con ideologías que refuerzan la desigualdad.
“Tanto los hombres como las mujeres que estaban de acuerdo con afirmaciones como ‘una mujer sexy generalmente no es una buena madre’ y ‘Las mujeres suelen ser muy liberales o muy conservadoras sexualmente, pero no están en el medio’ tenían más probabilidades de expresar actitudes sexistas”, señalaron.
Kahalon dijo a PsyPost que “los estereotipos que tienen los hombres y las mujeres sobre los roles de las mujeres, ya sean positivos, como retratar a las mujeres como ‘buenas’, castas y puras, o negativos, como ver a las mujeres como ‘malas’, promiscuas y ‘prostitutas’ seductoras, controlan a las mujeres y limitan su libertad sexual”.
En el sondeo también se vio que los hombres eran más propensos a identificarse con el complejo.
Asiduos a la dicotomía la pasan mal en sus relaciones
Como indicamos más arriba, quienes adhieren a esta creencia no sólo se apegan más a ideas sexistas, sino que sufren más en sus relaciones.
Un estudio previo aplicado a hombres israelíes heterosexuales, evidenció que quienes respaldaban la dicotomía santa-prostituta, solían experimentar menor satisfacción cuando estaban en pareja.
“Irónicamente, una visión dicotómica de las mujeres como pertenecientes a uno de estos dos roles puede tener un costo personal para los hombres”, afirmó Kahalon. “Los hombres que ven a las mujeres de una manera tan dicotómica muestran niveles más bajos de satisfacción sexual y de relación”, agregó.
“La lección positiva de nuestra investigación es que respaldar ideologías sociales y roles de género más igualitarios puede predecir relaciones románticas heterosexuales más estables y sexualmente satisfactorias”, dijo el investigador.
“Nuestros resultados sugieren que reducir la desigualdad de género y las ideologías que la sustentan puede ser lo mejor para las mujeres y los hombres”, enfatizó.
En búsqueda de ideas más realistas sobre la sexualidad
Si bien se necesitan más estudios para confirmar las consecuencias psicológicas del Complejo de Madona, la investigación da luces de lo dañino que puede ser.
Kahalon y su equipo esperan que este estudio ayude a entender fenómenos sociales, “como la tendencia de las personas a aceptar la exhibición pública de los senos de las mujeres cuando se usan de manera sexualizada, pero no los comportamientos maternos”.
También indicó que buscan “reducir los sentimientos de culpa o vergüenza de las mujeres sobre su cuerpo y su sexualidad, particularmente aquellos sentimientos que se derivan de las expectativas culturales”.
“Esperamos que nuestro trabajo aliente tanto a hombres como a mujeres a tener creencias más complejas y realistas sobre la sexualidad”, indicó.
Para el especialista, despegarse de esta dicotomía permite “experimentar una mayor libertad sexual y relaciones románticas más satisfactorias, incluso después de la transición a la maternidad”.