En Francia comenzó un movimiento donde víctimas de incesto decidieron contar sus testimonios a través del hashtag #Metooinceste. El revuelo se respalda en un reciente sondeo publicado en noviembre pasado donde se afirma que uno de cada diez franceses afirma haberlo sufrido.
Todo comenzó con la publicación de un libro que denuncia el abuso cometido por una personalidad del mundo político e intelectual parisino con su hijastro, lo que desató los comentarios en Twitter.
“Yo tenía 15 años, (fue) mi hermano”, “fue mi abuelo” o “el tío ‘cool’ de la familia”: con estas palabras, cientos de franceses contaron este fin de semana el incesto del que fueron víctimas y posicionaron al hashtag como trending topic el pasado sábado.
#Metooinceste, fue la etiqueta que recuerda a #MeToo, movimiento que en 2017 denunciaba el abuso sexual en el ámbito laboral a partir del caso Harvey Weinstein y el productor hollywoodense que aprovechaba su poder en la industria para acosar y violar mujeres.
Esta vez, el disparador fue la publicación del libro La familia grande de Camille Kouchner, que revela que su hermano gemelo fue víctima de incesto por su padrastro, el conocido politólogo Olivier Duhamel, cuando tenía 14 años.
Según el movimiento feminista francés #Noustoutes (Todas nosotras), “estos testimonios confirman lo que los profesionales de la protección de la infancia han estado diciendo y repitiendo durante muchos años”: “las personas que cometen el delito de incesto provienen de todos los ámbitos de la vida”, los adultos reaccionan “poco o mal” y las señales enviadas por las víctimas “no son escuchadas”.
El movimiento cree que “deberíamos ser capaces de detectar esta violencia muy rápidamente y detenerla”, y pide “campañas masivas de prevención” y una mejor formación para los profesionales que trabajan con niños.
“Tenía 4, 5, 6… ya ni siquiera lo sé. Era mi tío. Hablar por hablar no me satisface. Testificar no me satisface. Quiero un cambio político. Ni siquiera más castigos sino una verdadera política de prevención”, escribió un usuario.
“Tenía cinco años. En una noche, el hermano de mi madre perturbó mi inocencia (…) En un segundo tuve 100 años”, afirmó otra persona.
“Estaba jugando con los Legos. Me tomó por detrás. No crecí más. Había dejado de vivir”, escribió alguien más.
“La primera vez, yo tenía 3 años, mi primo tenía 14. Pánico. Traumatismo de por vida y amnesia durante años”, relató otra víctima.