La estadounidense Lorna Goldstrand Klefsaas, preocupada por los efectos que el abuso de internet tiene entre los menores, prometió a su hijo cuando éste alcanzó los 12 años que le recompensaría con 1.800 dólares (1.4 millones de pesos) cuando cumpliera 18 si permanecía durante ese tiempo fuera de internet. En total estuvo 6 años alejado de redes sociales.
Y su hijo, Sivert Klefsaas, cumplió el compromiso. “Pensé que era increíble”, dijo a la cadena CNN después de que el pasado 19 de febrero reclamara a su madre el premio prometido.
Su hijo explicó que no le resultó demasiado difícil vivir sin las redes sociales y que no pensó mucho en eso durante los seis años que duró el reto de su madre. De hecho la única aplicación que tenía antes de la apuesta era Snapchat, que eliminó un día después de probarla.
“No puedo decir que hubo algún momento en el que pensé que estaba a punto de romper” la promesa, dijo a CNN. “A medida que avanzaba (el reto), ya era más una cuestión de orgullo” cumplirlo, agregó.
Y además contaba con sus amigos para mantenerse al día sobre las últimas tendencias o las informaciones que primaban en las diferentes redes.
Su madre dijo además que nunca tuvo la necesidad de comprobar si su hijo se había descargado alguna aplicación de forma furtiva: “Es tan competitivo” que para él fue más importante demostrar que podía cumplir el reto y lograr tener tiempo extra para concentrarse en sus estudios y en la practica del deporte.
Ahora, con sus 1.800 dólares, Sivert le dijo a CNN que no ha pensado aún que se comprará (cuando tenía 12 años bromeaba con poder adquirir una casa), pero probablemente será algún accesorio para su dormitorio en la Universidad de Northwestern St. Paul, en Minesota, a la que asistirá el próximo otoño.
Ya ha decidido además realizar su primera incursión: se ha creado un perfil en Instagram.
Sivert es el menor de cuatro hijos, y sus tres hermanas mayores las usaron mientras crecían. La madre explicó que hubo ocasiones en las que sintió que sus hijas “se enfrascaban demasiado” en esas aplicaciones.
Lorna Goldstrand sintió que las redes “estaban afectando su estado de ánimo, sus amistades” y, tras la experiencia, decidió probar con el más pequeño esta nueva experiencia.