Fue en diciembre pasado cuando Rachael Knappier mostró en redes sociales el nefasto resultado de un relleno cosmético que se realizó en una fiesta con una amiga. En ese instante, la propia joven indicó que estos cuadriplicaron su tamaño y estuvo cerca de entrar en shock.
Según detalla el diario inglés The Sun, todo ocurrió una tarde del último mes de noviembre, cuando vio el anuncio de una “experta en implantes y rellenos” de Londres llamada Bretony Gallimore, y decidió realizarse un arreglo en sus labios.
Luego de eso, la joven asistió a una celebración junto a una amiga, en la cual, luego de haber bebido en exceso, decidieron llamar nuevamente a Gallimore, para que añadiera más sustancias en sus labios.
Cerca de las 23:00 horas, la mujer arribó al lugar y añadió los demás rellenos de esta sustancia. Rachel agrega que se fue a dormir cerca de las 02:00 de la madrugada del día siguiente. En ese momento gastó 220 libras (176 mil pesos aprox).
Sin embargo, la pesadilla comenzó a la mañana siguiente, cuando despertó y notó que el tamaño de sus labios se había cuadriplicado. “Los tenía de un tamaño que nunca había visto”, indicó.
Luego del primer shock, Knappier decidió llamar a Gallimore para pedirle que retirara los rellenos, pero ella se negó diciendo que no realizaba esa acción, agregando que ella tenía que poner hielo sobre sus labios para que la hinchazón se detuviera. Lamentablemente, esto no ocurrió.
De esta forma, la muchacha de 29 años estuvo siete días sin salir de su casa, hasta que un amigo le recomendó una clínica estética donde podían solucionar el problema.
Efectivamente, asistió a un centro médico londinense y le disolvieron la sustancia en un plazo de una hora. Sus labios volvieron a la normalidad en un lapso de 72 horas.
Natalie Boyd, médica que realizó la operación, aseguró a la BBC que el error en el implante fue el lugar donde se produjo, cerca del borde del labio.
“Lo más probable es que la sustancia se lo inyectó en o alrededor de una arteria o una vena, lo que causa un ciclo vicioso de hinchazón y compresión”, explicó al citado medio.
Burlas de parte del equipo médico
A meses de lo ocurrido, la joven dio una entrevista al diario inglés The Sun, al cual expresó que las enfermeras y parte del equipo se rió de ella en el momento que tuvieron que intervenirla.
“Me aseguraron entre risas que nunca habían visto algo así antes. Llegué hasta una clínica llamada A&E con mis labios deformes en mi cara, fue una terrible experiencia”.
A eso agregó: “En un comienzo le dije que había tenido una reacción alérgica, porque pensaba que eso ocurría. En dos horas llegaron los médicos y me dijeron que el producto lo habían inyectado en una de mis arterias”.
Rachael añadió que incluso hubo profesionales que, al tomarle imágenes previas, se rieron en su cara, indicándole que nunca habían visto algo similar a su caso.
No obstante, al ser consultados por la BBC, desde el centro médico negaron los hechos.
Por lo pronto, desde la policía de Londres indicaron que están tras los pasos de Bretony Gallimore, de quien se cree que realiza “fiestas de bótox” todos los fines de semana.
Por su parte, Knappier indicó que espera que su caso haga reflexionar a otras mujeres a informarse mejor sobre clínicas establecidas, antes de realizar tratamientos de este tipo.