Una triste historia de prejuicios conmueve a Estados Unidos. Un hombre afroamericano identificado como Peter, fue acusado de secuestrar a un menor de edad de siete años… pero era su hijo adoptivo.

Todo ocurrió cuando, en un restaurante de Charlotte, Estados Unidos, el hombre vio a su pequeño hijo discutiendo con otro niño, por lo que lo tomó en brazos y lo sacó del lugar para evitar que la situación pasara a mayores.

El menor, identificado como Johnny, iba enojado por lo que actuó retorciéndose y agitado mientras su padre lo llevaba al auto.

Fue en ese momento que apareció una mujer y le preguntó por la madre del menor. Ante lo que Peter respondió que él era su padre.

No contenta con la respuesta, la desconocida llamó a la policía. “Oiga, hay un hombre negro. Creo que está secuestrando a un niño blanco”, denunció, según publicó el portal británico BBC.

La historia, narrada por el medio, da cuenta de que Peter ha utilizado su casa como hogar temporal con nueve niños, en los últimos tres años.

De hecho, Anthony, que llegó a su hogar con 11 años, ahora es legalmente su hijo luego que los padres adoptivos cedieran sus derechos. Lo llamó “papá” desde el primer día, tras sufrir graves vulneraciones en su hogar.

Johnny, que llegó hace poco tiempo a la vivienda, siguió el ejemplo de su hermano y también lo llama “padre”. Su cabello es liso y su tez es blanca, por lo que a Peter no le extrañó la reacción de la mujer a la salida del restaurante.

Ese altercado terminó con la policía verificando, en el lugar, que el hombre era efectivamente el tutor legal de Johnny. No hubo ningún secuestro, sólo acusaciones infundadas.

Peter, oriundo de Uganda, explicó al medio que “como hombre negro, tengo 10 segundos para explicar quién soy a la policía antes de que potencialmente escale la situación. Siempre le digo a Anthony, ‘si la policía me para, por favor agarra el teléfono y graba de inmediato’. Porque sé que él es mi único testigo, ¿sabes? Y tengo 10 segundos para salvar mi vida”.

“Creo que lo entiende. Sabe que porque estamos en Estados Unidos y yo me veo diferente a él, me tratarán de manera diferente. Este tipo de tensión y sospecha no es algo que un padre blanco tenga que enfrentar cuando adopta a un niño negro”, agregó.

Racismo: el caso de Floyd

El caso más emblemático de diferencias raciales en los últimos tiempos es el de George Floyd, un hombre también afroamericano oriundo de Minneapolis que falleció luego que un policía local lo detuvo, lo puso en el suelo y posó su rodilla sobre su cuello. “No puedo respirar”, decía antes de morir.

La razón de la detención fue una presunta compra con un billete falso de veinte dólares (unos 14 mil pesos chilenos).

El deceso produjo una ola de protestas en todo el mundo bajo el lema Black Lives Matter (Las vidas negras importan) que denunció el racismo y la brutalidad policial, en específico con los grupos afroamericanos.

Y es que más tarde, otro caso similar conmovió a los norteamericanos, cuando en agosto pasado la familia del afroamericano Jacob Blake denunció que fue baleado por la espalda por policías estadounidenses. Su padre, más tarde, informó que el joven de 29 años quedó “paralizado de la cintura para abajo”.