Los cigarrillos electrónicos son “indudablemente dañinos” y deberían ser regulados, según un informe presentado este viernes en Rio de Janeiro por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que desaconsejó el uso de esos vaporizadores a los fumadores que intentan abandonar el hábito.
La popularidad de los cigarrillos electrónicos -que permiten la inhalación de líquidos con nicotina y saborizantes- ha puesto en alerta a los legisladores de todo el mundo, que temen sea una puerta de entrada a nuevas adicciones para los jóvenes.
Aunque estos dispositivos exponen al consumidor a una menor cantidad de toxinas que el cigarrillo combustible, también representan “riesgos para la salud”, sostiene el informe, que evalúa los resultados de las medidas (MPOWER) preconizadas por el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT).
“Aunque los niveles específicos de riesgo asociados a los SEAN (sistemas electrónicos de administración de nicotina) no han sido estimados de forma concluyente, los SEAN son indudablemente dañinos y deberían por lo tanto estar sujetos a regulación”, indica la OMS en su último reporte sobre la epidemia global de tabaco.
Además, advierte que no hay suficientes evidencias de que los cigarrillos electrónicos sean efectivos para dejar de fumar.
“En la mayoría de los países donde están disponibles, la mayoría de quienes usan cigarrillos electrónicos siguen fumando cigarrillos combustibles al mismo tiempo, lo que tiene muy poco o ningún impacto beneficioso” en los riesgos para la salud, indica el reporte.
En los últimos años, las grandes tabacaleras han hecho una intensa campaña de publicidad en torno al cigarrillo electrónico y los dispositivos que calientan los líquidos con nicotina y saborizantes, en busca de nuevos clientes.
Argumentan que esos productos son mucho menos nocivos que los cigarros tradicionales y pueden ayudar a fumadores incapaces de abandonarlo completamente, a migrar a alternativas “más seguras”.
La presentación del informe se llevó a cabo en el modernista Museo do Amanhã (Museo del Futuro), con participación del ministerio brasileño de la Salud.
El país sudamericano libra su propio combate contra el flagelo de la nicotina.
En mayo, la OMS aplaudió la decisión de la Abogacía General de la Unión (AGU, que representa los intereses del Estado brasileño) de demandar a dos tabacaleras multinacionales y a sus filiales para que cubran los gastos de los tratamientos médicos relacionados con el consumo de tabaco.