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A pocos días de su toma de posesión como presidente de Estados Unidos, Donald Trump se ha convertido en el centro de las miradas a nivel internacional por su trato a los inmigrantes, considerando este fenómeno como una “invasión” y prometiendo que enviará a más de 30 mil “ilegales” a la Bahía de Guantánamo.

Una polémica contienda contra la inmigración que ha causado controversia a nivel mundial y que se contrapone con la historia de superación de su propia madre, Mary Anne MacLeod, quien llegó en barco al país norteamericano como inmigrante con 50 dólares en su bolsillo y en busca de una mejor vida, la que consiguió con éxito al casarse con Fred Trump y formar parte de la élite de New York, después de trabajar harto tiempo como empleada doméstica.

Sus humildes orígenes y su ‘viaje’ descalza a Estados Unidos

En 1912 y en el seno de una familia que dedicaba su vida a la agricultura y la pesca, Mary Anne nació y creció en Tong, un pequeño pueblo de la Isla de Lewis en Escocia. Debido a los zarpazos que dejó la Primera Guerra Mundial en gran parte de Europa, este poblado se vio azotado por el abandono y la miseria, por lo que cientos de sus habitantes comenzaron a mudarse a ciudades más grandes, aumentando más la pobreza.

El hecho de que su padre fuera el encargado de una tienda le permitió a su familia una mínima mejora en sus condiciones de vida, en comparación a sus vecinos, lo que fue motivando cada vez más a Mary Anne, quien deseaba surgir y ser millonaria a toda costa. Hasta que tuvo su gran oportunidad en 1930, luego de que una de sus hermanas (Catherine) la convenciera de que en Norteamérica podía encontrar un buen trabajo con facilidad.

Fue así como, sin dinero para comprarse unos pares de zapatos (según ha contado varias veces el propio Donald Trump), se embarcó descalza en un viaje de nueve días que la iba a llevar desde el puerto de Glasgow hasta el de Nueva York. Con apenas 18 años, MacLeod llegó a suelo estadounidense un 2 de mayo de 1930 con una especie de visa de inmigrante con intenciones de tener una residencia permanente y con 50 dólares en sus bolsillos.

Así lo ratifican los registros de inmigración de esos años, los cuales fueron digitalizados con posterioridad Fundación Estatua de la Libertad – Isla de Ellis, la cual guarda documentos sobre viajeros extranjeros que llegaron a tierras estadounidenses entre 1892 y 1957.

El viaje de Mary Anne MacLeod
Archivo | Captura

Pese a las versiones de la familia Trump de que, en principio, Mary Anne llegó como turista y luego viajó para casarse con Fred, los propios documentos de aduana señalan que la intención de la escocesa era residir permanentemente en el país y obtener la ciudadanía.

De empleada doméstica a la élite neoyorquina

Al llegar a Estados Unidos, se fue a vivir a Long Island junto a su hermana Catherine, que había escapado de Escocia para evitar ser juzgada por su familia por tener un hijo fuera del matrimonio. Con el pasar de las semanas, consiguió un buen trabajo como asistente doméstica en la casa de una acaudalada familia de Nueva York. Un empleo al que le dedicó más de cuatro años y el que le sirvió para volver a ingresar al país en 1934 tras un viaje a su tierra natal.

En las biografías y documentación histórica sobre la vida de Donald Trump no se tienen más detalles sobre la vida de Mary Anne como empleada doméstica, pero su propio hijo la ha descrito como una mujer “silenciosamente competitiva y con un gran espíritu de lucha” tras conocer su historia, asegurando en una ocasión que “parte del problema que he tenido con las mujeres ha sido tener que compararlas con mi increíble e inteligentísima madre”.

Donald Trump y sus padres Fred y Mary Anne
Donald Trump y sus padres Fred y Mary Anne | Archivo

Fue en una fiesta de la alta alcurnia -a la que asistió junto a su hermana- donde la escocesa conoció a Frederick Christ Trump, un constructor neoyorquino de ascendencia alemana que vendía viviendas en Queens y alrededores por más de 4.000 dólares. Mary Anne se enamoró de la personalidad ruda y trabajadora de ‘Fred’, con quien se casó en menos de un año y medio (1936) en una apoteósica ceremonia en Manhattan.

De acuerdo a relatos históricas, Fred la invitó a una luna de miel de sólo 24 horas en Atlantic City antes de volver al trabajo, demostrando la pasión y dedicación que tenía este hombre por seguir acumulando riqueza para él y su nueva familia. El matrimonio tuvo a su primera hija Maryanne en 1937 y al año siguiente, nació Fred Junior.

En los 40′, las revistas y diarios locales ya consignaban a Fred Trump como uno de los hombres más adinerados de Nueva York, quien vivía en una casa valorada en 12.500 dólares de la época, con un completo servicio doméstico y chofer privado. Fue en este entorno donde nació Donald en 1946, cuatro años después de que Mary Anne diera a luz a su tercera hija Elizabeth, y previo a su último hijo Robert (1948).

Donald Trump
Donald Trump | Archivo

Cabe consignar que Mary Anne logró nacionalizarse estadounidense en 1942 y, durante esos mismos años, la madre de Donald comenzó a desarrollar su lado más filantrópico, que lo acompañó hasta sus últimos días, colaborando a hospitales, organizaciones como los scout y al Ejército de Salvación, lo que la convirtió en una mujer muy respetada por la comunidad neoyorquina.

Pese a siempre tener un rol protagónico dentro de la élite de Nueva York, la mujer de origen escocés siempre veló por compartir sus ideas sobre el ahorro con su familia como lo relató uno de sus propios hijos, a quien llevaba en su Rolls-Royce a los edificios que eran propiedad de su esposo para recoger las monedas que acumulaban las lavadoras.

El legado de Mary Anne

“Yo tuve una gran madre. Era estupenda. La quería y ella me quería a mí. Siempre fue muy buena conmigo y me gustaba corresponderle. Nunca pude hacer nada incorrecto, lo cual es un gran problema. Tal vez, por eso tenga esta personalidad. A sus ojos, nunca podía hacer nada malo“, expresó el actual presidente de Estados Unidos en una de sus tantas entrevistas.

Sin embargo, esta declaración se contrasta con una situación vivida en 1990, cuando Donald se separó de su primera esposa Ivana tras un affaire con la modelo y actriz estadounidense Marla Maples. Una actitud machista a la que el magnate atribuyó en sus memorias de 1997 a haber crecido en una familia “normal” en la que “la agresividad, el deseo sexual y todo lo que conlleva estaban en la parte del hombre, no en la de la mujer”.

Mary Anne no tuvo problemas en cuestionar a su hijo por su comportamiento de forma pública y, en pleno cumpleaños de Ivana, leyó una carta que había escrito para su exnuera, recalcando que “siempre será un miembro de nuestra familia”.

Matrimonio Ivana y Donald Trump
Matrimonio Ivana y Donald Trump | Archivo

“A mi madre le encantaba el esplendor y la magnificencia, mientras que mi padre, se emocionaba sólo por la competencia y la eficiencia”, recordó Donald en su biografía Trump Nation en 2005, luego de la muerte de ambos.

Justo un año después del fallecimiento de su esposo Fred, en 2000, Mary Anne murió el centro médico judío de Long Island. Durante sus últimas décadas de vida, la millonaria no olvidó nunca sus raíces y sus viajes a Escocia eran constantes antes de fallecer.