Su edad, la de un niño indefenso. Su cuerpo, en un estado de debilidad impresionante, tras haber sido sometido a torturas, según consta en la acusación contra su madrastra y su padre. La primera , habría sido la autora material. Su progenitor, el instigador, al pedirle a su mujer: "Sólo acaba con él".
Arthur Labinjo-Hughes tenía solo seis años, pero su vida ya parecía marcada. Su madre está en la cárcel, acusada de matar a su nueva pareja. Se quedó con su padre, quien no tardaría en llevarle una supuesta nueva figura materna.
Todo empezó en agosto de 2019, cuando Thomas Hughes (29 años) conoció a Emma Tustin (32 años) en un sitio de citas en línea. La relación se desarrolló tan rápido que, para marzo de 2020 y en plena cuarentena, la mujer se fue a vivir con él, a su casa de Solihull, West Midlands, en Reino Unido. Ese, sería el principio del fin para un niño que ya había perdido a su mamá.
Durante seis semanas, Tustin habría ejercido crueles torturas contra el indefenso infante, según consta en la noticia publicada por el diario británico Daily Mail, a propósito del juicio que tiene a la opinión pública a la expectativa ante los espeluznantes relatos que se han desprendido de este.
El tío del menor la describió como una mujer “fría y calculadora”. A su hermano, como el catalizador que potenció la desgracia de su sobrino.
Las torturas contra el pequeño Arthur
Durante un mes y medio, Arthur fue víctima de crueles torturas en el que concebía como su hogar junto a su padre, quien antes de la llegada de Emma, era descrito como un hombre “muy abierto y cálido”, según el tío del niño, identificado como el Sr. Hughes, por el tabloide.
El menor de edad fue obligado a permanecer de pie durante 14 horas al día, durante varias semanas. No era bien alimentado, no se le daba agua y lo forzaban a dormir en el suelo, en el living de la casa. Se trata de un “comportamiento sistemático y cruel” que cumplía con la “definición médica de tortura infantil”, según los alegatos del proceso judicial en contra de la madrastra y padre de la pequeña víctima.
Como Arthur tenía a su madre en prisión, Olivia Labinjo-Halcrow, bajo cargos de asesinato contra su novio Gary Cunningham, cuando su padre comenzó a vivir con Emma Tustin, dejó a cargo del cuidado del niño a la mujer que también era mamá de otros 4 menores.
No obstante, la situación fue de mal en peor según el tío del niño. En cuestión de un trimestre, la criatura se volvió extremadamente “tímida”. Es lo que pudo percibir la última vez que lo vio antes de la cuarentena.
Pese a intentar llevar una relación cordial con la madrastra del niño, esta se mostró fría y distante, según su cuñado.
“Si las cosas no eran como ella quería, hacía que la vida fuera más difícil para todos los involucrados”, dijo el hermano del acusado, quien declaró que los servicios infantiles inspeccionaron la vivienda, pero declararon no haber hallado nada anormal.
Los miembros del jurado vieron un video en el que aparece Arthur armando una cama improvisada en el suelo. De repente, rompe en llanto asegurando “Nadie me quiere”. Estaba solo. Lo sabía. Su tío, de 26 años, quien declaró en contra de su propio hermano, sostiene que el menor de edad actuaba con temor.
“[Arthur] parecía más consciente de que podría meterse en problemas. Había una voz que Arthur solía hacer a veces (voz de bebé). De antemano, eso nunca fue un problema, pero se convirtió en un problema poco después de que Tustin llegara a la escena”.
Lo fue. A Arthur le quedaba poco tiempo de vida.
“Sólo acaba con él”: la paliza mortal contra Arthur
Los detalles de la tortura sistemática contra un indefenso niño, han escalofriado a un jurado y a la opinión pública que ha conocido de estos.
No obstante, si la condición de Arthur era paupérrima debido a los abusos descritos en el juicio como “diseñados para aterrorizar”, sus últimas horas de vida fueron demasiado para una alma inocente y confiada en que su padre lo protegería siempre; como lo hace cada niño, sin saber que el mundo a veces no es como lo imagina.
La evidencia lo indica así, ya que existen mensajes de texto entre Thomas Hughes y Emma Tustin, en los que esta última recibía una especie de luz verde para ejercer su crueldad. Entre estos figuran frases alusivas a infligirle una paliza u otras de corte cruel como “Sácalo con la basura”.
Sin embargo, la más cruel de todas, vino cuando Tom le dijo a su mujer “Sólo acaba con él”.
18 horas después, el niño estaba en el hospital. Tenía 120 hematomas en el cuerpo, golpes en la cabeza que acabaron con su vida, catalogadas como “Lesiones cerebrales insuperables”. El informe médico asegura que fue golpeado violentamente contra una superficie contundente.
Antes de eso, hubo un preámbulo tortuoso: su rostro presentaba los signos de deterioro por envenenamiento con sal.
La acusación fiscal, luego de la autopsia de Arthur, sostiene que Emma lo hizo ingerir una cantidad indiscriminada de este mineral. Del cuerpo del menor, sólo quedaban sus labios agrietados, además de cabello y uñas sucias, deshidratación y un cuerpo desnutrido que yacía sin vida. Arthur, se apagó.
Pese a los detalles escalofriantes, a las declaraciones desde la familia Hughes y la evidencia médica forense, Thomas Hughes y Emma Tustin niegan haber asesinado al niño.
La mujer se ha declarado culpable de una de las acusaciones por “crueldad infantil”, pero las lesiones mortales en la cabeza asegura que el menor se las hizo él sólo.
Un neuropatólogo, idenfificado como Daniel Du Plessis, calificó como “inconcebibles” las posibilidades de que Arthur se provocara él mismo las lesiones de muerte en la cabeza.
El padre de la víctima, en tanto, niega todos los cargos en su contra. Su hermano, no obstante, tiene la definición exacta para el sujeto: el “catalizador” en su terrible asesinato.
Al cierre de esta nota, el juicio contra la pareja continuaba.