El Instagram de Fabiola Yáñez ofrece un viaje, entre el estilo que raya en lo influencer y el quehacer de una primera dama.

Antes de conocer su actual faceta, su origen salta a la vista, al alcance de un click.

Los medios argentinos están al tanto de su pasado y presente. Este último, salpicando al presidente Alberto Fernández, su pareja de 62 años. Están juntos hace 7 y, a juzgar por las redes sociales de la también periodista, la vida en común con el mandatario es color de rosa.

La actividad sentimental, sumada a la que deben llevar desde Los Olivos, los muestra unidos en la palestra pública, pero Yáñez, quien era actriz antes de unirse al gobernante, conserva los recuerdos de ese pasado.

Fabiola nació en la localidad argentina Villa Regina, Río Negro; tiene 40 años. Precisamente en esa provincia se instaló su abuela, chilena de nacimiento, quien no habla con los medios. Sin embargo, cuando lo ha hecho, se ha mostrado orgullosa de “Fabi”, a quien la crió con la enseñanza de Chile.

Violeta Verdugo de Yáñez, nació en Curacautín, Chile, y se trasladó en 1974 a Villa Regina, Río Negro. Iba con su hija Miriam Yáñez Verdugo, también nacida en territorio chileno. La idea era encontrar trabajo en el país trasandino, como muchos de sus compatriotas en ese época. No obstante, el comienzo se tornó difícil.

“No pudimos acceder a un terreno en Regina porque no tenía hijos argentinos y nos mudamos en 1987 a Roca, acá la municipalidad nos dio este terreno”, dijo Violeta en 2019, cuando su nieta, casada con Alberto Fernández desde 2014, se convertía en primera dama y los medios buscaban más de su origen.

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“No lo voté porque fuera la pareja de mi hija sino porque lo que hablaba me convenció. Es un tipo tranquilo, sencillo, educado porque es profesor de la UBA, eso habla muy bien de él, ojalá que cumpla”
- Violeta de Yáñez: abuela chilena de primera dama argentina

Hasta Roca la fueron a buscar. Y fue en esa ciudad, donde su hija Miriam dio a luz a Fabiola. No obstante, las circunstancias hicieron que Violeta tomara las riendas de la crianza de su nieta, según el portal Río Negro.

Desde las rejas del portón de su casa, Violeta (78 años), contaba de a poco cómo fue la enseñanza inculcada a Fabiola. Cabe destacar que, más adelante, Violeta tuvo más hijos en territorio argentino.

“De chica se portaba bien, la crié con disciplina como criaba en Chile, le digo ‘mi hija’ y ella me dice mamá”, aseguró la abuela de Yáñez.

La septuagenaria, quien accedió a hablar al tercer intento del referido medio vecino, reconoció que no le agradó en lo absoluto que su nieta se titulara de periodista. Eso explica su reticencia a atender a la prensa. “Son muy insistentes. Está bien porque entiendo que se tienen que ganar su trabajo pero a veces se exceden”, le dijo al reportero en el lugar.

Luego, de a poco, contaba más detalles de su crianza a Fabiola.

“La crié hasta los 12 años, a esa edad su madre se casó y se llevó a Fabi a Misiones. No me gustan los teléfonos modernos y no tengo Facebook, tengo teléfono fijo nada más”, dijo, en referencia al contacto que mantiene con su nieta, la primera dama de Argentina, quien poco a visitado Roca, desde que es inquilina junto a su marido en Los Olivos, la casa de gobierno.

La muerte de su abuelo, argentino, convocó a Fabiola Yáñez, en el momento más difícil para su abuela Violeta.

“Vino para el funeral, llegó en un avión de Neuquén, fue la primera que llegó”.

No obstante, la casa de la mujer es descrita por el medio que la visitó, como una edificación descuidada, con problemas de filtración y descolorida, con respecto del resto de viviendas vecinas. La mujer, vive lejos del lujo y ostentación de las fiestas de su nieta, esas que han metido al matrimonio presidencial hasta en aprietos legales en plena pandemia (ver más abajo).

“Mañana irán a aparecer otros periodistas pero a esos no los voy atender”, dijo Violeta, al término de la entrevista concedida.

Río Negro / Argentina

La polémica por el cumpleaños de Fabiola en Los Olivos, en pandemia

El pasado 14 de julio de 2020, la primera dama argentina, Fabiola Yáñez, llegaba a los 39 años de vida. 12 años de estos, guiada por las enseñanzas de su abuela chilena, Violeta de Yáñez.

Para ese entonces, era imposible imaginar lo que estaría viviendo en tiempos actuales. El ejercicio de ser primera dama se ha visto complicado no sólo por la atención de la prensa, dado su pasado, sino, por las decisiones tomadas en el presente.

Y es que, con motivo de su natalicio, Yáñez ofreció una fiesta en Los Olivos, a la que asistieron más de una decena de invitados, entre amigos del matrimonio presidencial y funcionarios cercanos de gobierno.

No está demás decir, que la celebración, hecha en una instancia que es sostenida con fondos públicos, se hizo en un momento de pandemia. El coronavirus ha tenido a los argentinos, como a otras naciones del mundo, en aprietos sanitarios y financieros. Dada la naturaleza de este virus.

Tras el encuentro, se filtraron fotografías que mostraban a los asistentes sin mascarilla, incluso, al ciudadano presidente Alberto Fernández.

CEDOC

La presión de la oposición local e incluso de un sector de la prensa argentina que es considerada “cercana” al oficialismo, creció al punto de generar una investigación penal por una presunta violación del Decreto de Necesidad y Urgencia 260/2020, destinado a prohibir todas las reuniones sociales en Buenos Aires durante la primera ola del COVID-19.

Llegar a la disculpa pública le tomó varias semanas y una investigación a Alberto Fernández, quien guardó silencio por largos días desde que se filtró la imagen del cumpleaños de su pareja.

“Debí disculparme por una cena que no debió haberse hecho, el único responsable soy yo”, aseguró, según el medio Perfil.

En medios como Infobae, titulando el análisis de lo ocurrido como “La Culpa es de Fabiola”, se ofrece un diagnóstico de lo que consideran la influencia de Fabiola Yáñez en el presidente, dejándolo en la difícil posición actual.

Instagram / Fabiola Yáñez

Por el momento, otro tema actual en torno a la pareja presidencial tiene que ver con el embarazo de la primera dama argentina.

Al estilo farándula, los medios locales le dan seguimiento, desde la forma abdominal que toman los vestidos de Yáñez, hasta la condición paternal de un hombre como Fernández, a sus 62 años de edad.

Pero, al presidente argentino parece venirle bien esa distracción de la opinión pública, ya que hace más de una semana respondió a periodistas que ya no le preguntaban por la fiesta de Los Olivos, sino, por un nuevo posible inquilino en esta: “No sabemos, esperamos, esperemos”, dijo el mandatario, dejando abierta tanto la duda, como la posibilidad de que su esposa estuviera en cinta.

“Usted sabe que yo fui papa. Estoy feliz. Ser papá a esta edad es una cosa maravillosa. A veces no se duerme. La pregunta es, si quiere la contesta y si quiere no, ¿usted está preparado?”, le consultó un periodista de similar edad que el mandatario, según el medio Ámbito.

“Mirá”, le contestó el presidente, “para (no) dormir estoy preparado porque hace dos años que no duermo. Si es esa la pregunta. No hace falta que alguien más llegue a la casa para que no duerma”. Fue ahí que vino la frase que instaló más la duda y el morbo: “No sabemos, esperamos, esperemos”.

Con fiestas que no debieron hacerse, posibles embarazos, salvando lo primero y los orígenes llamativos de una primera dama, no cabe duda que la opinión pública argentina se ha mantenido abocada a los capítulos en cada trama.

El Litoral