De inicio a fin es una compilación macabra y eso que no está adornada con lastimera musicalización para efectos de evocar sentimientos. Llegan solos, de forma natural, desde estados como Pensilvania.

Se trata, en la mayor parte de escenas de Kensington (Filadelfia), una de las localidades más conocidas por el tráfico de heroína y de otras drogas, no solo a locales. Los turistas también saben lo que ahí se comercia. Es más, hasta la autoridad lo sabe.

“No solo tenemos personas de otras partes del estado, tenemos personas de otras partes del país que vienen hasta acá para comprar drogas. Desafortunadamente, se ha provocado una industria turística de heroína”, según Patrick Trainor, agente especial de la DEA.

El registro difundido por Restitutor Orientis, es un breve extracto del documental de la autoría del youtuber Kim Garry, quien captó escenarios que parecen sacados de libretos de ficción. Ese que usa a los zombies, como los humanos a las drogas, para luego volverse sus más inoperantes esclavos.

Es precisamente lo que muestra la edición que parte siendo grabada desde un vehículo en movimiento. Sus protagonistas no se dan ni cuenta de que están siendo captados, pero lo que queda registrado si expone la magnitud de una pandemia que azota a la potencia mundial por excelencia.

Restitur Orientis

Mujeres, jóvenes a simple vista, son de las primeras en aparecer involuntariamente en las imágenes, tambaleándose, evidentemente estupefactas y a plena luz del día.

Segundos después, hombres, en la misma tónica, sentados en las aceras de enormes y sucias calles norteamericanas, en algunos casos, consumiendo su mercancía en las esquinas donde están asentados, porque lo han perdido todo y ahora llaman hogar a las avenidas donde cada día dejan un poco de vida.

El auto se detiene por un momento para captar la imagen con mayor precisión. Nadie se percata de que los graban. Siguen ensimismados en su estilo de vida. Llama la atención una mujer escuálida, de camiseta rosada y jeans gastados, quien habla con otra joven. La dificultad que le causa, da una idea de lo que en ese punto está pasando y de por qué solo el video de Restitutor Orientis se ha viralizado con 2.2 millones de visitas a pocos días de haberse publicado.

Atrás de ella, sin necesidad de cambiar de ciudad, la misma panorámica: un grupo consumiendo lo que algunos comentaristas del registro aseguran que es crack. “La decadencia humana en 2:18 minutos”, asegura un hombre en medio de los lamentos de una imagen repetida en California, Nueva York y Texas.

Medios como RCN, en Colombia, también tomaron el peso a la situación mostrada por Kim Garry, quien difundió su trabajo en agosto pasado tras meses grabando las escalofriantes escenas en Kensington. En estas, puede verse como el uso del fentanilo, para la adulteración de drogas como la heroína y otras, acaban con los adictos, ante la mirada casi pasiva de la policía local.

Las cifras de la muerte pero hasta 2019

El sitio www.drugabuse.gov., que recoge los datos, es claro desde el inicio: “El Gobierno de Estados Unidos no lleva un registro de muertes por cada droga…”.

Sumado a lo anterior, las cifras que ofrece son hasta el 2019. Parece que, como en el video, el tiempo se detuvo en la recolección de estadísticas, pese a que en las calles, la situación es crítica para quienes la enfrentan y para el entorno.

La información, sin embargo, no deja de ser valiosa. En los gráficos lineales se describe el preocupante crecimiento de drogas opioides y otros estupefacientes como las anfetaminas, entre 1999 y 2019.

“En 2019, en el país murieron más de 70.000 personas por sobredosis de drogas, incluidas drogas ilegales y opioides recetados. Esta imagen es un gráfico lineal y de barras que muestra la cantidad total de muertes por sobredosis de drogas entre 1999 y 2019 en Estados Unidos; incluye todo tipo de drogas ilegales y opioides recetados. Las líneas trazadas sobre las barras muestran la cantidad de muertes, agrupadas por sexo, entre 1999 y 2018”. La cifra, aclara el sitio oficial, corresponde a todos los grupos etarios por sexo.

(Fuente: CDC WONDER)

A medida despliegan más datos, se hace evidente el problema de salud que existe en la nación norteamericana, el cual ya es notorio en videos como el compartido por Restitutor Orientis, bajo la autoría de Kim Garry.

El periodista, Alejo Schapire, de Radio Francia Internacional, quien también compartió el video en su cuenta de Twitter, difundió otro registro que evidencia una situación similar al norte de París. Se trata de la estación Stalingrad, la cual es llamada, por razones evidentes #StalinCrack.

En el video, de Eli Zha, se describe el panorama de adicción en la urbe que está prácticamente tomada por las personas, presas de la adicción. Para ellas no existe la pandemia del coronavirus. Otra los abrasa (quema), de tal forma que los consume en su día a día.

Es difícil, además, para los padres e hijos que frecuentan la zona pública en el día. Uno de ellos, citado por la agencia de noticias AFP, aseguró en julio pasado que, pese a los desalojos ordenados por las autoridades locales, la situación persiste.

“La semana pasada, llegamos a las 10 de la mañana y todavía había adictos desayunando en la zona de juegos infantiles. Si no se hace nada, pronto estarán jugando con jeringuillas”.

“Esta decisión [de cerrar la plaza por la noche] me parece precipitada, al fin y al cabo, los consumidores no han desaparecido: ahora sólo rondan el parque”, cita RFI, a José Matos, responsable del centro de acogida y vigilancia de consumidores de drogas de la asociación Gaïa.