A nivel nacional y mundial se está viviendo una verdadera revolución feminista. Muchas mujeres han salido a las calles, se organizan a través de las redes sociales y en Chile se han tomado universidades para exigir un trato justo e igualitario, libre de discriminación o abuso de género.
Y aunque esta lucha parece necesaria para muchos, a otros les genera resquemor y han declarado abiertamente su rechazo al “feminismo”.
Kathy Caprino, columnista, coach, oradora y experta en liderazgo femenino, escribió un artículo en la revista Forbes donde explicó por qué hay tanto odio y resistencia contra el “feminismo”.
“En mi trabajo en los medios, como terapeuta y coach, ex vicepresidente corporativa y alguien que regularmente cubre temas sobre igualdad de género, liderazgo y cambio social, he recibido miles de comentarios de personas de todo el mundo que comparten abiertamente su amplia gama de creencias y opiniones sobre igualdad de género, mujeres y hombres en la vida y los negocios, y el feminismo”, relató.
“Al explorar los datos más recientes de todo el mundo sobre la igualdad de género, y si leemos alguna noticia o participamos en actividades de redes sociales, queda abundantemente claro: hoy en día hay una tremenda disensión y vehemente desacuerdo entre personas de todo el mundo sobre el estado e importancia de la igualdad”, añadió.
Ella señala que en su experiencia ha visto las siguientes cosas:
• Hay millones de personas que, tanto interna como externamente, no apoyan la idea de que deberían existir iguales derechos e igualdad de oportunidades para hombres y mujeres.
• Hay miles de personas que sienten que ya hemos llegado a la igualdad para hombres y mujeres.
• También hay miles de personas que creen que todavía no se ha logrado y apoyan los esfuerzos continuos para forjar el camino para la igualdad de derechos para hombres y mujeres.
• Hay miles que creen en la igualdad de derechos, pero creen que el “feminismo” es una palabra y un movimiento que no se alinea con sus creencias o valores personales.
• Es muy claro que nuestros puntos de vista específicos sobre estos temas están arraigados profundamente en nuestras propias experiencias personales y directas, más que en cualquier información, investigación o ciencia que rodee los problemas. En otras palabras, si hemos enfrentado personalmente la discriminación, sabemos sin lugar a dudas que existe. Pero si no la hemos enfrentado, solemos dudar de que suceda.
• Finalmente, tanto el sesgo de género consciente como el inconsciente proliferan dentro de nosotros, pero la mayoría de nosotros no somos conscientes de ello.
“Entonces, ¿qué sería útil en este diálogo, o en esta situación en la que nos encontramos hoy en día, donde existe una gran división entre hombres y mujeres, y entre la gente que ve las cosas de forma radicalmente diferente unas de otras?”, plantea Kathy.
¿Qué es el feminismo?
Lo primero, dice ella, es entender qué significa el “feminismo”, y para ello, expone algunas definiciones que encontró. El feminismo es:
1. La defensa de los derechos de las mujeres sobre la base de la igualdad de los sexos.
2. La teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos.
3. La creencia de que los hombres y las mujeres deberían tener los mismos derechos y oportunidades.
4. La doctrina que aboga por los derechos sociales, políticos y de todos los demás derechos de la mujer, iguales a los de los hombres.
Es así como la coach deja en claro que el feminismo “en su esencia es la igualdad entre hombres y mujeres”, sin embargo, muchas personas argumentan que mujer y hombres no son iguales, por lo que no puede haber igualdad. “En otras palabras, (muchos creen que) debido a que sus cuerpos son diferentes -muchos dicen que son ‘más débiles’ y más pequeños- y debido a que los hombres y las mujeres tienen diferentes capacidades físicas, estas diferencias físicas significan que la igualdad no es posible”, indica.
“Es fundamental entender que ‘lo mismo’ no significa ‘igual’. El problema aquí es sobre la igualdad de derechos y la igualdad de acceso a las oportunidades. Los hombres y las mujeres no tienen que ser ‘lo mismo’ físicamente para tener el derecho a la igualdad. Me encantaría ver esa discusión desaparecer para siempre. Desde mi punto de vista, está equivocada”, comenta.
Pero para ejemplificarlo mejor, la especialista da un ejemplo: “Si hubiera dos niños pequeños en el aula, y uno fuera físicamente más débil y más pequeño que el otro, ¿creeríamos que es correcto evitar que el niño más débil y más pequeño tenga el mismo acceso a tener una profesora, a aprender, a los computadores, a los libros y recursos de la clase que otros niños, porque él no tiene la misma fuerza física que el otro chico?”.
En esta línea, ella plantea hacerse las siguientes preguntas y contestarlas con sinceridad para poder dilucidar lo que realmente crees al respecto:
1. ¿Crees que las mujeres y los hombres merecen los mismos derechos e igualdad de oportunidades? Si tu respuesta es “no”, ¿por qué no, específicamente?
2. ¿Te opones a la idea de que todos los seres humanos en el planeta merecen los mismos derechos y el mismo acceso a todas las oportunidades? Si te opones, ¿qué te preocupa de si se logra la igualdad? ¿Cuáles son los inconvenientes, según tu punto de vista?
3. ¿Crees que sólo ciertos grupos de personas deberían tener acceso a ciertas oportunidades y derechos? De ser así, ¿qué grupos deberían ser favorecidos y se les debe otorgar este acceso, y quién debería decidir eso?
4. ¿Crees que sería inherentemente justo otorgar a las mujeres acceso a derechos parciales, mientras que los hombres tengan una gama completa de otros derechos y oportunidades?
5. Piensa en lo que ha moldeado todas tus creencias sobre estos temas. ¿De dónde vinieron específicamente? ¿tu infancia o tu juventud? ¿Tus experiencias personales con hombres y mujeres, o lo que lees y ves en los medios? ¿Quién en tu grupo cercano, familia o amigos influyen en tus creencias hoy?
6. ¿Qué te enoja al leer en los medios, sobre hombres, mujeres y la igualdad?
7. ¿Crees que un mundo que impide que ciertas personas accedan a plenos derechos y oportunidades conduciría a un mundo justo, saludable y próspero para todos?
8. Finalmente, ¿tus creencias realmente te hacen sentir bien? ¿Te sientes coherente con lo que realmente eres: saludable, íntegro, compasivo y justo?
“La gran mayoría de las personas con las que hablo creen en la igualdad de derechos para hombres y mujeres, pero el conflicto es centra en cómo lograr esa igualdad. Muchos se resisten a llamarse a sí mismos ‘feministas’ o apoyar el ‘movimiento’ feminista. De hecho, una mujer comentó en mi canal de YouTube que ‘el feminismo es un cáncer"”, dijo Cathy.
¿Por qué tantos odian el término feminismo y el movimiento feminista?
La experta cree que hay cinco razones fundamentales detrás de esto. La primera es que “el feminismo se ha asociado con mujeres fuertes, enérgicas y enojadas, y nuestra sociedad continúa castigando a las mujeres enérgicas”, dice Cathy, añadiendo que datos e investigaciones recientes lo comprueban.
La segunda razón es que “muchas personas temen que el feminismo signifique que los hombres finalmente perderán poder, influencia, impacto, autoridad, control y oportunidades económicas”.
En tanto, la tercera es que “muchas personas creen que las feministas quieren controlar el mundo y rechazar a los hombres”, planteó.
En cuarto lugar, aseveró la coach, “muchas personas temen que el feminismo derroque las tradiciones consagradas por el tiempo, las creencias religiosas y los roles de género establecidos, y eso se siente aterrador e incorrecto”.
Finalmente, “muchas personas temen que el feminismo genere cambios negativos en las relaciones, el matrimonio, la sociedad, la cultura, el poder y la autoridad, y en los negocios, el trabajo y las oportunidades económicas si las mujeres están en pie de igualdad con los hombres”, comenta.
¿Es incoherente mostrar piel y declararse feminista?
Cathy dijo que cuando Emma Watson posó semidesnuda en una sesión de fotos para la revista Vanity Fair, recibió una ola de críticas de mujeres que la acusaron de ser una “falsa feminista” e indicando cómo debería comportarse una “verdadera feminista”. Pero tal como dice Cathy, “el feminismo en su núcleo es la elección”. “Las feministas pueden usar lo que quieran. Si no podemos elegir libremente cómo comportarnos, hablar, actuar y presentarnos, entonces estamos retrocediendo”, indicó.
Es más, algo similar ocurrió cuando en la marcha feminista en la capital se criticó a las estudiantes que protestaron con el torso descubierto.
La oradora feminista Kristen Pressner, comentó en una charla cómo su prejuicio inconsciente contra las mujeres trabajadoras (al igual que ella) estaba afectando su capacidad para tratar a hombres y mujeres por igual, indicó Cathy. “Su valiente revelación forja el camino para que todos nosotros pensemos más profundamente sobre nuestros prejuicios inconscientes y trabajemos incansablemente para sacar a la luz estos sesgos”, expresó.
En este sentido, la coach invita a cuestionarse y practicar el autoconocimiento para identificar esos prejuicios. “¿Tus creencias y comportamientos apoyan la igualdad para todos, o sólo para algunos?; ¿Podría haber sesgos ocultos que coloreen cómo experimentas a personas de diferentes géneros, raza, color, religión, etc.? ¿Podrían tus experiencias personales manchar tu manera de ver el mundo entero?; si crees en la igualdad para las mujeres, pero no en el feminismo, ¿puedes explicar por qué?; Si crees en la igualdad para todos, ¿eres capaz de defenderte valientemente de una manera que te parezca adecuada en tu propia vida y en tu propia esfera de influencia?”, finaliza haciendo un llamado a la reflexión.