Dos megarrayos registrados en América -del Norte y del Sur- rompieron récords mundiales por la extensión y duración que tuvieron, lo que ha hecho revisar el valor de la mayor distancia recorrida por un rayo, que en este caso llegó a cubrir 768 kilómetros, 60 kilómetros más que el récord anterior, dijo hoy la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Esos fenómenos ocurrieron en 2020, pero los científicos han tenido que analizar una vasta cantidad de información recogida a través de la tecnología satelital más moderna para confirmar y validar los nuevos récord.
El récord por distancia horizontal de un rayo se registró en el sur de Estados Unidos el 29 de abril de 2020, cuando alcanzó 768 kilómetros, lo que los expertos han indicado que equivale a la distancia entre Londres y la ciudad de Hamburgo, en Alemania.
El segundo récord se refiere a la mayor duración de un rayo individual, cuya descarga se produjo de forma continuada durante 17,102 segundos en el marco de una tormenta que se formó sobre Uruguay y el norte de Argentina el 18 de junio de 2020.
El récord anterior correspondía igualmente al norte de Argentina, con un megarrayo que duró 16,73 segundos, es decir 0,37 segundos menos que el que ahora ostenta el récord.
En ambos casos, los megarrayos se produjeron en zonas especialmente sensibles a las tormentas, como son las Grandes Llanuras de Norteamérica y la cuenta de la Plata en Sudámerica.
“La mediciones de fenómenos medioambientales extremos son una prueba viviente de toda la fuerza de la naturaleza, así como de los avances científicos que nos permiten realizar estas evaluaciones”, según el profesor Randall Cerveny, experto de la OMM sobre registros mundiales de fenómenos climáticos y meteorológicos extremos.
Más allá de eso, la OMM recordó que los rayos pueden representar un gran peligro y que cada año causan numerosos muertos, por lo cual recomienda que cada vez que se oye un trueno se busque un lugar seguro para protegerse de los rayos.
Los lugares considerados seguros son edificios grandes que cuentan con redes de cableado y tuberías, así como vehículos con techos metálicos que sean completamente cerrados.
En cambio, no son seguras estructuras instaladas en las playas, paradas de autobús ni motocicletas.
Estas consideraciones deben seguirse sobre todo en caso de que se reciba información sobre la presencia de rayos en un radio de diez kilómetros.