La pornografía es una millonaria industria a nivel mundial, que según distintas fuentes genera entre 2 mil millones hasta 90 mil millones de dólares cada año en el mundo. En estos momentos se trata de un negocio en crecimiento y que se ha potenciado desde la masificación de internet.
Sólo como dato, el portal estadounidense Medium reporta que la página PornHub, una de las principales plataformas de pornografía en el mundo, registró más de 23 mil millones de visitas durante 2018, algo así como 64 millones de visitas diarias.
Pero más allá de estos impresionantes números, la industria del porno guarda una serie de complejidades, como el abuso al que son sometidas las actrices, que en muchos casos no cuentan con ninguna protección.
Abusos
Aunque en Estados Unidos las actrices deben firmar contratos donde las empresas se comprometen a pagar los servicios de salud, examinar que ningún actor tenga alguna enfermedad de transmisión sexual y resguardar su bienestar, además de la garantía que entrega el Sindicato de Actores de Películas para Adultos (Apag Union), la realidad indica que sufren diferentes abusos.
“Los usuarios de la pornografía sólo observan un video bien editado. Ellos no ven lo que pasa detrás de escenas; las chicas que están llorando y son enviadas afuera del estudio de grabación, porque no pueden aguantar los actos sexuales violentos en los que les piden participar”, relató la actriz Shelley Lubben o Roxy, como era conocida en la industria en el documental Traffic Control.
El filme estrenado en 2007 se basa en las experiencias de Lubben en el cine porno, al que llegó tras una compleja infancia: fue abusada sexualmente y trabajó como prostituta en su juventud, además de padecer adicciones al alcohol y drogas.
La fallecida actriz confiesa en el documental que fue obligada muchas veces a trabajar sin condón o con test de enfermedades de transmisión sexual alterados, por lo que con el tiempo tuvo una serie de infecciones y hasta contrajo herpes.
Aunque la mujer trabajó en la pornografía entre 1993 y 1994, la situación no ha cambiado mucho con el paso de los años, siendo el más claro ejemplo la serie de muertes de actrices porno en 2017 y 2018.
Shyla Stylez (35), August Ames (25), Yuri Beltrán (31), Olivia Nova (20) y Olivia Lua (23) fallecieron entre noviembre de 2017 y enero de 2018.
Beltrán murió a causa de una sepsis, Nova y Oliva a causa de sobredosis de drogas mientras estaban en centro de rehabilitación y en el caso de Stylez, la causa de su muerte no ha trascendido a los medios, sólo se sabe que apareció muerta el 31 de noviembre.
Pero el caso más mediático fue el de Ames, quien se quitó la vida luego que durante semanas sufrió bullying en redes sociales, por negarse a filmar escenas con un actor bisexual conocido por no utilizar condón durante las grabaciones y que había participado en filmes de porno gay.
“No soy homofóbica. La mayoría de las chicas no graban con chicos que han grabado porno gay por seguridad. Eso es lo que quiero hacer. Yo no quiero poner en riesgo mi cuerpo”, publicó Ames en su cuenta de Twitter días antes de morir.
La policía halló una nota, que según versiones de prensa, no incluía relación con las presiones para grabar una escena, sino a una historial personal de violencia, consigna el portal Infobae.
Otro caso que estuvo en la palestra de los medios de comunicación fue el de la actriz Nikki Benz, una estrella porno que denunció haber sido violada durante la grabación de una escena para una película del portal Brazzers.
“Estoy muy desconcertada sobre por qué las actrices convencionales están recibiendo el reconocimiento por parte de la justicia a la hora de denunciar a sus acosadores. Yo, sin embargo, llevo un año hablando sobre lo que me pasó y todavía espero una respuesta. Estoy destrozada sólo por tener que suplicar ser considerada como un ser humano”, dijo Benz un año después de realizar la denuncia y no recibir respuesta.
El hecho ocurrió el 18 de diciembre de 2016, cuando el director de la película obligó a todo el personal a abandonar el set de grabación, quedando él, Benz y el actor Tony T. En ese momento, la mujer fue amordazada y sodomizada tan violentamente, que la sangre salpicó a las paredes.
Benz presentó la denuncia, pero el caso fue desestimado por el fiscal, pues pese a ver el video, el funcionario declaró que perfectamente la actriz pudo acordar, antes de grabar, con el director y el actor la violencia de la escena, publicó el portal español El Confidencial.
La defensa de Tony T. fue negar los hechos y que la violencia se explicaba, porque antes le había pedido a Benz que “superara sus límites”.
Sueldos bajos
Tal fue el caso de Mia Khalifa, una de las estrellas porno más famosas del mundo, pero que hace unas semanas confesó haber ganado 12 mil dólares (8,5 millones de pesos chilenos) durante el año que se dedicó a las películas para adultos, pese a que llegó a protagonizar los videos más vistos de PornHub.
“La gente piensa que estoy acumulando millones por el porno. Completamente falso. Hice un TOTAL de alrededor de US$12000 en la industria y nunca volví a ver un centavo después de retirarme. La dificultad para encontrar un trabajo normal después de dejar el porno fue aterradora”, confesó la actriz libanesa.
Una persona que trabaja por el salario mínimo en Estados Unidos, puede llegar a ganar unos 13 mil dólares al año.
Un reportaje de la cadena CNBC de 2016 señaló que por una escena normal, solo una mujer y un hombre, los estudios pueden llegar a pagar 1.500 dólares (1 millón de pesos) a una estrella, mientras que una novata puede recibir 300 dólares. Aunque el promedio oscila entre los 800 y 1000 de la divisa.
A estos valores se les debe descontar el pago por el Sindicato, descuentos sociales en algunos casos y el pago a la agencia de representación.
Mientras las escenas más “extremas” se pagan entre 1800 a 2500 a actrices reconocidas.
Las cifras para los actores masculinos son similares, pese a que generalmente son menos reconocidos y el público suele privilegiar a sus contrapartes femeninas. El sueldo para ellos por escena o jornada es entre 700 a 900 dólares y hasta 1500 para actores famosos.