En Paine, un pequeño pueblo al sur de Santiago de Chile, los niños salen corriendo a la calle cuando oyen un claxon. Si es miércoles, están de suerte: es el día en que Rayo McQueen y Mate, de la película de Pixar “Cars”, hacen su ruta para entretener a los más pequeños durante la cuarentena.
Es un proyecto de Ramón Sandoval, un fanático de los coches, mecánico y coleccionista, que tuvo la idea de revivir varios automóviles icónicos para recrear a tamaño real a los protagonistas de la cinta y “devolver la ilusión” a la gente en tiempo de crisis.
“La pandemia nos ha tocado a todos y uno lo único que quiere es ver a los niños emocionados. Devolverles esa magia”, explicó a Efe el chileno, que también ejerce como bombero voluntario.
Pocas veces un auto hace caravana y nadie se enfada, reconoce Sandoval, pero cuando los protagonistas de “Cars” toman la carretera de esta pintoresca localidad, o la de alguno de los municipios cercanos -ya es conocido en toda la región-, el tiempo en las vías se para.
Los niños se agolpan en la acera o el arcén y los coches se detienen y pitan al mismo tiempo. Las logradas imitaciones han cautivado a cientos de personas e incluso familias enteras visitan el taller del mecánico, que ahora luce como una merecedora exposición.
De la ficción a la realidad
Todo empezó en 2019, cuando un amigo le regaló una vieja camioneta que restauró con su hijo, de 12 años, para transformarla en el famoso Mate, el coprotagonista de la cinta. A los pocos días, el coche ya era popular en la localidad y se hizo viral a través de redes sociales, relató.
“Se creó una historia en el barrio: Mate buscaba a su mejor amigo. Todo Paine se volcó para ayudarme a construir a Rayo, y lo logramos”, recuerda el hombre, que inicialmente lo recreó con un clásico Corvette que luego sustituyó con un Mustang.
Con la llegada de la pandemia, el mecánico pudo dedicarse por completo a lo que siempre había sido su pasión, arreglar coches antiguos, y ahora ya son 11 automóviles los que conforman la colección, algunos rescatados o regalados y otros incluso traídos desde el extranjero.
Devolver ilusión en cuarentena
Ambientada enteramente en un mundo poblado por automóviles que hablan, la historia de rayo McQueen, que fue nominada en 2004 a dos Óscar, es una lección sobre espíritu deportivo y sobre amistad que se desarrolla en gran parte en Radiador Springs, una pequeña localidad abandonada en medio del desierto en Estados Unidos.
Tal como su sucede en la cinta, en la que el campeón de carreras Rayo McQueen devuelve al pueblo a la vida, Sandoval ha devuelto con sus coches la ilusión a Paine, un municipio rural que ha estado casi 100 días en cuarentena consecutiva por un agravamiento de la pandemia, que deja desde el inicio más de 1,55 millones de infectados y 32.545 decesos.
“Por fin pude ver a Mate y Rayo. Ahora no podemos ir a la escuela y nos aburrimos mucho. Aquí por lo menos lo paso bien”, exclamó Renato, un niño de 5 años, que acudió con su familia a visitar la exposición de coches.
Desde el pasado marzo, Chile vive una ola de contagios de covid-19 que puso contra las cuerdas al sistema sanitario, y desde entonces todos los comercios no esenciales y los colegios permanecen cerrados en la mayor parte del país.
De forma voluntaria, la caravana ha visitado centros hospitalarios infantiles, ha hecho recorridos en Navidad y en Carnaval como una forma alternativa y segura de entretener a los niños.
“La gente entiende que darle una alegría a los más pequeños es incomparable. Para nosotros, estos autos son una cosa simple, vehículos pintados, pero para un niño puede cambiarle su vida”, concluyó.