Un dúo de empresarios alemanes y su famoso inversor se disculparon públicamente este miércoles (14.04.2021) después de que su último “invento” fuera recibido con incredulidad y fuese ridiculizado en las redes sociales.
Un problema urgente
Todo comenzó con unos guantes rosados, Pinky Gloves, un producto que desarrollaron para resolver lo que ellos consideraban un problema urgente: ¿Cómo desechar tampones y toallas sanitarias con discreción? Los guantes, que también funcionan como bolsas de desechos, cuestan 11,96 euros (10 mil pesos chilenos) por un paquete de 48 unidades, según el sitio web de la empresa.
Eugen Raimkulow y Andre Ritterswürden presentaron su idea en el programa de televisión alemán Die Höhle der Löwen (La Cueva del León), en el que los emprededores intentan conseguir dinero de un grupo de inversores.
Ralf Dümmel, el empresario que decidió invertir 30.000 euros (25 millones de pesos chilenos) en el producto, pidió perdón a través de Instagram por no haber prestado suficiente atención al tema de la menstruación.
Una opción poco práctica
Los guantes de plástico de color rosa fueron calificados de sexistas y negativos para el medio ambiente. Además hubo gente que criticó al equipo masculino por estigmatizar el periodo.
“Este producto no solo es innecesario y perjudicial para el medio ambiente”, escribió la autora Franka Frei en Instagram, sino que “además es un paso atrás en términos de estigmatizarción de las personas que menstrúan”.
La doctora en medicina y autora Jennifer Gunter expresó su incredulidad en Twitter, diciendo: “Entonces, estos tipos diseñaron guantes rosas para que los tampones y las toallas sanitarias se puedan desechar de manera adecuada y discreta”. “Cada día aparece otro producto inútil para la vagina”, agregó.
Otros plantearon la cuestión de que el verdadero problema es que los productos de higiene femenina son caros y no algo para ocultar la sangre menstrual.
La usuaria Julianne Zenner escribió en Twitter: “¿Qué quieren las personas que menstrúan? Productos menstruales gratuitos y accesibles. ¿Qué obtienen? Guantes rosas para que los hombres cis no tengan que ver nada rojo en el inodoro del baño”.
Empresarios “tienen que aprender mucho”
Los dos fundadores de Pinky Gloves respondieron a las críticas, alegando que había “quedado claro que todavía tenemos que aprender mucho y no hemos tenido en cuenta ciertos aspectos”, informó la agencia de noticias alemana dpa.
En el programa de television afirmaron que comprendían a las mujeres, porque habían estado casados y convivido con mujeres. Por eso, ellos encontraron productos en el cubo de la basura que usan las mujeres durante la menstruación.
“Después de un rato, simplemente huele desagradable”, dijo Raimkulow a los inversores durante el programa.
Dümmel escribió en Instagram que los dos inventores habían recibido “críticas serias”, de las que ellos, como hombres, “simplemente no estaban al tanto”. Sin embargo, también vio que hay algo positivo en el revuelo por los guantes: Pinky Gloves llamó la atención sobre la “representación pública de la menstruación” a través de un “debate acalorado”.
Raimkulow y Ritterswürden coincidieron en que ellos y sus familias habían sido víctimas de un “discurso de odio masivo” después del programa televisivo.