En 1904 se desarrolló una de las carreras más extrañas de los Juegos Olímpicos, la cual no estuvo exenta de una mala organización, participantes tramposos y hasta veneno para ratones.
Los Juegos Olímpicos es uno de los eventos deportivos más importante a nivel internacional. Allí, cientos de representantes de cada país demuestran sus habilidades y dotes físicos en varias disciplinas deportivas. Así quedó registrado en la histórica maratón de San Luis de 1904, donde los deportistas compitieron por el primer lugar.
Aunque las maratones son una de las carreras más extensas dentro de las diversas competencias, lo que sucedió en San Luis fue diferente. Debido a que la ciudad donde se realizó la prueba había sido recién construida, la ruta no fue bien demarcada y tampoco señalizada para los maratonistas.
Pero eso no fue todo: las trampas por llegar al primer lugar, la única estación con agua en millas, las altas temperaturas y el acceso libre a diversos productos para los corredores, generó varias situaciones que quedaron en la historia de los JJ.OO.
La carrera más desastrosa de los Juegos Olímpicos
Durante el 30 de agosto de 1904, se realizó la maratón masculina de las olimpiadas de verano en San Luis, Missouri, en Estados Unidos. Primera vez que los Juegos Olímpicos eran desarrollados fuera de Europa.
Un total de 32 participantes representando a Estados Unidos, Cuba, Grecia, Francia, Sudáfrica, Gran Bretaña y Canadá, compitieron en la carrera. La extensión fue de 40 kilómetros dentro de la ciudad que recién tomaba forma, tanto así que los autos continuaban pasando por rutas de tierra, levantando polvo y dificultando el desarrollo de la carrera.
Dentro de la gran extensión de la ruta elegida por la producción de los juegos, solamente permitieron una estación de agua en la mitad del trayecto.
Frente a la alta expectación de esta carrera, sólo 14 corredores lograron finalizar la prueba, no sin presentar diversos problemas al llegar a la meta.
Poca hidratación y veneno para ratas
La carrera comenzó a las 3 de la tarde con 32° Celsius de temperatura, perjudicando la resistencia física de todos los competidores en el trayecto. Debido a que la planificación de la carrera no tuvo una buena ejecución, la ruta no fue marcada claramente.
Esto generó que los corredores se perdieran varias veces en el camino. Algunos corredores incluso tuvieron que saltar vallas y cruzar ríos para volver a la pista correcta.
Frente a la falta de estaciones de hidratación, los mismos asistentes les fueron entregando diversas ayudas a los deportistas. Así fue como Thomas Hicks, líder de la carrera, obtuvo apoyo luego de pasar la primera estación de agua.
Tras llegar al kilómetro 30, Hicks solicitó hidratación, obteniendo una toalla mojada en agua y una clara de huevo. Para mantenerse en la pista y no desmayarse, sus entrenadores le entregaron dos huevos, un shot de brandy y una dosis de estricnina, conocido veneno para ratones. Esta sería el primer registros de uso de esta sustancia de dopaje en los Juegos Olímpicos, según Reuters.
La carrera ganada por Hicks, quedó en el registro como el tiempo más lento en la historia olímpica de esta carrera: 3 horas, 28 minutos y 53 segundos.
Un falso ganador
Antes de que Hicks alcanzara apenas el primer lugar de la carrera, en un estado físico inestable que ni lo dejó recibir la medalla de oro, hubo otro participante que llegó de los primeros a la meta.
Fred Lorz, uno de los competidores estadounidenses, llegó de los primeros a la línea final. Pero justo antes de recibir el trofeo, un miembro del público pidió detener el proceso, ya que Lorz había hecho trampa.
Tiempo después se descubrió que cerca del kilómetro 14, Lorz comenzó a sufrir calambres, por lo que subió a un auto durante los siguientes 17 kilómetros, según detalla la página oficial de las Olimpiadas.
Manzanas en plenos Juegos Olímpicos
Otro suceso que marcó la competencia, fue la participación del representante cubano Félix Carvajal, quién llegó vestido con la ropa menos adecuada para este tipo de competencias. Tras arribar a Nueva Orleans antes de la competición, Carvajal gastó todo su dinero en apuestas y mujeres, por lo que tuvo que llegar “a dedo” a San Luis.
Allí se presentó en pantalones largos, camisa manga larga y zapatos pesados, por lo que otro de los competidores lo ayudó cortando parte de su vestimenta para poder participar. Debido a que no ingirió alimentos en horas previas a la competencia y no tenía colaboradores para hidratarlo, durante la carrera paró en un huerto para comer manzanas verdes.
Para mala suerte, las manzanas no le hicieron bien, lo que le ocasionó fuertes dolores de estómago, pero esto no lo frenó de alcanzar el cuarto lugar. Tras su logro, quedó registrado en la historia como el primer cubano en participar en las olimpiadas.
En la página oficial de los Juegos Olímpicos, se encuentran los registros de los 40 participantes de la carrera, donde de los 32 corredores, solamente 14 alcanzaron a finalizar la carrera más extraña de las olimpiadas.