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El personaje de Wally, conocido por las generaciones de los 80\'s y 90\'s, se ha convertido en un fenómeno literario popular gracias a la serie de libros "¿Dónde está Wally?" creada por el británico Martin Handford en 1987. El objetivo de estos libros es buscar a Wally en escenas llenas de detalles y personajes, planteando un desafío entretenido. Handford, inspirado en sus juegos de infancia, creó a Wally como un personaje introvertido y escurridizo, convirtiéndolo en un ícono de la cultura pop a nivel mundial. La serie ha sido traducida a más de 30 idiomas y ha dado lugar a videojuegos, cómics, series animadas y otros productos derivados. Con más de 55 millones de ventas de libros, Wally se ha convertido en un referente en la historia reciente de la sociedad y ha agudizado la percepción visual de niños y adolescentes.
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La historia detrás de este famoso libro para jugar se remonta hace 37 años, dando vida al hombre de camiseta a rayas y grandes gafas que siempre está perdido entre la multitud.
Es muy probable que las personas nacidas en los 80’s o 90’s conozcan a Wally y hayan pasado largos minutos de su vida encontrando a este tipo alto, con gafas, camiseta con rayas rojas y blancas, gorro de los mismos colores, pantalón azul y bastón. Uno de los hombres más buscados del mundo, pero no por cometer delitos ni fechorías, sino por convertirse en uno de los fenómenos literarios más populares de su época.
Un personaje que ya es un símbolo de la cultura popular gracias a un libro que, más allá de letras, planteaba el llamativo desafío de buscar a Wally entre una multitud y en sitios llenos de detalles y elementos. Pese a sus casi 40 años de existencia, pocos conocen la historia detrás de este título y de su autor, el británico Martin Handford.
Wally, Waldo, Willy, Charlie, Ubaldo…
En 1987, Handford lanzó oficialmente ‘¿Dónde está Wally’ (Where’s Wally? en inglés), una serie de libros que no son precisamente para leer, sino que para jugar. ¿El objetivo? Localizar a este larguirucho personaje en cada página ilustrada y en distintas escenas creadas para despistar al lector.
A estas alturas, todo un clásico de la literatura contemporánea y que se transformó en un fenómeno no sólo en el Reino Unido, sino que a nivel mundial. Pero, ¿cómo nace esta idea y qué sabemos de su autor?
Desde pequeño, Handford demostró su amor por el dibujo y por crear escenas llenas de detalles y personajes realizando un sinfín de actividades, a medida que crecía, cada vez más complejas. Ese era su pasatiempo en su época de colegio en Hampstead (Inglaterra) antes de ingresar a la Escuela de Arte y Tecnología de Maidstone, donde dio rienda suelta a su creatividad.
Sus inicios como artista no fueron fáciles, ya que su principal (y única) fuente de ingreso eran clientes que le pagaban por ilustrar multitudes o escenas repletas de gente. Entre los múltiples trabajos que realizó, una editorial le pidió que, dentro de estos paisajes, se incluyera a un personaje llamativo y peculiar, y que fuera fácilmente identificable entre las otras personas del dibujo. Así es como, en 1986, nace por primera vez Wally.
Inspirado en los juegos con soldados de plásticos luchando en batallas masivas que creaba en su infancia dentro de su dormitorio, Handford presentó este proyecto de literatura infantil a esta editorial. La idea captó la atención de los editores y directores artísticos, por lo que, rápidamente, comenzaron manos a la obra. Aunque no era fácil, ya que cada página planteaba un desafío inmenso con sus múltiples detalles, chistes ocultos y, sobre todo, con la interrogante de dónde ubicar a Wally para que los lectores no lo encuentren a simple vista.
De acuerdo al propio autor, el diseño y vestimenta de Wally se creó con la idea de representar a un nerd que fuera introvertido y que deambulara por la vida hasta perderse entre la multitud. Internamente, Handford buscaba burlarse de sí mismo, ya que ideó este personaje como su álter ego en un mundo imaginario, compartiendo ciertas características de personalidad; amante de los viajes, despreocupados y escurridizos.
Creado para niños y adolescentes que no fueran tan ávidos para la lectura, ‘¿Dónde está Wally?’ no tardó en ser un éxito de ventas en el Reino Unido, para luego convertirse en un verdadero fenómeno mundial
Videojuegos, cómics, series animadas y traducción a más de 30 idiomas
Para el aniversario n°10 de Where’s Wally?, Handford decidió agregar más desafíos a las búsquedas e incorporó a nuevos personajes que se volvieron tan populares como Wally, como es el caso del mago Barbablanca, Wenda -una versión femenina del personaje principal-, el perro Woof y un villano idéntico a Wally pero vestido de amarillo y negro, llamado Odlaw.
La particularidad de este villano (que también había que encontrar) es que su nombre significa Waldo a la inversa, que es como le llaman a Wally en Estados Unidos. Un cambio de nombre que se adapta a la cultura de ese país, pero que no es el único caso, ya que al ser traducido para más de 30 idiomas, en otras partes del mundo se le conoce como Willy (Noruega), Walter (Alemania), Charlie (Francia), entre otros.
Según palabras del propio creador, el éxito de su obra radica en que no sólo plantea un desafío entretenido y colorido, sino que “el carácter didáctico de los libros, y cómo estos ayudan a que los pequeños agudicen su percepción visual“, es una de las principales virtudes de esta colección de libros que ya acumula más de 20 tomos.
Pese a que el reconocimiento a Handford ha tardado en llegar, el hecho de que sus libros se distribuyeran por más de 30 países, se lanzaran al mercado nuevos productos de la saga como cuadernos, pósteres, alfombras, poleras o cojines, y que incluso se adaptara a nuevas plataformas como los videojuegos, series de televisión y cómics, han hecho de Wally un ícono de la cultura pop y de la historia reciente de la sociedad.
Son ocho las semanas que se demora el dibujante en ilustrar cada una de las detalladas escenas que componen las páginas de cada una de las colecciones, por lo que cada libro tarda bastante tiempo en crearse y editarse. Una meticulosa tarea que ha rendido fruto con unos 55 millones de ventas de libros, innumerables juegos y aplicaciones para celulares (si hasta tiene una versión en Google Maps), sin contar los cientos de millones que cuesta su imagen e industria.
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