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La tradición de decir “salud” al estornudar tiene sus orígenes en la antigua Grecia y Roma, donde se asociaba este acto con supersticiones y malos augurios. Se creía que los estornudos eran advertencias de los dioses sobre posibles enfermedades o malos espíritus en el interior de las personas. Con la propagación de pestes en Europa, especialmente a finales del siglo VI, el papa Gregorio Magno pidió realizar plegarias para aquellos que estornudaban, buscando evitar la difusión de enfermedades incurables. De esta forma, la expresión de buenos deseos como “Dios te bendiga” o “salud” se convirtió en una forma de desear pronta recuperación a los enfermos, persistiendo hasta hoy en día.

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Durante décadas, quienes estornudan reciben, inmediatamente, un “salud” como respuesta de cortesía, sin embargo, ¿de dónde nace esta costumbre?

Estornudar es una reacción natural del cuerpo, la cual nos permite expulsar virus y bacterias. De esta manera y a modo de respeto, las personas que escuchan un estornudo, reaccionan automáticamente con un ”salud”.

Esta tradición se remonta a siglos atrás, gracias a los griegos y romanos, quienes asociaban los estornudos a las supersticiones, detalla El Mundo.

“Salud” una tradición de hace siglos

Específicamente, ellos creían que eran advertencias de los dioses sobre un mal augurio.

Además, pensaban que las personas podrían tener malos espíritus en su interior o que se les acercaba una enfermedad.

De allí se empezó a utilizar la expresión “¡salve!”, con el fin de pedir protección a los dioses y prevenir las posibles secuelas de los estornudos.

Aquella frase se intensificó a fines del siglo VI en Roma, debido a las pestes, que comenzaron a matar a cientos de personas en Europa.

En aquel entonces el escenario era fatal, pues por los estornudos las personas solían morir, ya que era una de las consecuencias de la enfermedad. Además, gracias ello se les identificaba con la peste.

De tal manera, el papa Gregorio Magno pidió a todas las personas que realizaran plegarias para aquellos que estornudaban y también para que las enfermedades no se propagaran más, puesto que eran incurables en esos años.

En ese sentido, las frases más usadas eran “Dios te bendiga” y ‘salud’, con ello, las personas le deseaban al enfermo que se recuperara pronto.

Con el pasar de los años la frase se acortaría a “Jesús” o “salud”, siendo utilizada hasta la actualidad.