Medios internacionales dieron cuenta de la tragedia que vivió una familia reticente a la vacunación contra la COVID. En un lapso de dos semanas tres integrantes se contagiaron, enfermaron gravemente y fallecieron; sólo un hijo quedó vivo.
Los portugueses Shaul Goncalves, de 40 años, su padre Basil de 73, y su madre Charmagne de 65, comenzaron a sentirse mal el pasado 10 de julio, días después de haberse juntado a comer junto en Lisboa.
El otro miembro del clan, llamado Francis Goncalves, que reside en Cardiff, indicó al medio Wales Online que sus tres familiares no habían querido vacunarse, debido a que habían leído mensajes contrarios a la inoculación en redes sociales durante 2021.
Lamentablemente a fines de julio, en un lapso de 10 días, los tres enfermos fallecieron aquejados de neumonía y otras enfermedades respiratorias, derivadas del coronavirus.
Por su parte, Francis se había vacunado a mediados de junio, por lo que contaba con protección contra el patógeno.
“Papá fue al hospital el 6 de julio por cálculos renales, creemos que se contagió allí. El jueves 8 de julio, mis padres cenaron en el departamento de mi hermano, el que comparte con su novia, y ese fin de semana empezaron a sentirse muy mal”, sostuvo.
“Mi hermano dijo que nunca había sentido algo así, que sentía que estaba lleno de peso y que estaba cansado. Decidió hacerse una prueba de COVID-19 y dio positivo. Mis padres también estaban muy enfermos en ese momento. Fueron al hospital y recibí un mensaje de texto de mi padre diciendo que habían sido admitidos en el hospital porque ambos dieron positivo. Eso fue el 12 de julio”, agregó.
Por temas de distancia y restricciones el hombre no pudo acompañar a su familia durante todo ese tiempo.
Finalmente, el pasado 19 de julio falleció Shaul, mientras que su padre murió un día después. El deceso de Charmagne fue el 24 del pasado mes, confirmando la tragedia en la familia.
El funeral de los tres fue el pasado 1 de agosto y Francis pudo asistir. En el citado medio, el hombre instó a la gente a vacunarse y no hacer caso a “mensajes estúpidos”.
“Se vieron envueltos en mucha de la propaganda antivacunación que circula-. El mensaje que quiero transmitir es ¿por qué el gobierno querría envenenarlos dándoles la vacuna? Mucha gente está aterrorizada por la vacuna y eso cuesta vidas”, concluyó.