Medios argentinos hablan de milagro navideño al referirse al caso de María Laura Ferreyra, una mujer de 42 años que estuvo un mes en un coma profundo y despertó, la última semana de noviembre, luego de escuchar que su hija le pedía que la amamantara.
Según detalló la cadena trasandina Telefé, María Laura fue asaltada en la ciudad de San Francisco por un grupo de tres hombres, a fines de septiembre. El grupo la hizo caer desde su moto y golpearse en la cabeza, quedando inconsciente en la calle.
Su esposo Martín Delgado indicó al citado medio que aquel golpe le provocó un grave traumatismo cerebral, por lo que fue trasladada hasta el hospital de Córdoba, donde la operaron de urgencia.
No obstante, indican, el organismo de la mujer rechazó la totalidad de los medicamentos indicados tras la operación, por lo que su pronóstico era complicado. Sin ir más lejos, los médicos habían pedido a la familia la autorización para donar sus órganos.
Dos semanas más tarde ordenaron realizar una nueva serie de exámenes, los cuales entregaron noticias positivas para el grupo: Ferreyra tenía actividad neurológica e incluso fue capaz de mover manos y abrir sus ojos.
Aunque el momento más hermoso ocurrió en la cuarta semana, cuando Martín Delgado llevó hasta el hospital a su hija menor de dos años. La pequeña quería ver a su madre, quien al menos podría verla en ese momento.
En ese momento, la pequeña se acercó hasta su madre y realizó con su boca el mismo sonido con el que le indicaba a su progenitora que tenía hambre. Acto seguido, María Laura fue capaz de quitarse la bata del pecho, acercarle su mama y dejar que su hija se amamantara.
“Fue mágico, un momento único (…) Ver cómo se abrazaban, ese instinto de madre, fue único. De ahora en más empieza todo lo bueno, va a poder estar con sus hijos”, explicó Delgado al citado medio.
No obstante, no está todo dicho respecto a la recuperación de la mujer, quien deberá estar varias semanas en terapia dentro del hospital, con el objetivo de que vuelva a hacer su vida similar a lo que era antes del accidente.
Por ahora, Ferreyra puede mover brazos, piernas y comunicarse con algunas palabras. La situación ha sido descrita como milagrosa por los médicos y se augura un final feliz.