Para los amantes de las historias medievales, el mundo de fantasía de George R.R. Martin parece no tener límites. Sin embargo, el autor de “Juego de Tronos” ha mencionado que, por mucho que invente, siempre hay eventos históricos que son igual de terribles, o incluso peores.
La serie de HBO, “La Casa del Dragón”, basada en su obra, sigue el conflicto interno de la dinastía Targaryen, dos siglos antes de los eventos de “Juego de Tronos”. En este último, Martin también coqueteó con la historia, tomando como inspiración los eventos ocurridos durante la Guerras de las Rosas a mediados del siglo XV, entre las casas de Lancaster y York.
Tal y como recordó The Telegraph este domingo, “La Casa del Dragón” también recoge elementos de la historia real para la construcción de su mundo. En este caso, inspirada en los dramáticos eventos ocurridos en Inglaterra en el siglo XII.
La historia real detrás de La Casa del Dragón
“La Casa del Dragón” sigue una crisis de sucesión tras la muerte del Rey Viserys I, cuyo heredero designado es su hija Rhaenyra. Sin embargo, sus tres hijos con su segunda esposa también reclaman el trono, lo que desencadena una sangrienta guerra civil.
Esta trama se asemeja a la crisis de sucesión del siglo XII en Inglaterra, cuando el Rey Enrique I, tras la muerte de su único hijo legítimo en el “desastre del Barco Blanco” en 1120, dejó como heredera a su hija Matilda. Al igual que Rhaenyra, Matilda era una líder capaz, pero la idea de una mujer gobernando no era bien recibida por la nobleza inglesa. Tras la muerte de Enrique en 1135, Matilda enfrentó a varios rivales por el trono.
Lo cierto es que antes de 1272, la sucesión al trono inglés no estaba claramente definida. No existía un sistema que asegurara la transferencia automática de poder del rey fallecido a su heredero. En su lugar, el país se sumía en la incertidumbre hasta que alguien – generalmente hijos, primos o consejeros – lograba hacerse con el trono. Esto último, ya fuera a través de la invasión, el asesinato o haciéndose con el Tesoro.
La falta de un procedimiento claro de herencia real en esa época fomentó el caos y la incertidumbre. El primo de Matilda, Esteban de Blois, se adelantó y tomó la corona, reinando desde 1135 hasta 1154. Sin embargo, su autoridad fue constantemente desafiada por Matilda, lo que resultó en una fragmentación del poder en el país.
La Anarquía
Mientras Esteban controlaba el sureste, Matilda dominaba el suroeste y los barones rebeldes se apoderaban del resto. Este periodo, conocido como la ”Anarquía”, estuvo marcado por la ausencia de ley y orden, con constantes asedios, escaramuzas y saqueos.
Según relata el medio británico, el cronista Orderic Vitalis describe cómo los hombres se entregaban al robo y la violencia, quemando casas y no respetando a mujeres ni a monjes. La figura de Robert FitzHubert, un mercenario conocido por su crueldad, ilustra la barbarie de la época. FitzHubert se jactaba de haber estado presente cuando ochenta monjes fueron quemados junto con su iglesia, y disfrutaba torturando prisioneros, dejándolos desnudos bajo el sol y cubiertos de miel para atraer a los insectos.
La gente común enfrentaba la desolación, con cosechas requisadas, hogares destruidos y vidas en peligro constante. Las malas cosechas llevaron a hambrunas, y los sobrevivientes recurrían a comer hierbas amargas, raíces e incluso sus propios animales domésticos. Algunos construyeron sus hogares en bloques defensivos alrededor de las iglesias, mientras otros emigraron en busca de seguridad.
A pesar de la violencia, muchos barones anhelaban el regreso de la ley y el orden. Matilda, aunque con dotes de liderazgo, también cometió errores que cuestionaron su capacidad para gobernar. Este periodo tumultuoso fue caracterizado por la fragmentación del poder, con numerosos señores de castillos actuando como reyes locales y acuñando su propia moneda.
La construcción de castillos se convirtió en una obsesión, con más de mil erigidos durante este tiempo. Los cronistas contemporáneos describen estos castillos como llenos de “demonios y hombres malvados”.
Estos eventos históricos, con sus invasiones, naufragios, castillos y hambrunas, han inspirado a escritores como George R.R. Martin, demostrando que la realidad puede ser tan extraña y terrible como la fantasía.