El sueño de muchas y muchos es poder contactarse con sus ídolos. Eso fue lo que le pasó a una mujer de Rancagua, que por un momento pensó que estaba hablando con el cantante Alejandro Fernández.
Hace unas semanas, María Soledad, que constantemente escribía en las redes sociales oficiales del mexicano, recibió un mensaje de parte de su artista favorito donde le agradecía por escribirle positivos comentarios.
“Me habla, con su logo y su foto. Me da las gracias, por siempre postear en sus fotos”, partió comentando ‘Marisol’, en conversación con Mucho Gusto.
Al principio le generó duda, pero al notar que las imágenes que tenía de perfil eran las mismas que las de sus cuentas oficiales, no tuvo duda que se trataba de Alejandro Fernández.
Luego de hablar por algunos días, vino la prueba de fuego. El cantante hizo una videollamada, que si bien duró unos segundos, fueron suficientes para que enviara saludos y besos.
“Era él, entonces seguimos hablando. Se vio a Alejandro Fernández, yo lo vi, canoso, con su pelo desordenado, sin lentes, con su bigote. Pero fue muy corto”, recordó esta mujer.
Todo se derrumbó
La ilusión de hablar con su ídolo era enorme, pero todo cambió de tono 10 días después de iniciadas las conversaciones.
“Me dijo ‘te voy a enviar un regalo’. Me comentó ‘ando en el mall comprando’, y le dije a mi hija ‘¿tú crees que Alejandro Fernández tendrá tiempo para ir al mall a comprarme un regalo?"”, relató María Soledad, quien al percatarse del engaño, le siguió el juego.
El momento en que se dio cuenta de todo, fue cuando el supuesto Alejandro Fernández le dijo que le enviaría un regalo, pero que debería pagar un monto, por concepto de aduana. De hecho, a esta fan le llegó un correo de una empresa de envíos diciendo que había un paquete a su nombre.
Sin embargo, debía desembolsar 2800 euros (unos $2.600.000) para recibir el obsequio. Él aseguró que no se trataba de ningún engaño, y le envió un video donde mostraba cadenas de oro, relojes lujosos, joyería y zapatos de marca, que costaban en total cerca de 30 millones de pesos.
Con eso podría costear parte del envío, pero pese a eso, María Soledad entendió que se trataba de un farsante: “Me dio pena, porque pensé que era él, porque al principio fue muy real”.
“Ahí fue cuando dije que no era Alejandro Fernández, porque el verdadero no haría eso”, expresó afectada esta mujer.
Días después este personaje le siguió escribiendo, asegurando que cuando venga a Chile para un concierto haría lo posible por ir a verla. Afortunadamente, ella cortó todo tipo de contacto.
Al final, el mánager del artista le confirmó a Mucho Gusto que esta era una práctica más habitual de lo que se imagina. De todas formas, no quisieron referirse más al tema que involucra al artisa.