Hace algunos días, la popular Princesa Alba compartió en redes sociales una serie de fotos mostrando su nuevo look en el video Mi culpa. En las imágenes se ve a la cantante con el cabello rosado y con la piel muy bronceada, muy en el estilo de la rapera Nicki Minaj.
Las instantáneas desataron una serie de comentarios y críticas de parte de usuarios en redes sociales, quienes la acusaron de “blackfish”.
Este es un término que se utiliza en personas que fingen ser “negros” en redes sociales, cambiando la tonalidad natural de su piel, la forma de su cabello y agrandando sus labios.
Tras la polémica, la cantante decidió salir a defenderse. “Quería hablar sobre la ‘funa’ a mi color de piel porque entiendo que quizás pueda pasar a llevar sensibilidades pero quiero decirles que siempre he sido amarilla/morena, soy mestiza como la mayoría de Chile y en verano mi color se pronuncia mas por los rayos uv”, escribió en Twitter.
“Y cuando digo herir sensibilidades me refiero a que sigue siendo patente en Chile la discriminación a minorías, a inmigrantes, a etnias, sinceramente lo lamento mucho y lo condeno con todo mi alma”, añadió.
El “blackfishing” es un concepto que se ha popularizado mucho en las redes sociales, especialmente entre influencers de Instagram.
Según afirma BBC, el termino nació en un hilo de Twitter de la escritora canadiense Wanna Thompson, que hablaba de mujeres que fingían ser de color.
En la conversación, la escritora relata las dificultas que siguen viviendo hoy en día las mujeres negras, como por ejemplo, no poder tener su pelo natural y tener alisarlo para ir a trabajar.
Según su punto de vista, las personas blancas no conocen “la lucha que atraviesan las mujeres negras solo para ser aceptadas por quienes son” y además afirmó que quienes practican el “blackfishing” están siendo “injustos” y “le están robando (a esas mujeres)”.
Un caso emblemático de blackfish es el de la influencer sueca Emma Hellberg, quien tiene más de 300 mil seguidores en Instagram, donde confunde a los usuarios con el tono de su piel.
En 2018, comenzó a viralizarse dos fotos de ella, una donde se ve con una piel bastante bronceada y otra con un tono más pálido.
La joven de 19 años se defendió varias veces afirmando que nunca había dicho ni intentado ser negra y que simplemente su piel toma un tono más oscuro por efectos del sol.
La defensa de la Princesa Alba
Volviendo a la cantante chilena, las críticas hicieron que la activista afrofeminista Mercedes Argudin alzara la voz.
“Vi el video de Princesa Alba completo y más de una vez, y mi opinión como mujer negra, afrochilena, afrocubana, racializada y afrofeminista es que no hay ‘blackfishing’ ni ‘black face’“, escribió en Instagram.
“La estética artística del video y de ella como artista es muy clara según mi punto de vista. Lo veo muy 90’s y 2000’s”, aseguró. “Si una persona blanca mestiza se broncea y graba a contraluz, obviamente se verá más oscura y eso no necesariamente es ‘blackfishing’”, explicó.
“Lo que más me molesta de todo esto es que para hacer esta funa ni siquiera consultaron a nosotras, las personas negras. No pidieron nuestra opinión primero”, aseguró.
“La globalización logra poner de moda cosas que son propias de una etnia, por ejemplo, como pasa con las trenzas africanas. Se debe ser responsables con lo que consumimos en lo que respecta al arte, la moda, etc”, finalizó.