Para algunos, la petición de matrimonio es uno de los momentos más bellos y solemnes en la vida, pero el inglés Kristian Richards no lo entendió así. El hombre le propuso matrimonio a su novia sobre una piedra encajada entre dos acantilados en Noruega a 1.000 metros de altura.
Según detalla The Sun, Richards (33) y su pareja Bex Morley (30) llegaron hasta la zona de Kjeragbolten (Noruega) en junio pasado para pasar sus vacaciones. Hasta ese momento la joven no percataba de la ocurrencia de su novio.
Fue así como ambos llegaron hasta los cañones de Kjeragbolten, una zona de montañas que alcanzan los 1.000 metros de altura. Los parajes que pueden observarse desde allí son cautivantes, aunque el peligro siempre está latente.
Fue así como ambos llegaron hasta un lugar donde dos acantilados se unen por medio de una inmensa roca, la cual está atascada justo en la unión de las montañas. Allí, en medio del peligro, Richards le pidió matrimonio a su novia.
“Muchos hombres sienten miedo de que sus novias digan que no durante una propuesta de matrimonio, pero yo tenía otras cosas de que preocuparme en ese momento. Una de ellas era que se me cayera el anillo, ya que no podía recuperarlo”, indicó a The Sun.
Kristian agregó que para su novia ese momento era un simple paseo por las montañas, recalcando que quedó en shock con la extrema propuesta de matrimonio.
“Yo estaba muy asustado, pero Bex estaba mucho más nerviosa que yo. Tenía miedo de que yo pudiera resbalar y caer al vacío en el momento de arrodillarme”, contó.
A lo que agregó: “Ella finalmente dijo que sí, pero creo que lo que más quería era salir de ese lugar tan alto”.
La instantánea de ese momento fue publicada por Bex Morley, que se desempeña como personal trainer en la ciudad de Kent, en su cuenta de Instagram. Allí sostuvo que el momento fue bastante temerario, aunque aceptó la propuesta.
“Mil metros sobre el nivel del mar, de pie sobre una roca encajada entre dos acantilados, y mi novio decide arrodillarse. Después de los enormes cambios de vida, y el estrés de los últimos dos meses, nuestro pequeño viaje a Noruega se cronometró perfectamente, ya que todo lo demás también comenzó a salir bien. Todavía me siento como si estuviera en las nubes”, escribió.
¿Todo por un like?
En los últimos años se han dado muchos ejemplos de personas que han arriesgado sus vidas por obtener la instantánea perfecta que, a futuro, sea un “hit” en Instagram. Casos como el de Bex y Kristian abundan.
Para el sociólogo español Javier de Rivera, académico de la Universidad Complutense de Madrid, sostuvo al diario El Mundo que la necesidad de aceptación y valoración externa hace que muchas personas tomen decisiones de “ser extremos por los likes”.
“Estas plataformas utilizan esa necesidad de aprobación como un reclamo para los usuarios que acuden buscando comunicación, comprensión, apoyo, aceptación. Si vamos a un sitio donde nos critican y nos maltratan, lo más probable es que no regresemos, pero si nos dicen que valemos, estaremos deseando volver”, repasó.
Un caso similar se vivió en Estados Unidos el año pasado, luego que dos jóvenes, Vishnu Viswanath y Meenakshi Moorthy, murieran tras caer desde un precipicio denominado Bajo Taff Point en California.
En ese momento, junto a los cuerpos de ambos se encontró el teléfono celular de la mujer, prueba de que ambos también intentaban obtener la selfie perfecta para Facebook e Instagram.
Para De Rivera la respuesta es bastante clara: “El refuerzo positivo es, junto al sexo y la comida, la motivación más importante del ser humano”.
De acuerdo a un informe de CNN, entre 2011 y 2017 se produjeron 259 muertes de personas por querer tomarse una selfie en situaciones de riesgo. Los países que lideraron el ránking fueron India, Estados Unidos y Rusia.
En este sentido, el modo de operar de las personas siempre fue el mismo: llegar a lugares extremadamente riesgosos sin medidas de seguridad, no hacer caso de los avisos de peligro y realizar decenas de intentos de selfies en el lugar hasta quedar conformes.