Una mujer inglesa llamada Tracey Tyler (45) se abrió a hablar de una delicada situación que le ocurrió el pasado mes de mayo, cuando su hijo de 14 años llamado Sam se suicidó debido a que no soportó el encierro obligado por la pandemia del coronavirus.
En conversación con el diario inglés Mirror, la mujer indicó que la noche del 25 de mayo llegó hasta su casa luego de un turno en el hospital donde trabaja. Al momento de ir a saludar a su hijo, vio que él se había ahorcado.
Averiguando un poco la situación, Tyler sostuvo que el adolescente nunca dio señales de haber estado sufriendo debido al encierro por la pandemia. Sin ir más lejos esa tarde, asegura, estuvo hablando con unos amigos por videollamada.
“Saber que mi hijo eligió terminar con su vida, sin dejarnos ninguna explicación, es difícil. Es duro. No había nota ni nada”, indicó.
En este sentido, la mujer sostuvo que había notado en los últimos días que su hijo estaba aislado debido a la cuarentena impuesta en aquel país. Ambos eran residentes de la ciudad de Bedworth.
“Es como si estuvieras en piloto automático. Mi corazón está roto. Si le hubiera preguntado, creo que me lo habría dicho. Pensé que su mal humor se debía a que era un adolescente”, indicó.
Todo este relato se da en medio de una delicada información en ese país, la cual indica que la tasa de suicidios de hombres está en los niveles más altos en los últimos 20 años.
“Uno no quiere preguntar. Es un tema tabú. Nadie quiere hablar con su hijo sobre su propia muerte. Es por eso que yo solo pido que la gente se dé cuenta de que incluso si tu hijo está feliz y piensas simplemente que está raro ‘porque es un adolescente’, hay que hacer las preguntas necesarias”, sostuvo.
“Una conversación incómoda de cinco minutos podría salvarlos. Ojalá hubiera hecho eso con Sam”, agregó.
Por último, Tracey Tyler apuntó a que una situación que deterioró la calidad de vida de Sam fue el cierre de las escuela, ya que él tenía una rutina bastante ardua durante la semana.
“Creo que si hubiera estado en la escuela, en una rutina, no habría sucedido. Lo único que cambió fue que estuvo despierto toda la noche jugando, durmiendo todo el día, como todos los chicos de su edad”, señaló.
Junto con eso, también llamó a los demás padres a hablar este tipo de temas con sus hijos. En su caso particular, ella tiene otros dos niños.
“Me parece que los niños no quieren molestar a sus padres diciéndoles que se sienten así. Si los padres solo preguntan se rompe esa barrera. Si todo esto que hago ayuda a una persona, para que salve a su hijo, entonces vale la pena. Quiero ayudar a estos niños”, conluyó.