Era el 30 de abril de 1945 cuando el líder alemán Adolf Hitler y su entonces esposa Eva Braun tomaron la decisión de suicidarse en su búnker de Berlín (Alemania). Sólo minutos después sus cuerpos fueron quemados por funcionarios alemanes. El régimen nazi había acabado y la paz en el mundo estaba más cerca.
Desde ese momento, decenas de reprobables hechos fueron saliendo a la luz, respecto al autodenominado Führer. Su antisemitismo, su exacerbado nacionalismo y su odio hacia Churchill y Stalin.
Aunque la cualidad más curiosa fue descubierta años después: Hitler habría sido vegetariano.
Si bien no es un hecho que se haya comprobado de una forma total, incluso en películas se ha expuesto que la dieta del ex líder alemán habría estado basada en la ingesta de verduras, legumbres y pastas, renegando de la carne, la cual consumía en su juventud.
Hoy en día existen varios historiadores que refuerzan esta idea, aunque la mayoría indica que el vegetarianismo de Hitler se debió a temas de salud y no valóricos, como una supuesta veneración por los animales.
Hasta el día de hoy, el estudio más serio que se ha hecho al respecto fue encabezado por el forense francés Philippe Charlier hacia 2017. En ese entonces, el equipo descubrió rasgos en la dentadura del ex canciller alemán que llevaron a la conclusión de que efectivamente era vegetariano.
Según detalla el diario español El Mundo, los rusos pudieron ingresar hasta el búnker de Hitler un par de días después que cesaran las hostilidades en Berlín.
En ese momento encontraron una serie de documentos de estado alemanes que fueron guardados como tesoros de guerra. Asimismo, al momento de observar el cuerpo del exlíder notaron que sólo una parte se había conservado: sus dientes.
Las piezas dentales fueron sacadas del lugar y llevadas hasta una enfermera llamada Yelena Rzhevskaya, quien los puso a disposición del gobierno de la URSS.
Las piezas permanecieron guardadas por décadas, hasta que en 2016 se autorizó al hospital Max Fourestier de Nanterre de Francia a llevar a cabo una serie de estudios para conocer más detalles respecto a la vida de Hitler.
En este sentido, Philippe Charlier indicó al citado medio que antes de realizar las pruebas tenían en su poder antecedentes históricos que explicaban el motivo por el que el ex canciller alemán no consumía carne.
“Los historiadores dicen que después de la I Guerra Mundial, intoxicado con gas mostaza, los doctores le recomendaron que no comiese carne nunca más, y tenemos confirmación de eso, porque en los cálculos dentales no encontramos nada muscular, cuando normalmente en otros cadáveres hallamos estructuras de ese tipo”, sostuvo.
A eso agregó otro dato importante: “Tenía sólo cuatro dientes sanos. El resto o no estaban o iban asociados con prótesis dentales o reconstrucciones”
Es por esto que desde el grupo también sostuvieron que era muy probable que Hitler tuviera bastantes problemas para masticar. “Existe gran cantidad de metal, por lo que presumimos que tenía enormes dificultades y molestias para comer”, expuso Charlier.
Versiones históricas
Una de las personas que habló por primera vez de esta cualidad de Hitler fue su antigua secretaria personal Traudl Junge, quien en 2002 declaró a la BBC que su exjefe era asiduo a comer sin carne debido a que sufría problemas estomacales.
En este sentido, Junge sostuvo que en los últimos años Hitler evitaba comer carne, debido a que su salud estaba bastante deteriorada y sufría dolores muy fuertes en el estómago y colon.
“Él siempre evitaba la carne, pero su cocinero austríaco Kruemel a veces añadía un poco de caldo o grasa animal a sus comidas. El Führer se daba cuenta la mayoría de veces del intento de engaño, se enfadaba mucho y luego tenía dolor de barriga”, dijo Jungle en ese entonces.
“Al final sólo le permitieron a Kruemel cocinarle sopa clara y puré de patatas”, agregó en la oportunidad.
Constanze Manziarly ingresó en 1930 a trabajar como la dietista oficial de Hitler. Ella fue la encargada de los menús del líder alemán hasta su muerte en 1945.
Recién en 2015 se revelaron cartas que Manziarly escribió a su hermana en 1942. En ellas detallaba que trabajar para el Führer no era un gran desafío, debido a que sus platos eran bastante simples y ricos en verduras.
“Hay pocos desafíos culinarios en la comida que preparo para el Führer. El prefiere comer mijo con aceite de linaza todos los días. Como sustituto de la carne le gustaban los platos de champiñones picados”, relataba en ese entonces.
Manziarly fue además la encargada de cocinar la última cena de Hitler, la cual consistió en pasta con agregado de tuco, según detallan varios historiadores.
En abril de 1945, Traudl Junge y Constanze Manziarly fueron unas de las pocas que huyeron del búnker de Hitler en Berlín, pero tuvieron suertes muy distintas.
Mientras Junge logró escapar de Berlín a iniciar una nueva carrera en su natal Múnich, Manziarly fue tomada prisionera por el ejército rojo y nunca se supo su paradero.
Versiones en contra
El británico Robert Payne fue uno de los primeros biógrafos que puso en duda el tema del vegetarianismo del ex canciller alemán.
Si bien el autor de The life and death of Adolph Hitler, indicó en un momento que la reducción de la ingesta de carne del hombre fue únicamente por temas de salud estomacal y nada tuvieron que ver sus convicciones personales.
“El ascetismo de Hitler jugó un importante papel en la imagen que proyectaba sobre Alemania. De acuerdo con la leyenda ampliamente creída, él nunca fumaba ni bebía, así como tampoco comía carne o tenía nada que ver con mujeres. Sólo lo primero fue cierto”, expuso.
Para Payne, el supuesto vegetarianismo de Hitler (junto con otras restricciones) fue un buen mecanismo de propaganda para impulsar su imagen de un líder que “dejaba de lado sus privilegios por servir a su país”.
“Su ascetismo fue una ficción inventada por Goebbels para enfatizar su dedicación total, su autocontrol, y la distancia que le separaba a él con el resto de los hombres. Con esta muestra de ascetismo, él podía afirmar que estaba dedicado al servicio de su pueblo”, enfatizó.
El británico reafirma estos dichos indicando que aquella idea pierde validez debido a un hecho histórico: Hitler prohibió las organizaciones de Vegetarianos en el país durante 1940.
Cabe señalar que el primer registro del supuesto vegetarianismo de Hitler es una presunta carta que él envió a su hermana Angela en 1911. Allí le expresaba que estaba mejor de salud debido a un cambio de dieta
“Estoy contento de poderte anunciar que ya me siento completamente bien. No fue sino una ligera indisposición y estoy intentando curarla con una dieta de frutas y verduras”, expuso en esa oportunidad.
Cabe señalar que uno de los seres vivos que más amó Hitler en vida fue su perra Blondi, de quien se refería como un “ser extremadamente inteligente”.
Aquel animal también falleció en el búnker en 1945. Aparentemente, su muerte se debió a una pastilla con cianuro que le obligaron a comer.