Cuando Karen White (52) cometió su primer crimen aún no realizaba su transición de género. En ese entonces, tenía 35 años y era reconocida por su nombre de nacimiento Stephen Wood y fue acusada de violar a una menor de edad.
Dos años después, volvió a cometer esta misma agresión sexual contra otra mujer, violación que recientemente reconoció frente a la corte de Leed (Inglaterra). Pero no fueron las únicas: pues, esta confesión se unió a dos cargos de violación a otra mujer, los que habría cometido en 2016.
Todos estos delitos llevaron a White a ser encerrada en prisión, por cargos de violación y pedofilia, no obstante, la condenada pidió ser trasladada a una cárcel de mujeres, puesto que desde 2014 se identificaba como mujer transgénero y no como hombre.
Los jueces oyeron su petición y trasladaron a Karen a una cárcel de mujeres al oeste de la ciudad de Yorkshire (Inglaterra), en donde abusó sexualmente de cuatro reclusas. Según el portal inglés DailyMail, la fiscal Charlotte Dangerfiel dijo al tribunal que White mostró sus genitales a una convicta, frotó su cuerpo y genitales sobre otra, obligó a otra a tocar sus pechos mientras hacía comentarios “inapropiados sobre sexo oral”, y a la última la besó forzosamente en el cuello.
En primera instancia, White negó los hechos ante el juzgado local asegurando que no se sentía atraída por las mujeres y que padecía disfunción eréctil, pero ante la presión admitió haber cometido dos de los cuatro abusos de las que era acusada.
El caso fue tomado por el juez Christopher Batty, quien evaluará a cuánto tiempo se extenderá el encierro de la prisionera y si será trasladada a una cárcel masculina.
El juez Christopher Batty aplazó la sentencia hasta el 11 de octubre para la preparación de informes y para obtener declaraciones personales de las víctimas. “Voy a evaluarte para saber si eres un peligro”, le dijo, según recoge el portal inglés. Batty además citó a las víctimas para recoger sus testimonios de una forma más íntegra.
“Pedimos disculpas sinceramente por los errores que se cometieron en este caso”, dijo un portavoz del servicio de detención al medio. “Mientras trabajamos para gestionar a todos los presos, incluidos los transgénero, con sensibilidad y de conformidad con la ley, tenemos claro que la seguridad de todos los reos debe ser nuestra prioridad absoluta”, añadió.
En tanto, Karen White se identificó como mujer trans, y con ese nombre, en 2014, pero antes había manifestado su disforia de género e identidad, siendo derivada a una clínica de identidad de género en Sheffield (Inglaterra). Antes de ser “Karen”, y después de ser “Stephen”, la reclusa se hacía llamar “David Thompson” y tenía una esposa (de quien se separó) y un hijo.
Respecto a su prontuario delictivo, además de los abusos sexuales y violaciones, Karen estuvo involucrada en riñas y apuñaló a un vecino. Las autoridades inglesas señalaron que este terrible caso podría llevar a revaluar las reglas para tratar a reclusos trans en el sistema penitenciario.
Es muy importante recordar que la identidad de género (trans o cis) no tiene relación con la orientación sexual (hetero, homo, bi, pan; etc). De la misma forma, una persona trans no necesariamente debe realizarse una operación genital para ser reconocida como tal.