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La Isla Santa Cruz en Colombia se destaca como la isla más poblada del planeta, con aproximadamente 1.200 residentes en apenas una hectárea de terreno. Esta construcción artificial, ubicada a dos horas de Cartagena de Indias, ha desafiado las limitaciones del mar Caribe con una densidad que resulta en menos de 10 metros cuadrados de espacio por persona. La comunidad ha encontrado maneras ingeniosas de adaptarse a estas condiciones extremas, incorporando servicios básicos como electricidad a través de paneles solares, aunque el acceso al agua potable sigue siendo un desafío. A pesar de las restricciones de espacio, la vida cotidiana en la isla transcurre marcada por la simplicidad, con una infraestructura que incluye tiendas, un centro de salud, una escuela pública y un hotel. La Isla Santa Cruz se organiza a través de un consejo vecinal que gestiona desde la mediación de conflictos hasta la toma de decisiones comunitarias, y aunque el turismo es esencial para su economía, también presenta tensiones con los habitantes.

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En el vasto mundo de curiosidades geográficas, la Isla Santa Cruz en Colombia destaca como la isla artificial más poblada del planeta.

Este islote no solo es un estudio de la adaptación humana a condiciones extremas, sino también un reflejo del desafío de organizar y sostener una calidad según las circunstancias.

Ubicada a dos horas de Cartagena de Indias, este pequeño terreno de apenas una hectárea se ha convertido en un fenómeno demográfico con aproximadamente 1.200 residentes.

La densidad en la Isla Santa Cruz resulta en menos de 10 metros cuadrados de espacio por persona, distribuidos entre 97 viviendas y un enredo de estrechas calles y pasajes.

Isla Santa Cruz la más poblada del mundo

Construida artificialmente usando escombros, corales y piedras, la Isla Santa Cruz es un milagro de ingeniería rudimentaria, creciendo contra las limitaciones del mar Caribe.

La estructura de la comunidad es tal que muchas viviendas se han construido hacia arriba, con pisos adicionales que se agregan según las necesidades de espacio de las familias, evidenciando una verticalidad impuesta por la falta de terreno lateral para expandirse.

Diego Robledo, periodista argentino de CNN Radio Córdoba, relató a Infobae su experiencia durante una visita con su familia.

Según Robledo, lo que hace única a esta isla no es solo su densidad, sino cómo se adapta y vive el día a día en tan confinados confines. “El islote es impactante, completamente distinto a cualquier lugar que hayamos visitado antes,” comentó.

La infraestructura del islote, aunque precaria, incluye tiendas, un centro de salud, una escuela pública y hasta un hotel. Las construcciones, a menudo de dos pisos, utilizan materiales como ladrillos huecos y cemento, con techos de chapa que resisten el clima tropical.

¿Cómo funcionan?

A pesar de las restricciones de espacio, la comunidad ha encontrado maneras de incorporar servicios básicos, aunque el acceso al agua potable sigue siendo un desafío, solucionado parcialmente por la recolección de agua de lluvia y el transporte de tanques desde islas vecinas.

El islote también ha innovado en su infraestructura energética, recientemente incorporando electricidad a través de un proyecto de paneles solares, un regalo de Japón.

Sin embargo, la ausencia de vehículos motorizados y la prevalencia de caminatas y bicicletas como medios de transporte resaltan una vida cotidiana marcada por la simplicidad forzada y una cercanía inevitable entre los vecinos.

El centro comunitario y emocional de la isla es una cruz blanca situada en la plaza principal, que no solo sirve como punto de reunión sino también como el corazón de las actividades culturales y religiosas.

“Desde la cruz organizan todo: desde funerales hasta festividades y reuniones comunitarias,” explicó Robledo. Este espacio también es el único lugar de juego para los niños, en una comunidad donde el 60% de la población son menores de edad.

A nivel social, la isla se organiza a través de un consejo vecinal que gestiona desde la mediación de conflictos hasta la toma de decisiones comunitarias.

La seguridad no es una preocupación mayor, con la comunidad resolviendo internamente los pocos conflictos que surgen.

La eliminación y manejo de residuos es un problema serio debido al espacio limitado y a la falta de un sistema adecuado para tratar la basura.

Las oportunidades económicas en la isla artificial son limitadas principalmente a la pesca y el turismo. Esto puede llevar a una dependencia económica de unas pocas fuentes de ingresos, haciéndolos vulnerables a los cambios en estas industrias.

Colombia y la Isla Santa Cruz

El turismo, aunque esencial para la economía de la isla, también presenta tensiones.

Robledo notó una recepción mixta por parte de los habitantes hacia los turistas, que en temporada alta pueden sumar hasta 900 visitantes diarios. “Hay zonas restringidas para los turistas, intentando preservar la privacidad en un lugar donde prácticamente todo es público,” dijo.

Comparado con la constante presión comercial de Cartagena, el Islote Santa Cruz ofrece una experiencia turística más serena y menos invasiva.

“Aquí nadie intenta venderte nada; es una elección consciente de mantener una cierta distancia, aunque dependan económicamente del turismo,” concluyó Robledo.

Así se ve la Isla Santa Cruz

Así es la Isla Santa Cruz en Colombia, la más poblada del mundo.
Isla Santa Cruz | Infobae
Así es la Isla Santa Cruz en Colombia, la más poblada del mundo.
Isla Santa Cruz | Infobae
Así es la Isla Santa Cruz en Colombia, la más poblada del mundo.
Isla Santa Cruz | Infobae