La última instancia del funeral de Isabel II se está llevando a cabo en Windsor, donde se realiza una ceremonia privada antes de que la monarca sea finalmente sepultada. Allí los corgis reales esperaban su llegada acompañados de guardias.
Sus mascotas, a quienes llamó Muick y Sandy, se encontraban en las afueras del castillo de Windsor esperando el recorrido de la Reina antes de ser llevada a la capilla de San Jorge donde sería la ceremmonia.
Allí también se encontraba su caballo favorito. Esta sería la última vez que sus queridos animales estarían cerca de Isabel II. La monarca será enterrada junto a los restos de su esposo Felipe de Edimburgo.
Los corgis de la Reina
Isabel II tuvo mascotas de forma ininterrumpida desde que recibió a su primera corgi a los 18 años. Aun así no pudo cumplir su más grande deseo: que sus perros no vivieran para verla morir.
La Reina tuvo a su primer corgi a los 18 años de edad como obsequio de su padre. La mascota, llamada Susan, acabó siendo la cabeza de un árbol genealógico de 30 perros descendientes de la primera mascota.
Se estima que a la fecha de su muerte, Isabel tenía alrededor de cinco perros, incluidos dos corgis llamados Muick y Sandy, además de un Dorgi llamado Candy y dos Cocker Spaniel.
Según detalla El País, ahora que la Reina no estará, Muick y Sandy serán cuidados por el príncipe Andrés y su exmujer, Sarah Ferguson, quienes decidieron adoptarlos.