¿Alguna vez miraste al cielo azul y te llamaron la atención unas perfectas estelas de nube que se erigen perfectas en medio de las nubes o en un despejado cielo?
Esas “nubes” son los llamados “chemtrail”, una abreviación de las palabras en inglés “Chemical” y “Trail” que se traducen en español a “Estela química”. Éstos forman parte de una teoría de conspiración que algunos creen, pero que carece de algún sustento científico.
Pero, ¿de dónde nace esta conspiración y de qué se trata? Lo puedes conocer aquí
La conspiración de los “chemtrail”
La conspiración de los “chemtrail” data desde hace muchos años. Se refiere específicamente a la función que tendrían los aviones que dejan estas estelas en el cielo.
La teoría alude a que estas estelas no serían netamente la condensación de nubes, sino productos químicos que tienen un objetivo secreto.
El objetivo de los “chemtrail” sería según los teóricos conspirativos, el de intoxicar, programar enfermedades, esterilizar o controlar de alguna forma a la población, consigna ABC.
Incluso, esto sería parte de un programa secreto que podría tener injerencia incluso en el clima o provocar sequías.
Aunque suene ridículo, un estudio realizado a través de una encuesta internacional en 2011 afirmó que el 17% de los encuestados creen en la existencia de un “Programa Atmosférico Secreto a Gran Escala” (SLAP por sus siglas en inglés, significando “bofetada”) a la que se le conoce comúnmente como “geoingeniería encubierta”, consignó National Geographic.
Desafortunadamente, la conspiración fue apoyada por personalidades públicas como Kylie Jenner, que hablaron sobre el tema en internet, por lo que se propagó y muchos llegaron a creer en algo que no tiene un sustento científico.
La verdad detrás de la conspiración
La verdad detrás de los chemtrail es que son simplemente estelas que dejan los aviones que generan “contrails” por su nombre en inglés, que se traduce a “nubes de condensación”.
Las estelas en forma de nube lineal usualmente están compuestas por partículas de hielo y son un efecto normal que ha estado presente en la aviación desde sus orígenes.
Sencillamente, “se trata de nubes lineales producidas por el escape del motor de un avión o por cambios en la presión del aire, por lo general a altitudes de crucero de varios kilómetros sobre la superficie de la Tierra” explica National Geographic.
En condiciones de baja humedad en el aire, los cristales se disipan, pero en cuando hay mayor humedad, persisten y crean estas estelas de vapor que son visibles detrás de los aviones.
El meteorólogo de la Oficina Meteorológica, Aidan McGivern, indicó a BBC que “la alta humedad significa que las estelas de vapor pueden durar largos períodos y convertirse en capas delgadas de cirros”.
Añadió que al estar a gran altura es poco probable que cualquier supuesto producto químico que se encuentre en ellos llegara a tocar el suelo.
Una encuesta científica que niega los chemtrail
La conspiración llegó a levantar tantas creencias que la revista especializada Enviromental Reseach Letters publicó un estudio realizado por los investigadores Christine Shearer y Steven J. Davis, de la Universidad de California en Irvine (EE UU) y otros, quienes preguntaron a la elite de los científicos atmosféricos por este supuesto programa.
Según informó El País, 76 de los 77 encuestados afirman que no existen pruebas de un supuesto programa secreto de chemtrails o estelas químicas.
De esta forma, la comunidad científica también explicó que varias de las supuestas pruebas que entregan los partidarios de la conspiración de los “chemtrail” se pueden explicar fácilmente.
Y también afirman lo que todos sabían: “los chemtrail no son tal cosa, sino inofensivas nubes alargadas de tipo cirro o estelas de condensación de aviones, compuestas principalmente por agua en forma de cristales de hielo” consignó el medio español.
Solo un científico no negó directamente la existencia de los chemtrail
En la publicación de la investigación, los autores reconocen que su objetivo no es convencer a los que están empeñados en que exista un programa secreto.
Señalan que “más bien pretendemos establecer una fuente de ciencia objetiva que pueda alimentar el discurso público”.
La elección de los científicos se realizó en base a sus investigaciones, por lo que realmente estaba la elite de este ámbito científico.
Sin embargo, hubo solo un científico que no negó directamente la teoría de la conspiración, aunque para ello existe una explicación.
Su respuesta indica que en una ocasión encontró altos niveles de “bario atmosférico” en una zona que habitualmente tiene bajos niveles de bario en el suelo. El bario sería uno de los elementos químicos que tendría los chemtrails, según los creyentes de la conspiración.
Sin embargo, el 98.7% de la elite científica cree que solo se trata de una conspiración o más bien, una mentira que llegó demasiado lejos.