Evidentemente la menstruación es un proceso femenino totalmente natural. Sin embargo, no lo es el profundo impacto en el medio ambiente que dejan los residuos plásticos de los métodos higiénicos más usados por las mujeres menstruantes.

Según cifras recogidas en un artículo del periódico en línea Huffington Post, el 98% de las usuarias que menstrúan usan tampones y/o toallas higiénicas cada mes, lo que significa que una mujer usará más de 11 mil unidades de éstos durante su vida. Se estiman que se desechan más de 100 mil millones de estos productos al año, según cifras entregadas al medio británico Telegraph.

Grave impacto ambiental

Tanto los tampones como las toallas son desechadas luego de ser utilizadas algunos minutos u horas -puesto que no están hechas para ser recicladas ni reutilizadas-, y desde que son arrojadas a la basura inician un largo camino de descomposición que puede variar entre los 500 y 800 años.

Para acelerar este proceso los vertederos de algunos países incineran estos productos liberando gases tóxicos. Según cifras del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, estos desechos generan una huella de carbono total de 15 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año (equivalente a quemar 35 millones de barriles con petróleo).

Getty Images
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Contaminación en playas

Para algunas usuarias, es común arrojar las toallas higiénicas y tampones por el inodoro… pero, ¿sabes a dónde llegan luego de ser desechadas? A la playa.

En el mundo, existen costas totalmente “inundadas” de plástico y otras basuras. Isla de Pascua, Filipinas y República Dominicana, son sólo un mínimo ejemplo de ello. De esta basura, la Comisión Europea aseguró que una quinta parte corresponde a productos menstruales desechables.

Además de la contaminación marítima, arrojar estos productos al inodoro obstruye las tuberías de las alcantarillas y puede desbordar las aguas residuales sin tratar, hasta llevarlas a arroyos, ríos y mar.

De la misma forma, estos productos pueden provocar la propagación de enfermedades debido a los desechos corporales que contienen, afectando gravemente a la fauna marina.

Considerando que el periodo menstrual para muchas es un proceso “inevitable”, ¿qué se puede hacer?

1. No lanzarlos al WC

En vista del último punto, una recomendación es no arrojar toallas higiénicas y tampones al inodoro. Algo tan simple como seguir las instrucciones descritas en estos productos, puede significar un importante cambio para la flora y fauna mundial.

2. Usar métodos reutilizables

Desde hace un par de años, en Chile algunas mujeres han optado por utilizar métodos de higiene femeninos reutilizables. Uno de ellos es la copa menstrual, que consiste en un pequeño recipiente de silicona en forma de embudo que se encarga de contener el líquido menstrual durante el periodo.

Ésta es capaz de contener la sangre menstrual hasta por doce horas continuas y puede ser usada hasta 10 años por la misma usuaria, sólo necesita ser hervida antes y después de cada periodo y lavada con agua potable cada vez que es retirada.

También existe la opción de usar toallas menstruales reutilizables, las que están elaboradas de tela de algodón dividida en tres partes: una, que tiene ‘alas’ de tela que se abrochan a la ropa interior, la segunda, una toalla de algodón doble que se pliega en tres partes y se adhiere con un velcro y la tercera, que se agrega al interior de la toalla para mayor absorción. Ésta debe ser lavada para ser reutilizada por la usuaria.

Wikimedia
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3. Elegir productos orgánicos y sin plástico

En caso de optar por productos desechables, es recomendable seleccionar aquellos que son orgánicos para generar un menor impacto en el medio ambiente. Una recomendación para saber reconocerlos, es averiguar si fueron tratados con pesticidas y químicos similares.

“Ahora más que nunca está claro que el plástico tiene un efecto adverso en la salud, la vida silvestre y el medio ambiente. Es crucial que estos productos producidos en masa queden libres de plástico para infligir un daño mínimo… aunque el uso de plástico es apropiado en ciertas circunstancias, ciertamente no es esencial para nuestros productos de época”, expresa Ella Daish, defensora de la sostenibilidad que comenzó una petición en Change.org que suma más de 100 mil adherentes.

En Chile, algunas de las marcas disponibles son Organyc (que sólo usa algodón orgánico) y Natracare (sin plástico y biodegradable).

4. Eliminar o retrasar la menstruación

Quienes usan métodos anticonceptivos hormonales tienen la opción de eliminar o retrasar la menstruación, y así utilizar una menor cantidad de estos productos. Así lo respaldó el médico ginecólogo Reinaldo González Ramos, especialista en Infertilidad y Medicina Reproductiva de la Universidad de Chile, a BioBioChile.

Reinaldo explicó que “los anticonceptivos orales inhiben la ovulación, (ya que) ese es su principal mecanismo de acción. La menstruación llega, en las mujeres que toman anticonceptivos, porque hay un período en que se deja de tomar el compuesto activo del medicamento (derivados de estrógeno y progesterona), y el endometrio se descama o cae en ausencia de las hormonas que contiene el anticonceptivo”, lo que es interpretado como una “menstruación”.

Pixabay (CC0)
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El especialista en salud femenina añadió que en algunos casos, los anticonceptivos se administran en forma continua para suprimir la menstruación, y esto no causa ningún trastorno de salud en comparación con la forma habitual de administración.

Por su parte, la matrona Marcela Puentes, especialista en sexualidad humana y docente de la Escuela de Obstetricia y Puericultura de la Universidad Mayor, detalló a BioBioChile que no es peligroso empezar con una nueva caja después de la pastilla 21 o colocar un parche o un anillo tras otro. “No existe límite para retrasar la menstruación”, detalla Marcela, motivo por el que se puede eliminar para siempre de la vida de la mujer.