En una disco, en la casa, con amigos, en la sobremesa con la familia. Son múltiples contextos en los que se puede compartir una piscola, la bebida alcohólica favorita de los chilenos, hecha a base de pisco, que este miércoles 8 de febrero, conmemora su Día Nacional.

Si bien, no es un día oficial, ya que el pisco tiene un día propio en otra época del año, ese se suele festejar con promociones especiales en pubs y locales nocturnos. Según datos del 2018, de la Asociación de Productores de Pisco, en Chile se consumen 2,2 litros per cápita al año, o sea, 36 millones de litros a nivel nacional.

De dónde viene el pisco y por qué se llama así?

Lo más seguro es que este día lo disfrutarás acompañado de una piscola, por lo que es importante saber de dónde viene y cómo se elabora el pisco, el destilado base del combinado nacional, cuya preparación que se completa con hielos y una bebida gaseosa negra, aunque algunos la prefieren blanca.

La bebida se elabora a través de un proceso de destilado de vino hecho solo con base a ciertas uvas específicas. Sin nombre es de denominación de origen, lo que implica que solos los productos hechos en los valles y alrededores de Atacama y Coquimbo, pueden llamarse pisco, además de otras exigencias.

¿De dónde viene su nombre? De acuerdo a lo informado por la agrupación Pisco Chile, cerca de 1580, el aguardiente proveniente de las uvas plantadas en la zona centro norte, que se adaptaron muy bien al suelo local, se envasaba en unos cántaros de greda hechos por pueblos locales, llamados “piscos”. Luego en 1733 se registró por primera vez esa denominación cuando la hacienda La Torre tomó la decisión de referirse así al aguardiente.

Luego, en 1882 se llevó a cabo el primer registro oficial, por parte de Pisco G por parte de José María Goyenechea, uno de los impulsores de la industria vinícola de la zona.

¿Cómo se hace o fabrica el pisco?

El pisco es un aguardiente elaborado a partir de la destilación del vino por medio de cuatro principales fases. La primera consiste en el cultivo y cosecha de las uvas pisqueras, las que son específicas, como algunas Moscatel, Torontel o Pedro Jiménez. Luego le sigue el proceso de vinificación con fines de elaboración de pisco, o sea, mediante un trabajo distinto al de la creación del vino y se debe hacer bajo los estándares legales para poder denominar correctamente al producto como pisco.

Como tercer paso, se destila el producto resultante para la producción de alcohol, lo que debe hacerse en alambiques especiales de ciclo discontinuo, tras lo cual se deja reposar mínimo, 60 días en estanques de acero o en fudres de raulí. En esta etapa, también se deja reposar el pisco en vasijas de madera para que tome un tono y color más agradable.

Finalmente, el producto final, que puede variar entre los 30 y 43° de alcohol, se envasa y etiqueta, antes de salir a la venta en el mercado.