La decisión tomada por Burger King de mostrar en su publicidad dentro de Estados Unidos una hamburguesa podrida sacudió a ese sector de la industria, lo que ha sido destacado por portales especializados en la materia y denominado como una nueva era en el advertising.
La cadena de comida rápida, que encargó su nueva campaña a las agencias David, Ingo y Publicis, anunció el lunes su intención de eliminar todos los preservantes artificiales de sus productos a nivel mundial, por lo cual los nuevos comerciales apuntarán en esa línea.
Pese a ello, la compañía ya ha cumplido esa promesa en partes de Europa y en al menos 400 localidades de Estados Unidos, país donde esperan haber removido todos los preservantes que contienen las Whopper hacia fines de 2020, consignó Adweek.
“En Burger King creemos que la comida real sabe mejor. Por eso trabajamos arduamente para eliminar los preservantes, colores y sabores provenientes de fuentes artificiales de la comida que servimos en todos los países alrededor del mundo”, manifestó Fernando Machado, jefe de publicidad de Restaurant Brands International, compañía madre de la cadena.
La idea surgió en Escandinavia, donde la Whopper ya no tiene ningún tipo de conservante.
“Nuestra icónica Whopper está libre de preservantes, colorizantes y saborizantes”, dijo al respecto Iwo Zakowski, ejecutivo que controla Burger King en Suecia y Dinamarca.
“Muy pronto, nuestro menú completo tendrá solo ingredientes reales. Es algo de lo que estamos muy orgullosos”, añadió.
En esa línea, la leyenda “la belleza de no tener preservantes artificiales” es parte del video oficial de la campaña publicitaria.
“Orgullo” y el caso McDonald’s
Desde el equipo creativo detallaron partes del proceso de producción de la campaña. “Estamos muy orgullosos de la elaboración de esta idea. El moho crece de una manera muy inconsistente”, dijo Björn Ståhl, director creativo de Ingo.
“Tuvimos que trabajar por varios meses, con diferentes muestras, para ser capaces de mostrar la hermosura de algo que usualmente es considerado indeseable. Nunca pensé que me convertiría en un especialista en moho, pero tuve que pasar para que esto ocurriera”, señaló.
Esta nueva dirección tomada por Burger King recuerda que por años este sector alimentario ha sido criticado por la dudosa composición de sus productos.
McDonald’s es, tal vez, el principal blanco de esos dardos y hay registros que no juegan en su favor.
Ya en 2010, la fotógrafa neoyorquina Sally Davies había dado un nuevo golpe en contra de la compañía comprando una hamburguesa y un paquete de papas fritas de esta marca, los que guardó en su velador, donde les tomó capturas diarias.
En mayo de 2014, la mujer publicó en su cuenta de Flickr el estado en el que se encontraban los productos, que habían soportado el paso de los años sin signos de querer podrirse.
Con anterioridad, en 1999, un hombre llamado David Whipple, residente de Utah, compró una hamburguesa que en 2013 prácticamente intacta, puesto que solo desapareció el pepinillo.
A todo lo anterior se suma el caso islandés, donde la filial local de la multinacional estadounidense cerró en 2009 tras la crisis financiera de 2008.
Ese año, Hjörtur Smárason adquirió la última hamburguesa vendida por McDonald’s en ese país, la que en noviembre de 2019 cumplió 10 años, sin señales de haber cedido al paso del tiempo y todavía en fiel compañía de su orden de papas fritas.
Actualmente, ambas están en exhibición en el Snotra House Iceland, donde un letrero invita a los visitantes a que se tomen una selfie con ellas.