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Un café en Ámsterdam, conocido como The Offline Club, ha generado revuelo en Europa al prohibir el uso de teléfonos y computadores en sus instalaciones para fomentar la interacción entre las personas. Este proyecto, que nació como una idea entre amigos, busca una “desintoxicación” de las redes sociales en espacios públicos como los cafés, con el objetivo de reconectar entre las personas. El proceso es simple, pues los clientes deben depositar sus dispositivos en una caja de seguridad al ingresar y disfrutar de un tiempo sin distracciones digitales.

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Un café en Ámsterdam prohíbe a sus clientes usar teléfonos y computadores, con el fin de impulsar la interacción entre las personas.

El hecho revolucionó a toda Europa, pues ahora existen nuevos sitios que también están incorporando esta novedosa petición en sus locales.

Se trata de The Offline Club, un café, que sumado a ser solo una estructura, se volvió todo un nuevo movimiento en Ámsterdam.

Café prohíbe el uso de teléfonos y computadores en sus instalaciones

¿Por qué? El proyecto, que inició solo como una idea entre amigos, propone hacer una “desintoxicación” de las redes sociales en lugares públicos como cafés, para volver a conectar con lo más importante: las personas.

Para lograr aquello, The Offline Club ofrece espacios donde el uso de teléfonos y computadores está prohibido.

El proceso es poco común, pues los participantes dejan sus dispositivos en una caja de seguridad al entrar y luego solo se deben disponer a disfrutar de horas sin la constante distracción digital.

El proyecto empezó como una pequeña iniciativa de tres amigos en Ámsterdam, quienes estaban preocupados por el impacto de la tecnología en las relaciones humanas, detalla The Guardian.

“Nuestro celular nos estaba sacando tiempo valioso y ya no conectábamos con la gente”, comentó al medio BBC, Ilya Kneppelhout, uno de sus fundadores.

Sin embargo, tal fue la fama de su iniciativa, que pronto les permitió extenderse a ciudades como Londres, Barcelona, La Haya y Róterdam, detalla Infobae.

Además, lo que solo era una estadía durante el día en un café, pasó a ser eventos de cena y hasta organizaciones de fines de semana de desconexión en la naturaleza, donde los participantes realizan actividades que favorecen la creatividad y la relajación mental.